La mira rusa apunta al Donbás y… mucho más en Ucrania | El Nuevo Siglo
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Jueves, 21 de Julio de 2022
Redacción internacional

LA constante entrega occidental de armamento de alta tecnología a Ucrania modificó la ecuación de la guerra, pero también los objetivos militares de Rusia que anunció que la ofensiva ya no se limitará a conquistar el este del país -el Donbás-, sino que bajo la mira están otras regiones del sur.

El presidente Vladimir Putin y su canciller Seguéi Lavorv confirmaron esos cambios de cálculo del Kremlin y descartaron cualquier negociación de paz en este momento argumentando que ‘no tienen sentido’ porque son los ucranianos los que no han cumplido con lo pactado meses atrás en la mesa.

Lavrov justificó la modificación de los siempre inciertos planes de su país por una "geografía diferente" respecto de la situación que existía en Ucrania a finales de marzo, cuando habían sostenido que la ofensiva militar se concentraría en el este del país tras el retiro de Kiev, la capital, producto de lo acordado en la mesa de negociación, interrumpida desde mayo.

"No se trata solo de DNR (Donetsk) y LNR (Lugansk), sino también de la región de Jersón, la región de Zaporiyia y otros territorios", aseguró Lavrov a medios estatales en una entrevista en las que también hizo referencia a las conquistas territoriales en el este tras lograr el control de Severodonetsk y Lyssytchansk, lo que le abrió el camino para intentar avanzar hacia las ciudades de Kramatorsk y Sloviansk, más al oeste.

Es así como bombardeos y feroces combates continúan registrándose en esta parte de Ucrania especialmente en Kramatorsk y en la región de Odesa, el principal puerto ucraniano del Mar Negro, que entre el martes y ayer dejaron una docena de heridos.

El canciller también advirtió que si occidente continúa entregando a Ucrania armas capaces de golpear a larga distancia, como los lanzacohetes múltiples estadounidenses HIMARS, los objetivos geográficos de Rusia cambiarían aún más.

"Porque no podemos permitir que, en la parte de Ucrania controlada por (el presidente Volodimir) Zelenski o su reemplazante, se encuentren armas que pueden amenazar directamente nuestro territorio o el de las repúblicas (separatistas) que declararon su independencia o quieren elegir su futuro solas", declaró.

Y, en una interpretación muy política y rusa, sostuvo que “es pura mentira que la operación militar tiene como objetivo la conquista (como lo asegura Occidente tal cual lo hizo en Crimea), porque lo que estamos haciendo es llevando la paz a los territorios liberados”.

Al mismo tiempo insistió en que "este proceso continúa, de manera consistente y persistente".

El canciller, al igual que el presidente Putin, manifestaron por separado que no se otea una negociación inmediata con Ucrania. Para el primero “no tiene sentido en la actual situación” porque se ha evidenciado “la falta de voluntad de la parte ucraniana para discutir seriamente de lo que sea”, mientras que el segundo indicó que no cree que ellos tengan el “deseo” de cumplir los acuerdos para poner fin a la guerra.

"El resultado final (un acuerdo de paz) no depende de los mediadores, sino de que las partes implicadas cumplan los acuerdos. Vemos que las autoridades de Kiev no tienen este deseo", sostuvo el presidente ruso antes de destacar que su homólogo Recep Tayyip Erdogan, "hace mucho para crear las condiciones necesarias para normalizar la situación".



Insistió Putin que en las conversaciones de meses atrás entre delegaciones rusas y ucranianas en Estambul, las partes "alcanzaron un acuerdo" y arguye que "sólo queda aplicarlo". En este sentido, ha recordado que para ello las tropas rusas se retiraron de los alrededores de Kiev y ha criticado que "las autoridades de Kiev se han negado a ponerlo en marcha”.

¿El gas como arma?

Mientras el presidente ucraniano Zelenski se muestra confiado en ganar la guerra y hacerlo “antes del invierno” por lo que insiste en que occidente aumente el envío de armamento de largo alcance como los Himars, la Unión Europea debate un plan de contingencia para enfrentar la previsible emergencia energética por el cierre del grifo del gas ruso que ya completa tres semanas.

Como se sabe Rusia proporciona el 40% de gas a Europa y la suspensión de bombeo de Nord Stream 1, aduciendo el arreglo de una turbina y el mantenimiento de la tubería, disparó el precio de ese combustible tan necesario hoy por la ola de calor como cuando llegue el invierno para la calefacción.

Ante esa situación, la Comisión Europea presentó un proyecto que contempla que en todos los países se reduzca el consumo para, de paso, eliminar progresivamente la dependencia de Rusia. Igualmente plantea se retome la producción de energía vía plantas de carbón y nuclear, lo que ya lo están haciendo países como Alemania, Francia y más recientemente Reino Unido.

Entre las medidas inmediatas y muy posibles de aprobación están limitar la refrigeración de ciertos edificios y realizar “pequeños gestos del día a día” como desenchufar el mayor número de aparatos como el wifi, apagar luces que no se usan, secado de ropa al aire libre.

A largo plazo aplazar el cierre de las centrales nucleares, reactivar plantas de producción de carbón y nuclear, aunque sean más contaminante e incitar a las empresas a reducir sus necesidades.

La presidenta de la Comisión, Urusla von der Leyen, aseguró que “Rusia está utilizando el gas como arma.  En caso de una interrupción total, Europa tendrá que estar preparada". Y al explicar el plan de emergencia que debe ser debatido por los 27 países miembros de la Unión Europea sostuvo que el objetivo es reducir entre agosto y marzo de 2023 el consumo de gas al menos 15% en relación al promedio de los últimos cinco años en el mismo período.

Al mismo tiempo advirtió que si el Kremlin decide no reabrir el grifo, lo que llevaría a un "riesgo sustancial de escasez grave o de demanda excepcionalmente elevada", y si los esfuerzos voluntarios no fueran suficientes, la Comisión quiere poder activar un mecanismo de alerta -previa consulta a los Estados miembros- que permitiría fijar "objetivos vinculantes de reducción de la demanda" para todos los países del bloque.

Ante el cierre del gasoducto Nord Stream, por el que transita un tercio de las entregas de gas ruso a la Unión Europea, el presidente Vladimir Putin lanzó una propuesta que para los europeos reafirma que éste usa el combustible como un ‘arma de guerra’.

El impredecible mandatario ruso planteó poner en marcha el Nord Stream 2, el que Alemania frenó tras el comienzo de la invasión militar a Ucrania y que construyeron conjuntamente.

"Tenemos otra ruta preparada: es el Nord Stream 2. Se puede poner en marcha", sostuvo Putin al considerar que es el Plan B para resolver la crisis energética en Europa, aunque admitió que esa ruta es actualmente “problemática”.

"Hace un mes y medio, en una conversación con el canciller (alemán, Olaf Scholz) discutimos este tema y planteé esta cuestión, dije que Gazprom había asignado capacidades y tiene que hacer algo al respecto, no pueden estar en el aire para siempre", manifestó el mandatario ruso.

Agregó que "así, advertí de que entonces utilizaríamos la mitad del volumen designado para Nord Stream para el consumo y uso doméstico, así que incluso si lanzamos el Nord Stream 2 mañana, no serán 55 mil millones de metros cúbicos anuales, sino exactamente la mitad”.

En este sentido, defendió que la empresa rusa de gas Gazprom siempre ha cumplido con sus obligaciones de suministro de gas y seguirá haciéndolo aunque, como se sabe, la misma anunció hace un mes que reduciría un 40 por ciento el suministro que enviaba a través de Nord Stream 1, que conecta Rusia con Alemania, aunque lo atribuyó a los retrasos en los arreglos de varios equipos.

Respecto a ese gasoducto insistió en que si Rusia no recupera una turbina, esta ruta se podrá utilizar para bombear sólo 30 millones de metros cúbicos de gas diarios en lugar de los 60 millones actuales.

En este complejo panorama los europeos prevén un invierno difícil y, de allí que multipliquen sus llamados a un ahorro en el consumo eléctrico desde ahora, con acciones que van desde lo diario en los hogares hasta el retorno a los combustibles fósiles para no parar las industrias