La primera ministra británica Theresa May anunció el miércoles la expulsión de 23 diplomáticos rusos y la suspensión de contactos bilaterales con Moscú en respuesta al atentado contra un exespía ruso, perpetrado en suelo inglés y con armas químicas.
Rusia "es culpable" del atentado, dijo May en el Parlamento tras cumplirse el ultimátum que Londres había dado a Moscú para explicarse y antes de anunciar la expulsión de "23 diplomáticos rusos identificados como agentes de inteligencia no declarados", que tienen una semana para irse.
La primera ministra británica, Theresa May, respondió así al intento de asesinato con un agente nervioso del excoronel Serguéi Skripal, de 66 años, y su hija Yulia, de 33, que se debaten entre la vida y la muerte diez días después del atentado en Salisbury (sudoeste).
Además, May suspendió los contactos bilaterales de alto nivel, incluyendo una visita prevista del ministro de Exteriores ruso Serguéi Lavrov y toda representación diplomática británica en el Mundial de fútbol Rusia-2018.
"No habrá asistencia de ministros ni de miembros de la familia real al Mundial de Rusia", afirmó.
May culpó al presidente ruso Vladimir Putin del deterioro de las relaciones.
"Muchos de nosotros miramos a la Rusia post-soviética con esperanza. Queríamos una mejor relación y es trágico que el presidente Putin haya elegido actuar así", dijo May en el Parlamento.
La respuesta de Moscú "no tardará", aseguró el ministerio ruso de Exteriores, calificando las medidas de May de "hostiles".
La expulsión de los diplomáticos "es absolutamente inaceptable e indigna", añadió la cancillería en su comunicado.
Por su parte, los organizadores del Mundial minimizaron el boicot diplomático británico.
"La elección de venir o no venir a la Copa del Mundo es de cada aficionado. No tendrá impacto en la calidad del torneo. Siempre hemos tenido la intención de organizarlo al más alto nivel", declaró a la agencia de prensa RIA Novosti Alexei Sorokine, al frente del comité de organización del Mundial 2018.
- Inaceptable -
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo que el uso de gas nervioso en el atentado es "inaceptable".
"El uso de gas nervioso como arma bajo cualquier circunstancia es inaceptable y su uso por parte de un Estado constituiría una seria violación a la ley internacional", dijo a la prensa el portavoz de la ONU, Farhan Haq, citando a Guterres. El Consejo de Seguridad se reunirá a las 19H00 GMT para abordar esta situación a pedido de Reino Unido.
Rusia debe proporcionar explicaciones "inequívocas" sobre el ataque, exigió el presidente estadounidense Donald Trump tras hablar con May. En particular, Moscú debe explicar "cómo esta arma química", conocida como Novichok, "desarrollada en Rusia, fue utilizada en Reino Unido".
La crisis entre Moscú y Londres podría agravarse tras la muerte de otro exiliado, Nikolái Glushkov, de 69 años, que fue hallado muerto en su domicilio en New Malden, un suburbio de Londres, según la prensa británica.
Glushkov, cuya muerte aún no fue confirmada oficialmente, era cercano al millonario Boris Berezovski, un enemigo del Kremlin que fue hallado ahorcado en 2013 en el Reino Unido.
- Científico: sólo Rusia fabrica Novichok -
El científico que reveló el programa ruso de armas químicas, Vil Mirzayanov, que ahora vive en Estados Unidos, dijo que "solamente los rusos" fabricaron el potente agente nervioso "Novichok" usado en el atentado.
"Lo tenían y siguen teniéndolo en secreto", explicó Mirzayanov, que estima que las dos victimas principales, padre e hija -hay un policía también hospitalizado, pero en mejor condición- morirán o saldrán muy maltrechos del contacto con esta sustancia.
May era ministra de Interior cuando se produjo el asesinato en Londres de Alexander Litvinenko, en 2006, un crimen con una sustancia radioactiva (polonio-210) cometido con el consentimiento de Putin, según las conclusiones de la investigación oficial.
Entonces la respuesta se limitó a la expulsión de varios diplomáticos y la congelación de unos pocos bienes, una respuesta tibia que estos días ha sido citada como una de las razones por las que Moscú se habría atrevido a golpear de nuevo.