Los conservadores alemanes, grandes favoritos de las próximas elecciones, revelaron este lunes su programa con la promesa de no aumentar los impuestos pese al coste de la pandemia y facilitar los empleos de pocas horas, para ganar votantes sin su líder Angela Merkel.
Tras haber librado una lucha despiadada por liderar el bando conservador de la canciller en las legislativas del 26 de septiembre, Armin Laschet, el candidato elegido, y Markus Söder, su popular rival bávaro, presentaron juntos el programa el lunes en rueda de prensa.
El texto, de 139 páginas, se adoptó a grandes rasgos el domingo en una reunión a puerta cerrada de la dirección de la unión conservadora CDU-CSU.
El tiempo apremia: los democristianos son los últimos en revelar qué harán si siguen al mando de Alemania, después de los 16 años en el poder de Merkel.
La canciller dio el lunes una buena nota al programa que deja sentado, según ella, el hecho de que el mundo pospandemia vive "un cambio de era", según participantes de una reunión de la CDU
Meteduras de pata
Los conservadores parecen partir con buen pie. Después de meses de declive, en los que los superaban los ecologistas, vuelven a situarse en lo alto de las intenciones de voto, con alrededor del 30%, según las encuestas.
"Queremos el mejor resultado posible", proclamó el domingo por la noche Armin Laschet, considerado un moderado adepto de la continuidad respecto a Merkel.
"Estaría satisfecho con un resultado del 32, 33 o 35%", añadió, es decir similar al de las anteriores elecciones de 2017 (32,9%), considerado entonces decepcionante.
Aunque impopular, Laschet, presidente de la CDU y líder de la región más poblada, Renania del Norte-Westfalia, se beneficia de los errores cometidos por los Verdes, sus adversarios más peligrosos.
Los "Grünen" y su candidata, Annalena Baerbock, pierden terreno hasta el 20%, contra más del 25% hace unas semanas.
Varios errores y su impopular alegato a favor de subir los precios de la gasolina -en un país donde el automóvil es el rey- o de aplicar restricciones a los vuelos aéreos baratos han pasado factura a los ecologistas.
"Con los Verdes tendríamos grandes incertidumbres en el país, una política ideológica y muchas prohibiciones", recalcó el domingo Söder.
Sin embargo, la derecha alemana no quiere ir demasiado lejos en sus críticas a los Verdes que, según los sondeos, podrían ser socios de la futura coalición gubernamental, quizás ampliada a los liberales alemanes del FDP.
Laschet parece contar con un bando que parece haber logrado superar sus problemas de ego. Está decidido a aprovechar el clima de recuperación pospandémica para permanecer en el poder cuatro años más.
Las principales medidas del programa se filtraron durante el fin de semana.
En su programa de "estabilidad y renovación", los conservadores se oponen a subir los impuestos a pesar de un nivel de deuda sin precedentes vinculado con la pandemia.
"Luego de la pandemia, los aumentos de impuestos no son el buen camino a seguir", estipula el documento. Alzas de impuestos serían un "obstáculo a la necesaria recuperación de nuestra economía"
"Invertir con audacia"
Los conservadores siguen apegados a reinstaurar el mecanismo de freno de la deuda, suspendido durante la pandemia. Forma parte de la Ley Fundamental alemana y prohíbe endeudarse por encima del 0,35% del PIB por año.
"Tenemos que invertir desde ahora con audacia. Eso cuesta dinero", reaccionó Baerbock.
La receta para conciliar ausencia de subidas fiscales y reducción del déficit sigue siendo bastante vaga por ahora, habida cuenta de que los conservadores descartan modificar la edad de jubilación, actualmente de 67 años.
El mecanismo de los "minijobs", empleos de pocas horas, particularmente afectados por las restricciones sanitarias, será desarrollado.
Los conservadores quieren llevar el techo de remuneración a 550 euros (unos 650 dólares), lo que debería estimular el interés de los empleadores por ese dispositivo creado por los socialdemócratas en 2002.
En cuanto a los compromisos climáticos, los conservadores recuperan en su programa el objetivo nacional de Alemania, de una neutralidad de carbono para 2045, reduciendo un 65% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 en comparación con 1990.