No está oficialmente inculpado en ninguno de los seis casos que lo involucran, pero el ambiente se va enrareciendo en su entorno.
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El futuro se le complica día a día al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, quien deberá hacer frente al testimonio potencialmente devastador de un colaborador cercano en una de las investigaciones por corrupción que hacen tambalear su gobierno.
Aunque el primer ministro, una figura ineludible en el poder desde hace casi 12 años, no está oficialmente inculpado en ninguno de los al menos seis casos que lo involucran directa o indirectamente, el ambiente se va enrareciendo en su entorno y la acumulación de reveses contra él va derivando hacia una atmósfera cada vez más preelectoral.
En ocho días, Netanyahu ha visto cómo la policía recomendaba el 13 de febrero su inculpación en dos casos de corrupción, así como el arresto el domingo de siete personas, dos de ellas colaboradores cercanos. El martes, se abrió una investigación por intento de soborno a una jueza a cambio de frenar las pesquisas sobre movimientos sospechosos en la residencia del primer ministro.
Desde el martes por la noche, Netanyahu tendrá que prepararse, según los medios, a un testimonio que podría ser una bomba de relojería.
Una de las personas detenidas el domingo, el exdirector general del ministerio de Comunicaciones, conocido como uno de los pocos hombres de confianza de Netanyahu, Shlomo Filber, negoció con los investigadores un acuerdo de cooperación a cambio de un estatuto de testigo protegido, con garantías de no ir a prisión, según informó la prensa.
Un portavoz de la policía, interrogado por la AFP, rechazó confirmar esta información.
Bibi y Momo
"Si Shlomo Filber firmó en efecto un acuerdo (así), es el final de una época", escribe en el diario Maariv el periodista Ben Caspit, autor de un reciente libro sobre Netanyahu.
"Filber es el más cercano y el más íntimo de los agentes a cargo de las operaciones ocultas, que Netanyahu ha tenido desde hace generaciones (...) Siempre en la sombra, siempre fiel, eficaz, secreto y movido por las convicciones: Bibi (el apodo de Netanyahu) podía contar con Momo. Hasta ayer" martes, añade Ben Caspit.
Según Caspit, Filber es el cerebro de la victoria de Netanyahu contra todo pronóstico en las elecciones legislativas de 2015.
Netanyahu lo nombró luego director general del ministerio de Comunicaciones.
Según la prensa, la policía sospecha que Filber actuó, cuando ocupaba este cargo, como intermediario entre los Netanyahu y Shaul Elovitch, director de Bezeq, el más importante grupo de telecomunicaciones israelí, y la influyente web de información Walla.
La policía busca saber si los Netanyahu quisieron asegurarse una cobertura propicia por parte de Walla a cambio de favores gubernamentales, que podrían haber reportado cientos de millones de dólares a Bezeq, afirma la prensa.
El comentarista de la radio pública Yoav Krakovsky, citando a responsables políticos, consideró que el comprometedor testimonio de Filber podría provocar elecciones anticipadas antes de terminar el año, cuando normalmente el mandato tendría que finalizar en 2019.
Netanyahu proclama su inocencia en todos los frentes y reitera su firme intención de mantenerse en el poder.
La oposición reclama su dimisión.
En cuanto a sus aliados, los jefes de los partidos de su coalición, en la que se basa el gobierno considerado más conservador de la historia de Israel, mantienen su apoyo, al afirmar la semana pasada que esperaban la decisión del fiscal general sobre una posible inculpación de Netanyahu.
Su partido, el Likud, sigue respaldándolo.