El expresidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, cumple este lunes un mes en prisión en el marco de una condena en su contra de 12 años y un mes por los delitos de corrupción y lavado de dinero.
Lula aguarda la decisión de la Sala II de la Corte Suprema de Justicia que podría dejarlo en libertad antes del próximo jueves si concluye que el juez federal, Sergio Moro, cometió irregularidades en el procedimiento de detención.
El exjefe de Estado se encuentra en una celda del tercer piso de la Superintendencia de la Policía Federal en la ciudad brasileña de Curitiba, en un edificio que él mismo inauguró durante su período en la Presidencia (2003-2010).
El Tribunal Regional Federal (TRF-4) ubicado en Porto Alegre, al sur de Brasil, ratificó en enero la decisión del juez Moro de condenar a Lula por haber recibido un lujoso apartamento de tres plantas en Sao Paulo como soborno a cambio de su mediación en contrataciones de la compañía estatal Petrobras.
El exmandatario se entregó a las autoridades de su país en la noche del pasado 7 de abril, luego de que el Tribunal le negara un recurso de habeas corpus para evitar la prisión.
Lula podrá recurrir a las dos instancias superiores que le quedan en el Tribunal Superior de Justicia y el Tribunal Supremo Federal de Brasil para apelar la condena en su contra.
Un reciente sondeo realizado por el Instituto Paraná Pesquisas ubica a Lula en el primer lugar de la intención de voto en Brasil con el 27,6%, seguido por el aspirante de derecha del Partido Social Liberal, el diputado y excapitán del Ejército Jair Bolsonaro, con un 19,5%.