El presidente francés, Emmanuel Macron, destacó en París la "convergencia de puntos de vista" con el nuevo canciller alemán, Olaf Scholz, quien en su primer viaje internacional también incluyó encuentros con aliados fundamentales de la UE y la OTAN.
Tras un almuerzo de trabajo en el Elíseo, Macron destacó en rueda de prensa la "sólida convergencia de puntos de vista" con Scholz, así como el "deseo" de ambos países, motor de la Unión Europea (UE), de trabajar juntos y su apuesta por Europa, a su juicio, necesaria en los próximos meses y años.
Ambos mandatarios discutieron su visión sobre el futuro de la UE, cuando Francia se dispone a asumir la presidencia protémpore por seis meses en enero, así como la tensión entre Rusia y Ucrania, la crisis de migrantes en la frontera con Bielorrusia y la relación con China y África.
Fiel a una larga tradición iniciada después de la Segunda Guerra Mundial, Scholz, de 63 años y exministro de Finanzas, inició su primera gira en París, tras poner fin días atrás a 16 años de la conservadora Angela Merkel en el poder, más tibia sobre el proyecto europeo.
Poco más tarde, Scholz desembarcó en Bruselas, donde se reunió con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y con el titular del Consejo Europeo, Charles Michel.
El nuevo jefe de gobierno alemán también tenía en agenda una reunión con el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg.
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La víspera, Macron había abogado por "repensar el marco fiscal" de la UE a la luz de las enseñanzas de la pandemia de coronavirus, unas estrictas reglas fiscales defendidas con firmeza por Alemania durante la crisis del euro, pero que aceptó suspender para enfrentar la pandemia.
Preguntado por si apoyaba la idea de Macron sobre estas normas, que limitan el déficit público al 3% del PIB y que siguen suspendidas, el alemán evitó responder taxativamente, máxime cuando sus socios de gobierno -Verdes y liberales- no están en la misma posición sobre el rigor presupuestario.
"Se trata de mantener este crecimiento generado por el pacto de recuperación [europeo]. Debemos a su vez trabajar en la solidez de nuestras finanzas. No es contradictorio. Son las dos caras de un mismo esfuerzo", aseguró Scholz durante la rueda de prensa conjunta.
Después de 16 años de gobierno de Merkel, que conoció a cuatro presidentes franceses distintos, Scholz quiere encarnar cierta continuidad y ofrecer confianza a los socios europeos, aunque sin ser un calco.
La hoja de ruta de la coalición de Scholz con Verdes y liberales muestra nuevas ambiciones de Berlín en política europea, apostando por "la evolución de la UE hacia un Estado federal europeo" de funcionamiento descentralizado.
Si bien la voluntad de reactivar las reformas europeas debería satisfacer a los responsables de las instituciones europeas en Bruselas, la reunión con el secretario general de la OTAN puede tener otro tono.
Por un lado, la alianza transatlántica siempre mostró recelo ante la idea de una evolución de un programa de defensa a nivel europeo. Por otro, el programa del gobierno alemán no hace ninguna mención al objetivo de la OTAN de aumentar el gasto militar.
Donde pueden coincidir es en el compromiso de los nuevos dirigentes alemanes de mostrarse más firmes ante regímenes autoritarios.
En París, los líderes de Francia y Alemania también expresaron su voluntad de continuar mediando conjuntamente en la crisis ucraniana, pese a que el presidente ruso, Vladimir Putin, parece preferir ahora como interlocutor al estadounidense Joe Biden