La cifra de migrantes y refugiados que han llegado a Panamá tras atravesar el Tapón del Darién, una peligrosa selva que conecta con Colombia, ha descendido más de un 50 por ciento en este mes de agosto, después de que el flamante presidente José Raúl Mulino prometiese reducir drásticamente el flujo.
El Gobierno panameño ya cerró en julio tres de los pasos utilizados pro los migrantes para tratar de canalizar las llegadas. Mulino proclamó en su ceremonia de investidura, hace apenas mes y medio, que Panamá no sería un país de tránsito ni facilitaría la labor de las redes de tráfico de personas o del narcotráfico.
En la primera quincena de agosto, cerca de 5.400 personas han atravesado la selva, frente a los 11.300 de un periodo similar en julio, según datos recogidos por 'La Estrella de Panamá'. Gran parte de estos migrantes buscan seguir avanzando hacia el norte, en muchos casos con Estados Unidos como horizonte.
El presidente estadounidense, Joe Biden, ha felicitado precisamente a su homólogo panameño por su "exitoso" inicio de mandato, en una conversación telefónica mantenida el miércoles y en el que describió a Mulino como un "valioso aliado" para avanzar hacia unos movimientos "seguros, ordenados y humanos" de población en todo el hemisferio occidental.
Biden y Mulino también han planteado sus "preocupaciones" por las "graves" irregularidades ocurridas en Venezuela durante el proceso electoral, según un comunicado difundido por la Casa Blanca.