No vacunados son minoría pero socavan solidez del país: Macron | El Nuevo Siglo
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Miércoles, 5 de Enero de 2022
Redacción internacional con AFP

Consciente del costo político y de que sus rivales por el Elíseo lo convertirían en su ‘caballito de batalla’, el presidente francés Emmanuel Macron declaró la ‘guerra’ a los no vacunados y lo hizo con palabras tan fuertes como sinceras.

En momentos en que el país galo enfrenta un alto impacto del covid-19 (un récord de más de 271 nuevos casos diarios este martes), impulsado por la alta transmisibilidad de ómicron y detectó una nueva variante en viajeros procedentes de Camerún, el joven mandatario sostuvo que no puede permitir la irresponsabilidad de aquellos que no han querido inmunizarse.

A ello se suma la declaratoria de emergencia sanitaria en varios de sus territorios de ultramar, como Guadalupe, Guyana, Mayotte, San Martín y San Bartolomé, que están "bajo el efecto de la variante ómicron, y la circulación de covid-19 experimenta un aumento considerable", de acuerdo con el decreto presentado por el Ejecutivo. 

"A los no vacunados, tengo muchas ganas de fastidiarles. Y eso continuaremos haciendo, hasta el final. Es esta la estrategia", sostuvo Macron en una entrevista concedida al diario Le Parisien, en la que les cuestionó por su "falta de moral" e "irresponsabilidad", al tiempo que los acusó de intentar "socavar la solidez de una nación".

El mandatario utilizó en francés el verbo "emmerder", que se puede traducir como "joder", "molestar", "fastidiar" o "complicar la vida”, en un registro coloquial, al que adicionó “no estoy para cabrear a los franceses”.

Y ahí fue troya. Esas palabras, así como su ratificación de que limitará “en lo posible” el acceso al ocio de estas personas que no quieren vacunarse contra el covid, desataron una tormenta en la clase política, desde la izquierda radical hasta la extrema derecha, y frenaron el debate en la Asamblea Nacional sobre la aprobación de un pasaporte de vacunación que sustituya al actual pasaporte sanitario.

El ejecutivo francés quiere que esta nueva medida (pasaporte) se aplique a mediados de enero en el país inmerso, como reseñamos, en una severa quinta ola del coronavirus y que con alta disponibilidad tanto de biológicos como de pruebas de detección refuerza su plan sanitario contra la pandemia.

 Si se aprueba el mencionado pasaporte, cuyo debate fue retomado este miércoles por la Asamblea Nacional, los mayores de 12 años sin vacunar no podrán ir a restaurantes, museos, gimnasios, cines ni usar ciertos transportes, aunque presenten un test de diagnóstico negativo de menos de 24 horas.

También se debate en el Parlamento un endurecimiento en los castigos ante casos de documentación falsa relacionada con el estado de vacunación. En este sentido, falsificar un pasaporte covid-19 podría ser multado con hasta 75.000 euros y cinco años de cárcel, según informa France 24. Paralelamente el ministro de Interior, Gérald Darmanin, informó que las fuerzas del orden habían detectado "192.483 pasaportes sanitarios falsos" hasta el 30 de diciembre y que por esta razón la justicia ha abierto 435 investigaciones.

Las declaraciones de Macron se dieron en este preocupante marco y estuvieron argumentadas en la disparada de contagios diarios de las últimas semanas, el aumento de la positividad (15%) y de las estadísticas que sobre hospitalizaciones entregó el ministro de Sanidad según el cual "por cada enfermo vacunado con dosis de refuerzo en reanimación hay 20 enfermos no vacunados".

Pero las sinceras palabras de Macron al declarar su ofensiva contra los no vacunados fueron aprovechadas por los candidatos presidenciales para arremeter contra el presidente con términos tan duros como injustificables, porque tanto ellos como la mayoría de la población son conscientes de que para derrotar la pandemia se requiere de la inmunización de al menos el 70% de los habitantes, lo que se epidemiológicamente se define como inmunidad de rebaño.

Así, la candidata socialista, actual alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y el comunista Fabien Roussel cuestionaron su voluntad de "unir" a los franceses, mientras que el izquierdista Jean-Luc Mélenchon denunció una "confesión alucinante de Macron".

Por su parte Valérie Pécresse, del partido derechista Los Republicanos y la única que podría forzar una segunda vuelta electoral por el Elíseo ante el actual mandatario, favorito desde meses atrás y sin oficializar su aspiración reeleccionista dijo que “no corresponde al presidente de la República escoger entre buenos y malos franceses”.

Los presidenciables ultraderechistas, que se ubican en tercer y cuarto lugar en las encuestas con miras a la primera vuelta presidencial el próximo 10 de abril, no dudaron en atacar la "violencia", en palabras de Marine Le Pen, del mandatario, que busca "existir en la campaña", según el otro aspirante a presidente, Éric Zemmour.


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El Parlamento de Francia ha paralizado por segunda vez el proyecto de ley que transforma el pase sanitario tras las declaraciones del presidente francés Emmanuel Macron contra los no vacunados en una entrevista con Le Parisien.

Después de estas palabras, diputados franceses han cargado contra el presidente en la noche de este martes: "Cabrear no puede ser parte del vocabulario presidencial. La ley permite, prohíbe u ordena. Pero no cabrea", ha dicho en su perfil oficial de Twitter el diputado por Los Republicanos Jean-Louis Thiériot.

Entre tanto, el primer ministro, Jean Castex, cargó en cambio contra la "ínfima minoría" de franceses que rechazan la vacunación y quienes, a juicio del jefe de gobierno, son los responsables de "fracturar" el país.

Desde su llegada al poder en 2017, el exbanquero y exministro Emmanuel Macron, de 44 años, ha intentado borrar su imagen de político cercano a las élites y ha justificado las controversias que en algunas ocasiones ha suscitado con sus declaraciones en su “voluntad de sacudir el sistema”.

Con el ojo en abril

El politólogo Jérôme Fourquet descartó en la radio France Info que esta nueva declaración de Macron le pase "forzosamente" una factura electoral, aunque advirtió del recrudecimiento de la tensión política, sobre todo por la forma como las palabras presidenciales son aprovechadas por sus contendientes por el Elíseo.

"Una parte de las personas no vacunadas pueden considerarlo como una especie de última provocación o como una declaración de guerra", dijo el experto del instituto de sondeos Ifop.

Por su parte el también politólogo Jean Garrigues señaló que “puede tratarse de una maniobra política para aglutinar a la parte de la opinión favorable a la vacunación, que se impacienta ante las reticencias de los antivacunas".

Sin embargo, apuntó que esto implica también un "riesgo". "Esta radicalidad lleva consigo una polémica sobre su lado autoritario y dictatorial, que sus adversarios ya han aprovechado", explicó.

A Le Parisien, Macron explicó que más del 90% de los franceses ya se ha vacunado, pero que sigue habiendo una minoría en contra. "¿Cómo reducimos esta minoría? La reducimos, perdón por decirlo así, fastidiándola todavía más", añadió.

El mandatario francés busca frenar el nuevo pico de contagios antes de confirmar su candidatura a la reelección, algo que sus allegados, como el exprimer ministro Edouard Philippe, dan por hecho, pero que el jefe de Estado no ha oficializado.

Sin embargo, en la misma entrevista Macron dijo que quiere presentarse a la reelección presidencial: "No hay falso suspenso. Yo quiero hacerlo".

También ha planteado sus dudas sobre la situación que vive el país, especialmente por la pandemia: "Esta decisión se está consolidando. Necesito estar seguro de poder llegar tan lejos como quiera".

En ese sentido, ha dicho que aclarará su posición con total "libertad" una vez que "las condiciones sanitarias lo permitan": "Amo a nuestro país y tengo mucha ambición por él. Llevo cinco años luchando para mejorarlo. Más bien, me importa que continúe mejorando", argumentó.

En unas posibles elecciones con Macron al frente, el actual presidente de Francia y la candidata del conservador partido de Los Republicanos, Valérie Pécresse, se verían las caras en una segunda y definitiva vuelta de las elecciones presidenciales, de acuerdo con una encuesta publicada el 18 de diciembre por Ipsos.

Macron recabaría aproximadamente un 24 por ciento de los votos por el 17 por ciento de Pecresse, tras la que seguirían los ultraderechistas Marine Le Pen, de Agrupación Nacional, con un 14,5 por ciento de los votos, empatada con el contertulio Eric Zemmour.