Otra Semana Santa en pandemia pero con mucha fe | El Nuevo Siglo
A diferencia del año pasado, esta vez los templos abrirán sus puertas pero deben respetar el aforo y los protocolos de bioseguridad
Foto Anadolu
Domingo, 28 de Marzo de 2021
Hernán Olano

El SARS-COV2 tipo covid-19, cambió la forma en la que los católicos celebran la Semana Santa. Hace un año, la imagen impactante de la bendición Urbi et Orbi del Papa Francisco con la Plaza de San Pedro vacía marcó una especie de Apocalipsis mediático y una diáspora telemática de la forma de administrar sacramentos, particularmente la Sagrada Eucaristía desde febrero de 2020.

Para nadie es desconocido que la Semana Santa mueve muchos renglones de la economía, no solo en Colombia, sino en España o Perú, donde tradicionalmente hay procesiones, o en Cancún o Miami, donde los viajeros no practicantes del culto católico se dedican a las de diversiones.



Esta es la segunda Semana Santa en la que nos conectaremos de forma virtual o participaremos de las celebraciones en televisión o redes, debiéndose resignificar los ritos y la manera de contemplar el Triduo Pascual de pasión, muerte y resurrección de Cristo.

Todo el año transcurrido, así como en la bendición tradicional Urbi et Orbi del 25 de diciembre de 2020, Francisco consideró que las vacunas contra el covid-19 "tienen que estar a disposición de todos" y que debe ser accesible "sobre todo a los más vulnerables", pero, lo que no consideró hace tres meses, es que Italia estaría nuevamente “cerrada” hasta el 5 de abril debido a la pandemia. En ese momento, como ahora, el Papa instó a poner "la ley del amor y de la salud de la humanidad" por encima de "las leyes de mercado y las patentes" y pidió a todos los responsables de los Estados, a los organismos internacionales y a las empresas, "proponer la cooperación y no la competencia, y buscar una solución para todos", mensaje que continúa vigente hoy Domingo de Ramos.

Para muchos, hay cosas muy difíciles que la gente vive por estos días con mucha angustia: la enfermedad, la gravedad económica, la carencia de trabajo y la latente explosión social, que atentan contra cualquier espiritualidad. Sin embargo, antes de ser relevado del cargo definitivamente, el Cardenal Robert Sara, de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, emitió una Nota para orientar a los Obispos y a las Conferencias Episcopales a la hora de celebrar la Semana Santa de este 2021, para evitar aglomeraciones y en el respeto de las medidas anticontagios a nivel mundial, no obstante que el Decreto del 25 de marzo de 2020 es válido también para este año. Por tanto, sigue vigente la disposición acerca de que la fecha de la Pascua “no puede ser trasladada” por lo que en los países afectados por coronavirus, los Obispos y los presbíteros “deben celebrar los ritos de la Semana Santa sin la presencia del pueblo y en un lugar adecuado, evitando la concelebración y omitiendo el saludo de paz”.

Recordemos que la Misa crismal del Jueves Santo, a criterio de las Conferencias Episcopales podría trasladarse a otra fecha en caso de ser necesario, aunque en Colombia no ha habido manifestación en contrario, lo mismo que sobre la recomendación romana de omitir el lavatorio de los pies y al final de la Misa en la Cena del Señor, “se omita también la procesión” y el Santísimo Sacramento “se reserve en el Sagrario”.

Para el caso del Viernes Santo, en la Oración Universal, los Obispos “se encargarán de preparar una especial intención por los que se encuentran en situación de peligro, los enfermos y los difuntos” y la Adoración de la Cruz con el beso “se limita solo al celebrante”, cosa muy distinta a la que ocurre donde la piedad lleva a todos los fieles a esa práctica.

Finamente, en lo concerniente a la Vigilia Pascual, se ratifica la norma que establece su celebración “solo en iglesias catedrales y parroquiales” y para la Liturgia Bautismal “se mantenga solo en la renovación de las promesas bautismales”.

Dentro de los muros vaticanos

Por su parte, el Papa Francisco presidirá las tradicionales celebraciones litúrgicas de la Semana Santa 2021 en la Basílica de San Pedro del Vaticano en el Altar de la Cátedra -no en el usual Altar de la Confesión-, con la participación de pocas personas de acuerdo con las actuales restricciones sanitarias.

Para el Pontífice, un futuro económicamente sostenible requiere, entre otras decisiones, también tomar medidas relativas a los sueldos del personal, pues la propagación del Covid-19, afectó negativamente todas las fuentes de ingresos de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano.

De la misma forma, el Papa ha querido pronunciarse acerca de un mensaje, válido para consagrados y laicos: “no sean hombres del mañana eterno, que siempre avanzan, en una hipotética condición ideal -la mala utopía- que mueven el momento oportuno y decisivo, debes hacer algo bueno; y no vivas en una perenne condición de "apnea", limitándote a soportar el presente y esperar a que pase. "Sí, Señor, mañana, mañana ...".

Para el Obispo de Roma, este año debe ser de futuro, visto en sentido positivo, con mirada profética, a partir de lo que tiene delante, sabiendo ver lo que aún no existe y obrando según su propia vocación para hacerlo realidad, como instrumento dócil, en las manos de Dios.

¿Qué más se espera en esta Semana Santa? Principalmente, en Roma, Francisco le ha pedido a los Boy Scout que realicen las meditaciones del Vía Crucis, pues “Todo niño siempre lleva consigo un misterio, un misterio sin precedentes que solo puede revelarse con la ayuda de un padre que respete su libertad”.

Por otro lado, no debemos dejar de lado la importancia, en medio de esta crisis, del año dedicado a San José, un padre acogedor, Custodio del Redentor y patrón celestial de la Iglesia universal, el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia cotidiana, discreto y oculto, un intercesor, un apoyo y un guía en los momentos de dificultad, protagonista de la Carta Apostólica Patris corde dedicada a la paternidad y, por así decirlo “decreto reglamentario” de Amoris Laetitiae,  donde califica al Santo Patriarca de Padre amado, Padre en ternura, Padre en la obediencia, Padre en la acogida, Padre del coraje creativo ( o de la valentía creativa), Padre trabajador y padre en las sombras.

San José nos recuerda que todos aquellos que aparentemente están ocultos o en la "segunda línea" tienen un protagonismo inigualable en la historia de la salvación. Solo queda, dice Francisco, implorar la gracia de las gracias de San José: nuestra conversión.