Papa a favor de ley de convivencia civil para homosexuales | El Nuevo Siglo
EL Papa Francisco dijo que las parejas homosexuales tienen derecho a estar cubiertos legalmente
Foto archivo AFP
Miércoles, 21 de Octubre de 2020
Redacción internacional

En un documental que se estrenó este miércoles en Roma, el Papa Francisco alentó la aprobación de leyes de unión civil para parejas homosexuales, alejándose de la posición de la oficina doctrinal del Vaticano y de la postura de sus predecesores.

Las palabras del Papa se recogen en un fragmento del documental que reflexiona sobre el cuidado pastoral para aquellos que se identifican como LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales).

“Las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia, son hijos de Dios, tienen derecho a una familia. No se puede echar de la familia a nadie, ni hacer la vida imposible por eso”, dijo el Papa Francisco en el filme, sobre su aproximación a la pastoral.



Después,  el Papa Francisco se pronunció directamente sobre el tema de las uniones civiles para parejas homosexuales. “Lo que tenemos que hacer es una ley de convivencia civil. Tienen derecho a estar cubiertos legalmente”, dijo el Papa Francisco. “Yo defendí eso”.

Las declaraciones aparecen en “Francesco”, un documental sobre la vida y el ministerio del Papa Francisco que se estrenó el 21 de octubre en el Festival de Cine de Roma y se estrenaría en América del Norte este domingo. La película es dirigida por el ruso Evgeny Afineevsky.

La película presenta la aproximación del Papa Francisco a diversos problemas sociales, así como el ministerio pastoral hacia quienes viven, en palabras del pontífice, “en las periferias existenciales”.

Incluyendo entrevistas con figuras del Vaticano como el Cardenal Luis Tagle y otros colaboradores del Papa, “Francesco” se enfoca en la defensa del Santo Padre hacia los migrantes y refugiados, los pobres, su trabajo frente al tema del abuso sexual por parte de clérigos, el papel de la mujer en la sociedad, y la posición de los católicos y otros hacia quienes se identifican como LGBT.



La película aborda el alcance pastoral del Papa Francisco hacia quienes se identifican como LGBT, incluyendo una historia del Santo Padre alentando a una pareja homosexual de hombres italianos para que lleven a sus hijos a su parroquia, lo que, de acuerdo a uno de ellos, fue muy beneficioso para los menores.

“Él no mencionó cuál era su opinión sobre mi familia. Probablemente él está siguiendo la doctrina en este punto”, dijo el hombre, al tiempo que elogió al Papa por una disposición y una actitud de acogida y aliento.

El cineasta Evgeny Afineevsky dijo a CNA, agencia en inglés del Grupo ACI /Asociación católica de prensa) , que el Papa dio las declaraciones sobre las uniones civiles en una entrevista que él le realizó.

El aliento directo del Papa sobre leyes de unión civil representa un cambio de la perspectiva de sus predecesores, así como de su propia actitud más circunspecta sobre este tema en el pasado.

Al respecto, Hernán Olano, experto en temas del vaticano dice que las implicaciones de este anuncio podrían ser varias:

"La trascendencia del matrimonio desde una concepción divina, dirigida a la unión en una sola carne por parte de los cónyuges, logra además establecer disposiciones de tipo canónico que se han ido perfilando con caracteres propios a lo largo de la experiencia multisecular, asimilando elementos bíblicos, teológicos y jurídicos que, en el momento actual, se integran en la definición que propone el Código de Derecho Canónico, que define el matrimonio de la siguiente manera:

Canon. 1055.1: La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer  constituyen entre sí un consorcio de vida ordenado por su misma índole  natural al bien de los cónyuges y la generación y educación de la prole y fue  elevada por Cristo Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados.

En ese punto, varón y mujer, la Doctrina sigue incólume, por cuanto la raíz sacramental del matrimonio está basada en lo que el mismo Jesús estatuyó y es la base de todo el cristianismo, donde el trabajo en equipo, el compromiso, los valores, las virtudes, los méritos, las derrotas y fracasos, las alegrías y las angustias, la abundancia y la escasez, todo se ve reflejado en la familia, ese conjunto de personas que, bajo la dirección de un hombre y una mujer, en conjunto y común unión, buscan desarrollar un proyecto de vida que tiene por propósito lograr que su mejor resultado se refleje en los hijos.

La primera encíclica sobre el matrimonio cristiano, fue la Arcanum divinae sapientiae, promulgada en 1880 por León XIII, seguida de la Casti connubii, de Pío XI, promulgada en 1930, reafirma la santidad e la indisolubilidad del matrimonio; expresa que los primeros deberes de los esposos deben ser la fidelidad recíproca, el amor mutuo, y la educación recta y cristiana de los hijos. Siguió la Humanae vitae, de 1968, también conocida como la “encíclica de la píldora”, promulgada por san Pablo VI y, en épocas de san Juan Pablo II, la Encíclica de la defensa de la familia, Familiaris consortio y de la defensa de la vida, Evangelium vitae.

De todas formas, no hay que perder de vista que el fundamento último de la oposición de la Iglesia a las uniones matrimoniales homosexuales y a las adopciones homoparentales radica en la condenación inapelable de las prácticas homosexuales como contrarias a la “ley moral natural”, como lo expresa, en 2003, la Congregación para la doctrina de la fe, presidida por el cardenal Ratzinger, futuro Benedicto XVI:

No existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia. El matrimonio es santo, mientras que las relaciones homosexuales contrastan con la ley moral natural. (n° 4) … Toda ley propuesta por los hombres tiene razón de ley en cuanto es conforme con la ley moral natural, reconocida por la recta razón, y respeta los derechos inalienables de cada persona. Las legislaciones favorables a las uniones homosexuales son contrarias a la recta razón porque confieren garantías jurídicas análogas a las de la institución matrimonial a la unión entre personas del mismo sexo.”

Por su parte, el Catecismo de la Iglesia Católica, escrito por San Juan Pablo II, hace un llamado a la castidad de las personas homosexuales, recalcando que la Tradición señala sus actos como “intrínsecamente desordenados”, pero señalando que estas personas, con el apoyo de la amistad desinteresada, la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana, señalándose en el numeral 2538, que “Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición”; es decir, que la Iglesia está encargada de la misión de predicar a Cristo para que todas las personas puedan ser salvadas.



Ahí es importante poner en contexto que para la Iglesia, una cosa son los actos desordenados, que deben moralmente ser castigados, mientras que por otro lado están las tendencias, que pueden ajustarse a un plan de salvación, lo que no podemos “aceptar” es el pecado expresado por un acto, pues como lo ha señalado el Cardenal-Arzobispo de Boloniam Matteo Maria Zuppi: “La acogida y la integración en las comunidades de las personas homosexuales es el desafío para la pastoral inclusiva”".