ESCASAS horas de vigencia tuvo la ley marcial que, por sorpresa y en medio de la preocupación internacional, decretó el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, con el objetivo de “erradicar a las fuerzas afines a Corea del Norte”.
Con críticas a la oposición, a la que ha acusado de servir a los intereses de su vecina del Norte, el mandatario hizo el anuncio en un discurso televisado y militarizó las calles, lo que provocó la conmoción nacional en este país de un pasado totalitario hasta la década de los años 80.
La decisión fue impugnada poco después mediante un voto en la Asamblea Nacional y el jefe de la oposición, Lee Jae-myung, instó a la población a manifestarse frente al Parlamento, que estaba fuertemente custodiado.
El voto fue a favor de que se levantara la medida tras una sesión extraordinaria de la Asamblea celebrada entre escenas de caos tanto dentro como fuera de esa sede y poco después de que el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Park An Soo, diese por anulada cualquier tipo de actividad política.
De inmediato se pronunciaron Estados Unidos y la Organización de Naciones Unidas (ONU) instando a la calma y al entendimiento político.
Unas dos horas después, el presidente Yoon Suk Yeol volvió a aparecer en la televisión desde su residencia oficial para comunicar al país que “he aceptado la decisión tomada por la Asamblea Nacional de disolver y levantar la ley marcial",
Aseguró que las tropas desplegadas en virtud de la ley marcial fueron retiradas e insistió que la medida buscaba salvar al país de las "fuerzas antiestatales" que buscan "paralizar las funciones esenciales" del Estado y "colapsar el orden constitucional".
El presidente detalló que tan pronto como hubiese quórum en el gabinete (anoche) quedaría formalizada su decisión. No obstante, pidió a la Asamblea Nacional "que detenga inmediatamente las acciones" que "paralizan la función del Estado mediante juicios políticos", así como mediante "manipulación legislativa y presupuestaria".
La última vez que se declaró la ley marcial en Corea del Sur fue en 1980, un año después del asesinato del dictador Park Chung Hee, que trajo consigo una ola de protestas en mayo de ese año para democratizar el país que fueron ampliamente reprimidas y dejaron, según algunas fuentes, cerca de 2.000 muertos.
Siete años después se celebraron las primeras elecciones directas en Corea del Sur, consideradas las más reñidas de la historia hasta que en 2022, Yoon, del Partido del Poder Popular, se impuso por un exiguo 0,7 de margen a Lee Jae Myung, el líder de la oposición que ahora pide a la población que salga a las calles a protestar por esta ley marcial.
Antes de que se haya dirigido a los surcoreanos para alertar de las "fuerzas antiestatales" que buscan llevar "a la ruina" al país, Yoon, de 61 años, ha tenido que hacer frente a bajos índices de popularidad debido a diversas polémicas y escándalos, incluidos los que salpican a su esposa, Kim Keon He.
La primera dama surcoreana está implicada en una trama de manipulación de precios de acciones de un concesionario de coches BMW en Corea del Sur, entre 2009 y 2012, y ha sido acusada de aceptar, poco antes de la investidura de Yoon, un bolso de lujo de la marca Dior valorado en unos 2.000 euros./Redacción internacional con Europa Press