¿Qué hacer con los no vacunados contra el covid? | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Domingo, 12 de Diciembre de 2021
Redacción internacional

EL MUNDO roza los dos primeros años conviviendo con el coronavirus y sus decenas de variantes que a la fecha han segado la vida a 5,3 millones de personas, una cifra que afortunadamente dista mucho de las catastróficas previsiones iniciales, en gran parte gracias al desarrollo en tiempo récord de las vacunas, sin duda el hito científico de lo corrido del siglo.

Del encierro y el forzado aislamiento, desde los primeros meses de este año que agoniza se pasó a la llamada “nueva normalidad”, que básicamente se centró en la recuperación paulatina de las actividades diarias comenzando por el trabajo, siguiendo por la presencialidad educativa y, finalmente llegando al reencuentro físico y el divertimento en lugares públicos.

Desde el coronavirus originario de Wuhan a la pandemia global del covid-19, el mismo ha tenido miles de mutaciones desarrollando cepas de múltiples linajes. Y así tras alfa, han sido decenas las variantes que el mundo ha enfrentado en las cuatro vueltas que el virus le ha dado.

Delta, descubierta hace un año, se volvió rápidamente la dominante y se presumía que ante la comprobada efectividad de los biológicos que se estaban aplicando masivamente en el mundo comenzaba a ganarse la guerra a la pandemia. Pero, sorpresivamente, hace menos de un mes desde Sudáfrica llegó una sorpresiva e inesperada noticia: una nueva variante de diferente linaje, de alto poder de contagio y posiblemente inmune a los inoculantes.

Bautizada ómicron, la décimo quinta letra del alfabeto griego que utiliza la Organización Mundial de la Salud para denominar los virus, ya está en 57 países de todos los continentes, forzando al mundo a reimplantar medidas que van desde las sanitarias básicas (tapabocas obligatorio y distanciamiento social) hasta extremas como el cierre de fronteras y en contados casos el confinamiento preventivo.

A la espera de evidencia científica que permita no sólo indicar su comportamiento, peligrosidad y posible resistencia a las vacunas que develen la ruta sanitaria a seguir, han crecido tanto la desinformación como las fake news en torno a ómicron y la pandemia global.

En la aldea global de más de 7.942 millones (a este mes), se han administrado más de 8.372 millones de vacunas, cubriendo al 53.67% de la misma con el esquema completo de dos dosis. En términos absolutos, es decir que han recibido al menos un inoculante, dicho porcentaje se eleva al 81.55%.

Con estos datos el mundo sigue lejano no sólo a lograr la llamada ‘inmunidad de rebaño’ que los epidemiológicos ubican en el 70% de la población, sino en tener una mayor protección frente a ómicron ya que primeros estudios como los de Pfizer-Biontech develan que para neutralizarla se requiere de la dosis de refuerzo (tercera) y la misma debe aplicarse antes de lo inicialmente informado: de seis meses se pasa a tres.

Iguales recomendaciones han hecho los otros laboratorios e, inclusive, se conoció que el desarrollo chino Sinovac, originalmente de una sola dosis, requeriría dos refuerzos para blindar contra ómicron.

Ante esta nueva variante, de la que también se conoce que es de alta transmisibilidad, pero de baja virulencia y letalidad, a diferencia de delta, los desarrolladores de los biológicos están adecuando los mismos para combatirla. Para citar un solo ejemplo, Pfizer y BioNTech anunciaron los resultados de un estudio inicial de laboratorio que demuestra que los anticuerpos inducidos por su vacuna anticovid son eficaces para neutralizar la nueva variante después de tres dosis ya que, según su explicación científica, “aumenta los llamados títulos de anticuerpos en 25 veces, así como los niveles de células T CD8+ contra múltiples epítopos de la proteína de la espiga, que se consideran correlacionados con la protección contra la enfermedad grave. En comparación con el virus de tipo salvaje, la gran mayoría de estos epítopos permanecen inalterados en la variante de espiga ómicron

En la misma línea se han pronunciado otros laboratorios y todos a una coinciden en señalar que la tercera dosis ofrece un nivel suficiente de protección frente a la enfermedad de cualquier gravedad causada por ómicron.

Y es por ello que investigadores, científicos y la Organización Mundial de la Salud coinciden en señalar que las vacunas son la mejor ‘arma’ de protección contra el coronavirus y sus mutaciones.  De allí no sólo sus llamados a los gobiernos para que aceleren los planes masivos de inmunización sino que garanticen el acceso al mismo de todos los ciudadanos, superando obstáculos como distancias y difíciles accesos.

Al parecer estas dos últimas circunstancias favorecieron la rápida expansión de ómicron en el continente africano, especialmente en la zona meridional donde se ubican Sudáfrica, Botsuana y Lesotho, por no contar en muchas regiones con los sistemas sanitarios mínimos requeridos.


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¿El dilema global?

Pero mientras el mundo se blinda con diferentes medidas para evitar la llegada o el alto impacto de ómicron, crece desde meses atrás una pandemia igual o más preocupante: la de los no vacunados.

Son múltiples los argumentos que esgrimen, desde creencias sin fundamento como que alteran el ADN o inyectan una ‘sustancia’ para controlar el cerebro de las personas, hasta razones políticas y religiosas, pasando por el argumento de que el virus es un invento para enriquecer a los desarrolladores de las vacunas. 

Hace pocos días, el reputado médico, científico y asesor del gobierno Biden, Anthony Fauci señaló que en Estados Unidos la desinformación sigue obstaculizando la respuesta del país a la pandemia, un problema que se ha vuelto grave en los estados gobernados por republicanos. Y destacó que en ese país todavía 60 millones de personas que son elegibles para ser vacunadas, no lo han hecho y muy posiblemente no lo harán, salvo si están cobijados por algunas de las medidas adoptadas recientemente como laborar en una empresa con más de un centenar de trabajadores o hacerlo en el sector de la salud. “Gran parte de eso es por líneas ideológicas, lo cual es muy desafortunado", sostuvo.

Y esa situación no es exclusiva de Norteamérica, se todo el mundo, especialmente en países europeos que afrontan desde hace semanas un alto cuarto pico del covid, agravado por ómicron que ya es de transmisión comunitaria en muchos de ellos, disparando los contagios diarios a niveles récord (Reino Unido, Dinamarca, Alemania y Austria, entre otros). Baste este dato: Reino Unido registró el viernes más de 58 mil nuevos casos diarios, lo que no ocurría desde enero, y en Inglaterra el 30% de los contagios reportados son de ómicron.

Ante esta pandemia de no vacunados varios gobiernos han tomado medidas, para algunos tímidos, como impedirles su ingreso a sitios públicos (restaurantes, cines, bares, entre otros) lo que se comprueba con la exigencia del carné de vacunación, mientras otros contemplan la vacunación obligatoria que, si bien no la recomienda la OMS, consideran es la única forma de proteger a la mayoría ciudadana que ha cumplido con las directrices sanitarias en pro de la salud individual y colectiva. Sin embargo, han sido blanco de críticas porque se considera una violación a los derechos fundamentales.

Entre tanto otros, como Austria que volvió hace semanas al encierro total, plantea evaluar multas de hasta 3.600 euros a los que se nieguen a vacunarse contra el covid-19. La ministra para la Constitución y la UE, Carolina Edtstadler, indicó que el Gobierno calcula que esta medida afectará a cerca de un millón de personas que todavía no han sido inmunizadas.

Ante la ‘pandemia de no vacunados’ por lo pronto se ha vuelto a las medidas de probada eficacia para controlar la transmisión del virus: el uso obligatorio del tapabocas y el distanciamiento social. Sin embargo, se teme su inobservancia en las fiestas de fin y comienzo de año, lo que llevaría a un repunte de nuevos casos hacia mediados de enero, de seguro la mayoría de ellos ómicron.