¿Qué tan real es el riesgo de recesión económica en Estados Unidos? | El Nuevo Siglo
Foto archivo Anadolu
Viernes, 29 de Abril de 2022
Redacción internacional con AFP

LOS indicadores económicos en Estados Unidos reavivaron el fantasma de una recesión y el debate entre el gobierno y la oposición. Mientras el presidente Joe Biden la descarta, dirigentes políticos republicanos, así como analistas advierten que de no adoptarse medidas efectivas ante la galopante inflación el riesgo será real.

Una inesperada contracción en el primer trimestre de 1,4% (interanual), inflación de 6.6% a marzo (la más alta en los últimas cuatro décadas) y alza de precios de 0.9% ese mismo mes, son los más recientes datos sobre la ‘salud’ de la economía estadounidense pero que, a juicio del gobierno demócrata, están lejos de indicar que la misma pueda entrar a ‘cuidados intensivos’.

Este jueves, la Oficina de Análisis Económico del Gobierno informó que el PIB de EE.UU. cayó un 1,4% a ritmo anual en el primer trimestre de este año, un frenazo que no se había contemplado en las proyecciones e inclusive se esperaba un crecimiento de 1.1%. Vale recordar que en el último trimestre de 2021 la economía tuvo un crecimiento de 6.9%.

Esta desaceleración fue atribuida al repunte de casos de covid-19 por la variante ómicron, la galopante inflación, la reducción de gasto público que afectó tanto a consumidores como empresas y, sobre todo, la disminución de giros de ayuda monetaria a las familias por la pandemia (crédito fiscal por hijos), al igual que el alza en precios de combustibles y otros insumos, fruto de la invasión rusa a Ucrania.

El Departamento de Comercio explicó en un comunicado que "la caída del PIB refleja la reducción de las inversiones privadas, de las exportaciones, (...) los gastos públicos del Estado federal y de los gobiernos locales, mientras que las importaciones (...) aumentaron".

Los bienes duraderos impulsaron el aumento de las importaciones, mientras que el informe sostuvo que el déficit de inversión privada se debió especialmente a los bienes de comercio al por mayor, en particular los vehículos motorizados, debido a la escasez mundial de semiconductores.

La inflación, por su parte, ascendió en los últimos doce meses a 6,6% y los precios subieron 0,9% entre febrero y el mes pasado, según el índice PCE publicado ayer por el Departamento de Comercio. Este indicador, que es el que sigue la Reserva Federal (Fed), se mantiene así en máximos en 40 años.

El otro indicador de inflación en Estados Unidos, el CPI publicado a inicios de mes por el Departamento de Trabajo y referencia para el cálculo de las jubilaciones, mostró un incremento de precios de 8,5% en 12 meses a marzo, el mayor aumento desde diciembre de 1981.

Las dos medidas se calculan a partir de grupos de bienes y servicios diferentes, lo cual explica la diferencia de porcentajes.

El índice PCE dio cuenta de aumentos en todos los sectores de bienes y servicios. "Los precios de la energía aumentaron 33,9% mientras que los precios de los productos alimentarios subieron 9,2%" en 12 meses, destacó ese departamento.

El alza vertiginosa en el sector energético se vio impulsada por la invasión de Rusia a Ucrania desde el 24 de febrero, y las sanciones económicas que adoptaron los países occidentales contra Moscú.



Si se exceptúan los precios más volátiles de alimentación y energía, la inflación subyacente para el PCE siguió igualmente alta en marzo, en 5,2% a 12 meses.

Los gastos de consumo reflejan en parte esta fuerte alza de precios, con incrementos de 1,1% sobre febrero.

En dicho momento, el gobierno Biden anunció una serie de iniciativas como la liberación, en volúmenes históricos, de sus reservas estratégicas y el petróleo, así como el uso y la producción de biocombustibles en un intento, por ahora como se ve fallido, de bajar los precios tanto de la gasolina como de la energía. Y, lo más preocupante, tiene poco o nulo margen de acción para atajar la inflación, lo que mantiene la desaprobación a su gestión en 55%, según Rasmussen.

Biden no está preocupado

Los anteriores datos revivieron el fantasma de que la mayor economía del mundo caiga en recesión. Sin embargo, ello fue descartado de plano por el presidente Biden quien dijo “no estar preocupado” porque para eso ocurra se necesitan dos trimestres de contracción y los datos del Departamento del Comercio también revelan que los estadounidenses siguieron gastando, pese a los altos precios.

Es precisamente ese alto consumo lo que hace prever, tanto para el gobierno como los analistas, que la economía tendrá un mejor comportamiento en el segundo trimestre y, así conjurará la posibilidad de una recesión.

"La economía estadounidense, impulsada por las familias trabajadoras, sigue siendo resiliente frente a los desafíos históricos", reaccionó el mandatario al conocer el frenazo de la economía ocasionado, según arguyó a “factores técnicos".

Biden agregó que "Estados Unidos enfrenta los desafíos del covid-19 en el mundo entero, la invasión injustificada de Ucrania por (el presidente ruso Vladimir) Putin, y la inflación mundial”.

Entre tanto, algunos economistas alertaron sobre la posibilidad de una recesión de corto plazo, por una combinación de factores que afectan a la economía, empezando por la inflación más alta desde inicios de la década de 1980.

Entre enero y marzo, al alza de los precios al consumo se sumó la escasez de mano de obra, que se explica por una serie de factores como retiros por jubilación o millones de renuncias cada mes en un contexto de fuerte demanda de empleo.

La mayoría de los economistas consideran que la economía estadounidense es sólida, puesto que el consumo, motor histórico del crecimiento, se mantiene, tal cual lo confirmó el informe de este viernes del Departamento del Comercio, lo que es un buen augurio para el crecimiento en el segundo trimestre.

El gasto de los consumidores repuntó un 2,7%, mientras que el de las empresas aumentó un 7,3% respecto al trimestre anterior.

"Débil en apariencia, pero robusta por dentro", tuiteó Gregory Daco, economista jefe de EY Parthenon, aunque tomó la precaución de agregar entre paréntesis: "Por el momento".

"La primera contracción del PIB desde el final de la recesión no dejará de atizar los temores de una desaceleración de la economía, pero al mirarlo de cerca, el informe no es tan preocupante como parece", comentó por su parte Lydia Boussour, economista de Oxford economics.

Para Ian Shepherdson de la firma Pantheon Macroeconomics, "la economía no está cayendo en recesión. El comercio neto se ha visto afectado por un aumento de las importaciones, especialmente de bienes de consumo, ya que los mayoristas y minoristas han tratado de reconstruir sus inventarios".

Sin embargo, las perspectivas son inciertas. La guerra en Ucrania frena el crecimiento de la mayoría de los países y la política china de tolerancia cero al covid continúa alimentando los problemas de abastecimiento.

Las miradas se vuelcan hacia el banco central estadounidense, que se reúne martes y miércoles. Su presidente Jerome Powell anticipo que un aumento de medio punto porcentual de la tasa de referencia estaría "sobre la mesa" en la reunión del 3 y 4 de mayo.

Paralelamente, dirigentes políticos opositores concuerdan que si bien la economía es resiliente, los de los hogares comienzan a resentirse por los altos precios y nadie sabe hasta cuándo podrán aguantar.