Rusia: un Día de la Victoria…sin victoria en Ucrania | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Domingo, 8 de Mayo de 2022
Redacción internacional con AFP

RUSIA celebrará este lunes otro aniversario del Día de la Victoria, la emblemática fecha que rememora la capitulación de la Alemania nazi frente a las tropas aliada, especialmente soviéticas, y contrario a lo que se vaticinaba no entregará un parte de victoria sobre su ‘operación especial’ en Ucrania.

¿Error de cálculo, de estrategia militar, prevención ante un mayor cerco financiero de Occidente o disminución intencional en el avance militar? Una o todas pueden ser las causas por las que el Kremlin no sólo parece haber reacomodado sus objetivos en la guerra, sino por los que no puede exhibir victoria alguna a dos meses y medio de la incursión.

Con un incierto pero alto costo tanto de vidas humanas como económico, fallidos intentos diplomáticos y negociaciones empantanadas por la radicalización de las partes, la que se pensaba en principio sería una ‘operación relámpago’ comienza a visualizarse como una guerra de desgaste.

En este escenario son diferentes las hipótesis esgrimidas por dirigentes políticos, analistas y expertos. De esta forma van desde la ‘guerra verbal y política’ hasta las consideraciones tácticas y estratégicas militares, a las que se suma una creciente campaña de desinformación.

Occidente en monolítico frente, con Estados Unidos a la cabeza, ha impuesto un cerco económico a Rusia que inició con la exclusión del SWIFT, que es el sistema bancario internacional que permite las transacciones financieras, pasó por el cierre a las importaciones rusas y se encamina a extender el embargo al petróleo y el gas, tras los pasos de Washington.

En el ámbito político, el Kremlin mantiene el apoyo de su vecina Bielorrusia, las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Bolivia, así como su ‘sólida amistad´ con China que a hoy se ha negado a condenar la invasión militar a Ucrania.

En la contraparte se mantiene la ofensiva verbal, aunque con un discurso menos agresivo al de semanas atrás. Por ejemplo, esta semana, al presentar al Congreso un proyecto de ayuda para el país agredido por USD 33 mil millones, el presidente Joe Biden reiteró su teoría de que el mundo se encuentra "en un punto de inflexión" a nivel internacional, ante una "batalla entre la autocracia y la democracia", al tiempo que instó a entregar más armamento a Ucrania para hacer frente a la "guerra brutal" lanzada por el mandatario ruso, Vladimir Putin.

Y agregó que “si no hacemos frente a los dictadores, la Historia nos ha demostrado que siguen volviendo. Siguen volviendo. Su apetito por el poder sigue creciendo”.

En cuanto a los resultados de la guerra en el terreno, analistas y expertos militares coinciden en destacar que hubo errores de cálculo del Kremlin porque no pensaron encontrarse con la resistencia férrea de los ucranianos y de estrategia porque en su ofensiva inicial (24 de febrero) desplegó 150 mil soldados en tres frentes simultáneos, del norte hacia la capital, al este y el sur, sin conseguir la superioridad aérea.

"La conquista de la superioridad aérea es la clave de todo lo demás en un conflicto moderno. Tenían que haber derribado los cazas ucranianos, los radares, los sistemas suelo-aire, las pistas de aterrizaje", sostuvo un piloto francés en condición de anonimato.

Así, todos coinciden en que el objetivo inicial del presidente Putin era decapitar rápidamente al gobierno ucraniano con una guerra relámpago, pero los medios utilizados no estuvieron calibrados para enfrentar una dura resistencia, que no fue anticipada por los servicios de inteligencia.



"Los dirigentes políticos rusos impusieron al comando militar un escenario absolutamente absurdo, según el cual todo ocurriría como durante la anexión (rusa) de Crimea en 2014", sostuvo el experto ruso Alexandre Khramchikhine, quien agregó que “el comando militar ruso no estaba listo para tal resistencia de parte de los ucranianos".

En la misma línea se pronunció Vincent Tourret, dela Fundación para la Investigación Estratégica (FRS) al indicar que los rusos subestimaron completamente la relación de fuerzas” y que "la única parte que fue pensada como una operación de fue el asalto al aeropuerto de Hostomel y el intento de decapitar al gobierno ucraniano. Las demás tropas rusas entraron al país como si fueran a tomar posesión de él, con un número muy elevado de objetivos que los dispersaron completamente sobre el territorio".

En el terreno, las maniobras terrestres fueron confusas, revelando fallos de la cadena de mando y las lagunas de formación que llevaron a que, según el blog Oryx, en menos de dos meses los rusos perdieran más de 500 tanques y 300 vehículos blindados.

Para William Alberque, experto militar del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) de Londres "los vehículos blindados trabajan bien cuando se combinan con la artillería, la infantería y el apoyo aéreo…eso faltó en la primera fase de la guerra en Ucrania”.

Cambio de planes

La cadena logística tuvo dificultades para seguir el ritmo. Los numerosos golpes rusos carecieron de precisión: según Washington, solo 50% de los ataques de miles de crucero alcanzaron el blanco previsto.

Por el contrario, "los ucranianos estaban notablemente preparados. Montaron una verdadera operación de distracción" al no intentar defender sus fronteras, al alcance de los disparos de artillería, sino que diluyeron sus recursos terrestres y aéreos en el territorio y se reagruparon en las ciudades para complicar la ofensiva rusa, indicó una fuente militar europea.

Al cabo de un mes, después de fracasar en su toma a Kiev, Moscú decidió cambiar de estrategia y centrarse en la conquista de la región de Donbás, en el este y fronteriza con Rusia. Adujo ese viraje a el inicio de la segunda etapa de su ‘operación especial’.

Desde ese momento se ha evidenciado una consolidación en la estrategia rusa que le permitió tomar el control en Jersón y casi la totalidad de Mariúpol, la ciudad portuaria que le permitirá crear un corredor terrestre entre las zonas separatistas prorrusas del este, en la región del Donbás hasta la península de Crimea, anexada por Moscú en 2014, así como dominar el mar de Azov.

Desde hace dos semanas, las tropas rusas buscan sofocar el último reducto de resistencia en esa ciudad que está agazapada en los subterráneos del complejo industrial de Azvostal, de donde esta semana fueron evacuados 500 civiles.

Los separatistas del sudeste de Ucrania informaron que derribaron los letreros en ucraniano y en inglés de Mariúpol, reemplazándolos por señalética en ruso. 

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, afirmó que la ciudad está "completamente destruida" por los bombardeos rusos y que no queda nada que tomar, salvo la acería.

Las fuerzas ucranianas informaron que las tropas rusas tienen casi totalmente rodeada Severodonetsk, en la región oriental del Donbás, y que tratan de tomarla desde varios puntos.

Un importante cargo de la Cámara Alta del parlamento ruso visitó Jersón -hasta ahora la única ciudad importante de Ucrania tomada por las tropas de Moscú- y afirmó que Rusia permanecerá "para siempre" en el sur del país.

"No habrá retorno al pasado. Vamos a vivir juntos, a desarrollar esta rica región, rica de su patrimonio histórico, del pueblo que vive aquí", dijo Andrei Turchak, primer adjunto del presidente del Consejo de la Federación (cámara alta del Parlamento ruso), citado en un comunicado del gobernante partido Rusia Unida.

La región del Donbás es una zona industrial situada en el este ucraniano, en el centro del conflicto que libran desde 2014 las tropas de Kiev contra los separatistas prorrusos.  Estos grupos, que tienen el apoyo de Moscú, tomaron el control de parte de esta cuenca minera cuya población es mayoritariamente rusohablante y autoproclamaron dos "repúblicas populares" en Donetsk y Lugansk. 

Es allí donde está concentrada la guerra y donde se esperaba un triunfo para presentar en el mencionado Día de la Victoria porque, según se sabe, el presidente Putin es un apasionado por las fechas simbólicas y la historia.

Sin embargo, se da por descontado que en esta emblemática fecha, el mandatario entregue un parte de la guerra que no solo parece lejos de terminar, sino que está cumpliendo gran parte de su objetivo: controlar el este de Ucrania”. /