Sergio Garrido gobernador de Barinas, reversazo al chavismo | El Nuevo Siglo
AFP
Domingo, 9 de Enero de 2022
Agence France Presse

Barinas, el estado natal del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, dejará de ser gobernado por su familia por primera vez desde 1998, tras la derrota histórica que sufrió este domingo su candidato en la elección para gobernador repetida por una orden judicial.

A la espera de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclame la victoria de Sergio Garrido, un desconocido, como próximo gobernador de este estado agropecuario del oeste de Venezuela, el candidato oficialista Jorge Arreaza, exvicepresidente y excanciller de Venezuela, reconoció el revés en Twitter.

"La información que recibimos de nuestras estructuras del PSUV [Partido Socialista de Venezuela, en el poder], indican que, aunque aumentamos en votación, no hemos logrado el objetivo", escribió Arreaza, que fue yerno de Chávez y padre de su primer nieto.

La elección ratifica la inminente victoria del 21 de noviembre conseguida por la oposición y que fue anulada por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), de línea oficialista, alegando que el candidato opositor, Freddy Superlano, estaba inhabilitando, impidiéndole volver a participar.

Tampoco pudo hacerlo su esposa, que iba a ser su sustituta, o un tercer aspirante, dejando a Garrido, electo para el parlamento regional en noviembre pasado, como cuarta opción.

"El pueblo noble, leal y valiente de Barinas logró el triunfo", celebró Garrido, que rompe 24 años de hegemonía chavista en este estado, que siempre estuvo gobernado por un miembro de la familia del padre de la llamada Revolución Bolivariana.

Garrido, de 54 años, instó "a tener un poco de paciencia" a la espera de los resultados que deben conocerse este mismo domingo. 

"Que haya el anuncio oficial de la Junta Electoral Nacional, donde ya definitivamente diga quién es el ganador, que por supuesto todos ustedes saben quién es", dijo en una rueda de prensa en su comando de campaña.

Las calles de acceso a la sede regional de la autoridad comicial están bloqueadas por un piquete con militares de la Guardia Nacional con equipos antimotines.

Una tarima con una pantalla gigante que el chavismo había instalado para la celebración de un eventual triunfo quedó sola, en penumbras, muy cerca de su comando de campaña.

 

 "Uso y abuso" 

El gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) -que ganó en las regionales la alcaldía de Caracas y 19 de las 23 gobernaciones- desplegó toda su fuerza para esta elección, marcada por denuncias de ventajismo.

Arreaza llegó a despachar desde la gobernación, mientras que ministros y funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro inauguraron obras públicas durante la campaña y entregaron viviendas populares a ciudadanos.

Roberto Picón, uno de los rectores del CNE, denunció ventajismo de la fuerza gobernante.

"Los mecanismos de fiscalización y penalización disponibles para el CNE son insuficientes para controlar una acción concertada del Estado, en campaña electoral, como la que se ha evidenciado en Barinas", expresó Picón en Twitter. 

El CNE fue reestructurado de cara a los comicios de noviembre para abrir espacio a autoridades próximas a la oposición como Picón, aunque el organismo sigue controlado por el chavismo. 

Ha habido "uso y abuso" de recursos públicos, sostiene Garrido.

Barinas era en una especie de sitio culto de la Revolución, con los Chávez siempre al frente.

La dinastía empezó con su padre, Hugo de los Reyes (1998-2008), y continuó con sus hermanos Adán (2008-2016) y Argenis (2017-2021), quien aspiraba a la reelección, pero renunció después de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), de línea oficialista, ordenara repetir los comicios cuando Superlano lideraba los conteos.

El tribunal alegó que Superlano, que sumaba 37,6% de los votos frente a 37,21% de Argenis Chávez, estaba inhabilitado por investigaciones judiciales.

"La oposición ganó y no les gustó, porque tienen que seguir con la hegemonía y la dinastía de ellos", dijo más temprano Nelson León, profesor de música jubilado de 68 años, que votó en el casco central de la capital.

Unos 25.000 efectivos de seguridad, entre ellos 15.000 militares, custodiaron este proceso al que fueron llamados a votar 607.000 de los 870.000 habitantes de este estado.