La capital haitiana, Puerto Príncipe, continúa sumida en un espiral de violencia desatada por las pandillas armadas, ante lo cual Estados Unidos anunció el domingo la evacuación de parte del personal de su embajada y reforzó la seguridad.
Hospitales bajo ataque, escasez de alimentos e infraestructuras bloqueadas han llevado a la ciudad a una situación humanitaria cada vez más precaria. El sábado estuvo marcado por nuevos enfrentamientos entre la policía y las bandas criminales.
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Portavoces militares estadounidenses dijeron el domingo que se había "realizado una operación para aumentar la seguridad de la Embajada de Estados Unidos en Puerto Príncipe, permitir que continúen las operaciones" de la misión diplomática y "la salida del personal no esencial"
"El transporte aéreo de personal desde y hacia la Embajada es consistente con nuestra práctica estándar de aumento de seguridad", agregó un comunicado del Comando Sur del Departamento de Defensa de Estados Unidos.
La embajada estadounidense señaló por su lado en la red social X que "el aumento de la violencia de las pandillas en las proximidades de la embajada de Estados Unidos y del aeropuerto ha llevado al Departamento de Estado a hacer arreglos para permitir la salida de personal adicional" de la sede diplomática.
Población confinada
"Los habitantes de la capital viven confinados, no tienen a dónde ir", alertó el sábado Philippe Branchat, jefe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), al describir una "ciudad en estado de sitio".
"Las personas que huyen no logran contactar a los miembros de su familia o a sus amigos que están en el resto del país para poder encontrar refugio. La capital está rodeada de pandillas armadas y peligrosas", afirmó.
Las pandillas, que controlan vastas áreas de la capital así como las vías de acceso que conducen al resto del territorio, llevan varios días atacando comisarías, tribunales y prisiones, de las que se fugaron miles de presos.
Esos grupos y una parte de la población exigen la renuncia del primer ministro, Ariel Henry, que está fuera del país.
Según los últimos reportes, Henry está en Puerto Rico.
Ante la violencia, decenas de habitantes tomaron el sábado una oficina de la administración pública en Puerto Príncipe, con la esperanza de encontrar allí refugio, según un corresponsal de la AFP.
"Desde anoche no hemos podido dormir. Huimos, yo con mis cosas sobre la cabeza, sin saber adónde ir", dijo a la AFP Filienne Setoute, que tuvo que abandonar su casa.
El día anterior, hombres armados atacaron el palacio de la Presidencia y la comisaría de Puerto Príncipe, confirmó a la AFP el coordinador general del sindicato de la policía haitiana (Synapoha). Varios atacantes resultaron muertos, según la misma fuente.
"La inseguridad está por extenderse a escala nacional: hay violencia en Artibonite (región noroeste), bloqueos en Cap Haitien (norte), y escasez de combustibles en el sur", destacó Branchat.
Según la OIM, 362.000 personas -de las cuales más de la mitad son niños- están actualmente desplazadas en Haití, cifra que ha subido un 15% desde el inicio del año.
El gobierno decretó el estado de emergencia en el departamento del Oeste que incluye a Puerto Príncipe, así como un toque de queda nocturno de difícil aplicación por parte de las fuerzas del orden, que ya se ven desbordadas
Fabiola Sanon, residente de la capital, contó a la AFP que su marido James, de 32 años, fue asesinado durante los recientes ataques y que lo halló "tirado en la calle".
Frente al estallido de violencia, la Comunidad del Caribe (Caricom) convocó a representantes de Estados Unidos, Francia, Canadá y de la ONU a una reunión el lunes en Jamaica.
La atención sanitaria está seriamente afectada con "hospitales que han sido atacados por pandillas y que han debido evacuar al personal sanitario y a los pacientes, incluidos los recién nacidos", según la OIM.
El director general de la Autoridad Portuaria Nacional (APN), Jocelin Villier, denunció saqueos en el puerto.
Hambre
La oenegé Mercy Corps alertó de los riesgos para el aprovisionamiento de alimentos en el país más pobre de América.
"Con el cierre del aeropuerto internacional, la poca ayuda que recibe Haití en la actualidad podría no volver a llegar", advirtió el organismo el jueves. Y "si no se accede a esos contenedores, Haití pronto tendrá hambre".
De continuar la "parálisis" en Puerto Príncipe en las próximas semanas, "cerca de 3.000 mujeres embarazadas corren el riesgo de no poder acceder a los cuidados de salud esenciales", alertaron varios representantes de la ONU la semana pasada.