DESCONTADO que se impondrán en las primarias que este martes se realizan en 15 estados y el territorio de Samoa Americana, como lo han hecho en las jornadas precedentes por no tener un competidor fuerte dentro de sus respectivos partidos, el demócrata Joe Biden y el republicano Donald Trump se aprestarán a asegurar sus nominaciones presidenciales, tres meses antes de que concluya este proceso de participación ciudadana.
Como no había ocurrido en años anteriores, este “Supermartes”, denominado así no sólo por la cantidad de estados que realizan las consultas, sino por el alto número de delegados en juego, no será decisivo para el bipartidismo estadounidense, ya que si bien en los republicanos quedan dos en competencia y en los demócratas son tres, de antemano se vislumbraba la reedición del duelo de hace cuatro años entre sus dos líderes naturales: Trump y Biden, respectivamente.
También es inédito el escenario político, porque por primera vez enfrenta a dos líderes que han sido presidentes de Estados Unidos, ambos investigados (el conservador con cuatro procesos penales y el demócrata con la posibilidad de un juicio político). A ello hay que sumarle que la ofensiva judicial contra Trump no surtió el efecto que preveían los demócratas, porque amén de que su base electoral se mantiene intacta, ha ganado terreno entre los independientes e, inclusive, en sectores poblacionales que apoyaron a Biden, a saber, latinos –especialmente jóvenes– y afroamericanos.
Entre tanto, el inquilino de la Casa Blanca, que anhela seguir allí cuatro años más, no sólo continúa con alta desaprobación a su gestión, en promedio de 56% según RealClear Politics, sino que pierde –y de lejos– la confianza ciudadana para manejar la economía, dándole las encuestas apenas un 33% frente a un 55% de Trump.
Y, como si ello fuera poco, en consonancia con lo que viene ocurriendo desde semanas atrás, en todas las encuestas sobre intención de voto a nivel nacional, el líder republicano supera al candidato presidente con una ventaja que oscila entre uno y seis puntos.
Ejemplo de ello, en estas realizadas en las dos últimas semanas de febrero, Morning Consult da a Trump 44% y a Biden 43%; Harvard/Harris (53% - 47%), Harris X (52% - 48%) y Marquette (51%-49%). La excepción fue la realizada por Economist, que los empata en 44%.
El escenario se le complica en las mediciones de voto en los llamados estados ‘bisagra’ o ‘púrpura’, donde también el seguro candidato republicano se mantiene primero, contrariando los cálculos políticos de los estrategas demócratas, quienes consideraban que una vez Trump empezara su desfile por los estrados judiciales, iba a perder apoyo ciudadano.
Byron York, analista de “Washington Examiner”, señala en un artículo titulado “El doble pánico de los demócratas” que los temores en el partido cuyo símbolo es el burro están aumentando por dos razones puntuales: las desfavorables encuestas en los considerados estados claves y la alta posibilidad de que el fiscal especial Jack Smith, a cargo de los procesos penales contra el expresidente Trump, no logre cumplir su objetivo de que sea juzgado y condenado antes del 5 de noviembre.
De esta forma destaca que las mediciones de Emerson College y Hill en esos estados, también bautizados como indecisos, coinciden en que Trump supera a Biden: +6 en Georgia, +3 en Carolina del Norte, +6 en Nevada, +3 en Arizona, +2 en Michigan y +3 en Wisconsin. Y en las precedentes, a saber, las realizadas por Bloomberg y Morning Consulting, la ventaja del republicano es mayor, especialmente en Carolina del Norte y Arizona, al igual que en Pensilvania (+6).
Y aquí vale destacar que ese favoritismo del republicano se evidenció por primera vez el pasado noviembre, cuando las mediciones de Sienna College para el “New York Times” dispararon las alarmas demócratas al revelar que superaba por varios puntos a su candidato en cinco de esos seis estados.
Como se ve, la situación no ha cambiado, o mejor, se ha modificado pero a favor del expresidente. York esgrime, frente a su segunda razón, que se tenía presupuestado que los cuatro procesos penales a Trump (presunto fraude fiscal, pago a una actriz porno, intento de manipular resultados electorales y manejo inadecuado de documentos clasificados) se surtieran en los primeros meses de este año porque, de ser condenado por alguno de ellos, se afectaría su imagen y resquebrajaría el apoyo electoral, porque no sería lo mismo un candidato investigado que uno condenado.
Pero con Trump dando a cara a todos ellos, acudiendo a los tribunales, inclusive siendo reseñado judicialmente, el efecto –por ahora– ha sido contrario.
En esa batalla judicial, tras reiterar que es blanco de una ‘caza de brujas’ ha interpuesto todos los recursos legales en su defensa, logrando esta semana que la Corte Suprema aceptara examinar el tema de la inmunidad penal invocada por el expresidente.
El 6 de febrero un tribunal federal de apelaciones desestimó que Trump tuviera inmunidad penal, reabriendo el camino para que se le juzgara en Washington por su presunto intento de alterar los resultados de las elecciones de 2020.
El tribunal de apelaciones dejó en suspenso el fallo para dar al expresidente la oportunidad de apelar ante la Corte Suprema –tal cual lo hizo y fue aceptada su petición–, lo que llevó a la jueza Tanya Chutkan a anunciar el aplazamiento del juicio que había previsto iniciar este lunes, un día antes del Supermartes.
La Corte Suprema dijo que abordaría el tema de "si un expresidente disfruta de inmunidad presidencial frente a un proceso penal por conductas que supuestamente involucran actos oficiales durante su mandato y, de ser así, en qué medida".
El fiscal especial Jack Smith, que investiga el caso, recomendó a la Corte Suprema que no aceptara dar trámite al caso pero, si lo hacía, que fijara un calendario acelerado.
En su decisión de este miércoles, la Corte Suprema satisfizo en parte a Donald Trump al no permitir que la decisión de apelación entre en vigor hasta que se pronuncie. Pero programando los debates para "la semana del 22 de abril" accede en cambio a la petición del fiscal especial de adelantar el plazo.
En sus alegatos, Jack Smith subrayó la "importancia nacional única de este caso penal", en el que un expresidente es "procesado penalmente por haber intentado permanecer en el poder impidiendo al legítimo ganador de las elecciones asumir sus funciones".
Los abogados de Trump aducen "inmunidad absoluta".
"A los efectos de este caso penal, el expresidente Trump se ha convertido en ciudadano Trump, con las mismas protecciones que cualquier otro acusado. Pero cualquier inmunidad ejecutiva que podría haberlo protegido cuando era presidente en el cargo, ya no lo protege", escribieron los tres jueces de apelación en su fallo, confirmando uno emitido en diciembre en primera instancia por la jueza Chutkan.
La gran jornada
Con este compás de espera judicial –cuya resolución puede tardarse hasta junio, ya que como reseña un análisis de “New York Times” el caso implica “aplicaciones novedosas de leyes penales a circunstancias sin precedentes”, por lo que la Corte Suprema tiene que considerar y pronunciarse sobre algunas cuestiones legales críticas antes de que el caso avance–, continuará cumpliéndose el cronograma electoral para la nominación presidencial en ambos partidos.
Con calendario similar, se han verificado las primarias y caucus en Iowa, New Hampshire (solo republicanos), las Islas Vírgenes, Nevada, Carolina del Sur, Idaho, Misouri y Dakota del Norte (solo republicanos) y este martes tendrá lugar la gran jornada del Supermartes que, como reseñamos arriba, mantiene su importancia, pero en esta ocasión no es decisiva.
A los catorce estados tradicionales que la realizan (Alabama, Alaska, Arkansas, Colorado, Maine, Massachusetts, Minnesota, Carolina del Norte, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah, Vermont, Virginia y Samoa Americana) se suma California, que tradicionalmente las realizaba en junio y donde se juega el mayor número de delegados.
En esta cita de envergadura, más de una tercera parte del total de delegados disponibles en las primarias presidenciales de ambos partidos serán adjudicados: 854 del lado republicano y 1.240 por los demócratas.
Las seis contundentes victorias en línea han dado a Trump 122 delegados y el número mágico para hacerse anticipadamente a la nominación es de 1.215. De seguro volverá a triunfar este martes, haciéndose a la mayoría de los que están en disputa y restándole un poco más de 200 para lograr su objetivo, el que se presume logrará la semana siguiente cuando se verifiquen las respectivas jornadas en Georgia, Misisipi, Washington y el caucus de las Islas Marianas del Norte.
Su contendora, la exembajadora ante Naciones Unidas Nikki Haley, llegará este martes con una fracción de delegados, pero muy distante a la del exmandatario. Ha dicho que se mantendrá en competencia aduciendo que “tirar la toalla sería una salida fácil” y que es consciente de que la mayoría de los ciudadanos desaprueba tanto a Donald Trump como a Joe Biden.
Sin embargo, analistas políticos como Julian Zelizer consideran que "Haley permanece en la carrera por la posibilidad de una condena (de Trump), no por su victoria. Su única esperanza es aguantar el tiempo suficiente para que los procedimientos judiciales socaven la candidatura del exmandatario.
Por el lado demócrata, el presidente Biden, que tiene 206 delegados, también sumará este martes la mayoría de los que están en disputa. Ello lo ubicaría a las puertas de los 1.968 que requiere para alzarse con la nominación, cifra que prevé alcance también la próxima semana.