UN triunfo amplio, incuestionable y en toda la línea de la política en Estados Unidos obtuvo el líder republicano Donald Trump, derrotando una vez más los vaticinios de las encuestadoras y el argumento de la ‘amenaza’ que para él representaba para la democracia, esgrimido constantemente por la élite demócrata.
Las victorias en Carolina del Norte, Georgia y Pensilvania, -aunadas a las de los 23 estados que tradicionalmente votan conservador- anunciadas en la madrugada de este miércoles confirmaron el irreversible camino del retorno de Trump a la Casa Blanca, por lo que ante cientos de seguidores en el centro de Convenciones de West Palm Beach (Florida), el líder republicano proclamó su victoria, la que exaltó como histórica e hizo un llamado a la unidad nacional.
A sus 78 años, el exmandatario republicano marca al menos cuatro récords políticos: es la segunda persona que regresará al Despacho Oval de la Casa Blanca tras un paréntesis de cuatro años, un hito que hasta ahora sólo había logrado el demócrata Grover Cleveland en el siglo XIX; derribó el ‘muro azul’ (Wisconsin, Michigan y Pensilvania) que con mucho esfuerzo e ínfima ventaja levantó Joe Biden hace cuatro años.
Ubicados en el norte, esos tres estados constituyen el corazón del denominado “cinturón del óxido” (Rust belt, en inglés), término coloquial que sirve para hacer referencia a la región geográfica que se extiende desde Nueva York hasta el Medio Oeste, hogar de un elevado porcentaje de votantes de clase trabajadora cuyos abuelos habitaron el que fuera el área más productiva y sindicalizada del mundo.
En ellos, Trump ganó por una diferencia de entre uno y tres puntos porcentuales, muy lejos del ‘empate técnico’ (por décimas) que vaticinaban todas las encuestas realizadas en octubre e inclusive pronosticaban un triunfo de la demócrata Kamala Harris tanto en el voto nacional como en la mayoría de los estados bisagra o pendulares.
Con 266 grandes electores a su haber, a tan solo cuatro del mínimo requerido para ganar, el candidato republicano entregó su parte de victoria e informó que la ‘ola roja’ avanzaba irme en los cuatro estados restantes: Michigan, Wisconsin, Arizona y Nevada.
En los dos primeros su triunfo se confirmó antes del mediodía de ayer, elevando su número de miembros en el Colegio Electoral a 294, mientras que su rival demócrata, Kamala Harris desde horas de la madrugada vio cómo rápidamente se le cerró el camino hacia la Casa Blanca, por lo que optó por aplazar su programado discurso en la Universidad de Howard para la tarde de este miércoles.
Con presidente electo más no reconocido por los medios estadounidenses (con excepción de CNN) amaneció Estados Unidos ayer y, a las pocas horas, la euforia republicana volvió a estallar cuando se confirmó que los 10 votos electorales de Wisconsin eran para Trump. Con ello saltó la valla del triunfo, con siete grandes electores más de los requeridos constitucionalmente.
La contundente fuerza electoral del líder republicano se afianzó aún más con los datos de Michigan, sumando otros 15 votos electorales, revirtiendo la tendencia de hace cuatro años. Su ventaja sobre Harris fue allí mayor a los dos puntos porcentuales.
Con cinco estados bisagra a su lado, Trump alcanzaba 295 grandes electores en el Colegio que oficialmente proclama al ganador. Restaba por conocerse el desenlace en los dos estados de la zona occidental, Arizona y Nevada, que otorgaban 11 y 6 delegados, respectivamente. Y también en ellos, la tendencia era mayoritariamente a su favor, ya que en el primero con el 61% de votos informados, su ventaja era de 4.7%, mientras que el estado plateado era de una décima más, con el 85% escrutado.
Si como se prevé, también se impone en dichos estados, el candidato republicano sumará 312 votos electorales, superando los que obtuvo en 2016 (304) en la disputa presidencial con Hillary Clinton (277).
Congreso y gobernaciones
Ya había un `tsunami rojo’ electoral en Estados Unidos, no sólo por la elección presidencial de Trump, sino los republicanos arrebataron el control del Senado a los demócratas (52 a 44) gracias a las victorias de sus candidatos, el colombo-estadounidense Bernie Moreno en Ohio; Jim Justice en Virginia y la reelección de en Nebraska de Deb Fischer.
El remezón político llegaba también a la Cámara de Representantes, que se renovó en su totalidad. Y sin finalizar el escrutinio, los conservadores tienen alta la posibilidad de alcanzar la mayoría (218), ya que logran 205 bancas contra 189 de los demócratas.
Otra buena nueva para los conservadores fue la elección de los gobernadores, ya que si bien no todos los 50 cargos estaban en juego, tras la jornada electoral quedaron con 27 de estos funcionarios. Inclusive, en Puerto Rico, fue electa como gobernadora Jennifer González, republicana y afín a Trump. La noticia fue unduro revés para la campaña que lideró una de las figuras más destacadas de la isla, el cantante Benito Martínez, “Bad Bunny” en contra del voto por ideas 'trumpistas'.
En pocas palabras, Trump tras ser blanco de una ofensiva judicial y una agresiva campaña por parte de los demócratas, así como blanco de intentos de asesinato, sin cambiar el discurso ni el programa, concitó el mayoritario respaldo de los electores norteamericanos en todo: el voto nacional, la totalidad de los estados bisagra, el control del Senado, posible mayoría en Cámara, mayoría de gobernaciones y el mayor número de grandes electores en las cuatro últimas presidenciales.
El presidente Joe Biden "felicitó" a Donald Trump y lo "invitó" a la Casa Blanca, informó el gobierno estadounidense, agregando que el mandatario “se dirigirá a la nación" este jueves para abordar los resultados electorales y el período de transición, precisó la Casa Blanca.
Por su parte la vicepresidenta Kamala Harris al reconocer públicamente su derrota, llamó a sus seguidores a aceptar los resultados y "seguir luchando" por el país.
"El resultado de estas elecciones no es lo que queríamos, no es por lo que luchamos, no es por lo que votamos, pero escúchenme cuando digo que la luz de la promesa de Estados Unidos siempre brillará mientras nunca nos rindamos y sigamos luchando", dijo en un discurso en la U. de Howard.
Decantada la euforia, se alista Trump II, para un mandato pletórico de retos a partir del próximo 20 de enero. Con el espaldarazo mayoritario de los estadounidenses, un partido del sentido común tal cual lo definió en su discurso de victoria, invitación a la unidad nacional y promesa de hacer a Estados Unidos un país más fuerte y próspero, el republicano alista su retorno a la Casa Blanca, ya no como “El Aprendiz” sino con el expertirse económico, político y social que demanda regir los destinos de esa potencia.