Vientos de guerra: las amenazas desde Ucrania | El Nuevo Siglo
UCRANIA le pidió a Rusia, desde hace una semana, que retire sus fuerzas militares de la frontera con Ucrania y que detenga su retórica belicosa
Foto fuerzas Armadas de Ucrania
Viernes, 16 de Abril de 2021
Giovanni Reyes

La dinámica actual en Ucrania amenaza con desembocar en conflicto internacional. Están confluyendo en ese país europeo poderosos intereses. Convergen en esa región geográfica estratégicas perspectivas de constante importancia en la escena mundial. Es la salida al Mediterráneo por parte de Rusia, se trata de la región garganta para el transporte de gas -un energético clave desde las repúblicas exsoviéticas hacia Europa- y desde luego, se trata del acceso a la crucial región del Medio Oriente.

En la historia inmediata de esta zona próxima a la región balcánica un punto de inflexión se tuvo cuando Moscú tomó posesión -o retomó el control, como lo indica el Kremlin- de la península de Crimea. Esta disposición rusa es muy importante y merece ser escudriñada con más rigor, dado que los vientos enrarecidos con los que nos enfrentamos hoy en día tienen en esta disposición, un antecedente vital.

En síntesis, lo ocurrido es que el 18 de marzo de 2014, Rusia aprobó la denominada “Ley sobre Nuevos Territorios Federales”.  Según esta disposición, se incorporaban legalmente al territorio ruso -un claro mecanismo de anexión- Crimea y en particular, la región de Sebastopol.  Se establecía un “período transitorio” respecto a la aplicación de la ley, que iba hasta el 1 de enero de 2015.  Todo ello se cumplió, con una normativa que evidenciaba ser hecha a la medida de las perspectivas rusas.

Ante ello, el ambiente se comenzó a enrarecer.  Ni la Unión Europea, ni Estados Unidos, ni la Asamblea General de Naciones Unidas reconocieron tales disposiciones y los hechos de toma de posesión de esos territorios.  Los elementos de la crisis estaban desde ya servidos y una muestra concreta de ello, fue el despliegue de fuerzas tanto ucranianas como rusas en la región.  La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la Resolución 68/262 dedicada a la “Integralidad Territorial de Ucrania”.

Observadores internacionales y analistas desde Rusia, reiteran el señalamiento referente a que el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, habría firmado “una declaratoria de guerra” el pasado 24 de marzo, mediante el Decreto 117/2021. Tal disposición subraya que “es política fundamental del gobierno ucraniano, recuperar Crimea”. Al respecto, la posición rusa declara que Crimea es rusa, con base en un referéndum llevado a cabo en 2014, en el cual se habría manifestado como mayoritaria en ese sentido, la voluntad de los habitantes de la citada península que se ubica entre el Mar de Azov y el Mar Negro.

El incremento de tensiones militares en el área fue casi automático. El ejército ucraniano llevó a cabo una importante movilización de tropas. Es de resaltar aquí que estos ejércitos cuentan con aprovisionamiento de armas y municiones especialmente de Estados Unidos -incluyendo vehículos aéreos no tripulados, sistemas de guerra electrónica, misiles antiaéreos.  Por su parte, Moscú también ha movilizado tropas a la zona.

Otro aderezo que está siendo favorable al fortalecimiento de las fuerzas de tensión en el área, se refieren al señalamiento por parte de Joe Biden, de que Putin es un asesino.  Esta mención, en un programa sensacionalista estadounidense, y la respuesta desde Moscú han escalado las tensiones.

Ahora, en lo que parecería cierto sentido de retractación, Biden pide reunirse con Putin. Un requerimiento que en su momento fue iniciativa rusa y que no fue atendida por Washington.  Como mínimo aquí se hacen evidentes las incoherencias de la política exterior de Estados Unidos. Desde luego se han superado las precámbricas condiciones de diplomacia -es un decir- que se tenían en los tiempos de Trump, pero estas aristas afiladas, estos deslices, no favorecen una perspectiva integral, ni mucho menos, en la política exterior que se origina en Washington.

Un componente que también se identifica con esta “línea dura” por parte del gobierno actual de Ucrania, sería la llamada que Zelensky habría hecho al Secretario de Defensa de Estados Unidos. Se ha filtrado que, en esa llamada, el Secretario Lloyd Austin le habría prometido al mandatario de Kiev, el apoyo “irrestricto” de Estados Unidos a Ucrania.

Una conclusión de este tema particular sería un componente vital de esta dinámica armamentista: Zelensky no estaría dando ningún paso en sus posiciones de política exterior respecto a Crimea, sin contar previamente con el beneplácito de Washington.

Uno de los mayores riesgos que se tienen aquí es la alineación polarizada de bloques de poder, conformados por países con intereses antagónicos.  Ese sería el mayor peligro. Algo que recuerda cómo, incidentes considerados estrictamente coyunturales, fueron los detonantes en especial para la primera guerra mundial: asesinato del archiduque heredero del trono, Francisco Fernando y su esposa Sofía Chotek, el 28 de junio de 1914 en Sarajevo.

En este caso, Rusia ha podido ir aglutinando a su favor varios elementos, entre los que se cuenta su presencia y recurrente protagonismo con el problema sirio.  En esto, es evidente que Moscú le apuesta a un proceso de amortiguación de presiones para Damasco, a la vez que concreta operaciones conjuntamente con Turquía, Irán e Irak.

Por otro lado, Europa sabe que el tema es por demás complicado.  De ninguna manera desea mayores roces o enfrentamientos con Estados Unidos, especialmente ahora que se han superado los aciagos años de Trump.  De allí que un foro por demás importante, desde su fundación el 4 de abril de 1949, es la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Por ahora, la Administración Biden hace maniobras tratando de superar esas heridas auto infringidas con los insultos a Putin. Moscú asociándose a ciertas posiciones europeas y Pekín, trata de fortalecer sus posesiones y poderío. En todo esto, se abren notables oportunidades para que Bruselas pueda desplegar un liderazgo tan crucial como constructivo en el actual y delicado caso de Ucrania.

*Ph.D. University of Pittsburgh/Harvard. Profesor Titular, Escuela de Administración de la Universidad del Rosario

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