PARA lo que está sucediendo en la campaña política de Estados Unidos se pude evocar el lenguaje que usan los jóvenes para un reto. Así, el veto de Colorado a Donald Trump puede resumirse en ¿Primarias o miedo? Y, sin duda, la respuesta es la segunda, porque es lo que están demostrando los demócratas ante la creciente posibilidad de que el republicano vuelva a la Casa Blanca.
A la ofensiva judicial inédita contra el exmandatario republicano que enfrenta cuatro procesos (en dos de los cuales fue reseñado) y que según revelaciones periodísticas fue sugerida al Partido Demócrata por su líder, el presidente Joe Biden, paralelamente presentaron demandas, a través de organizaciones ciudadanas, contra Trump, aduciendo que sus actuaciones pasadas ‘atentaron contra la democracia’.
Eso es lo que acaba de ocurrir en Colorado donde la Corte Suprema del Estado falló a favor de Ciudadanos por la Responsabilidad y la Ética en Washington considerando que “el presidente Trump está descalificado para el despacho presidencial de acuerdo con la sección tercera de la décimocuarta enmienda de la Constitución" y, por tanto, “sería un acto erróneo bajo el código electoral del estado que aparezca como candidato en la boleta de las primarias presidenciales".
La mencionada enmienda que data de 1868, otorgó la ciudadanía a los nacidos o naturalizados en los Estados Unidos, garantizó los derechos civiles a todos los estadounidenses, incluidos los que habían sido esclavizados. Y, específicamente en la Sección 3 prohibió a las personas ocupar cargos públicos si prestaban juramento a la Constitución y luego participaban en una insurrección. La medida tenía como objetivo impedir que los exconfederados regresaran al poder.
Las siete personas que conforman Ciudadanos por la Responsabilidad presentaron meses atrás una demanda en Denver, basados en tal enmienda, para sacar a Trump de la boleta electoral. Sufrieron un revés cuando una jueza dictaminó este noviembre que Trump participó en una ‘insurrección’ al Congreso el 6 de enero de 2021, pero que el ‘veto’ de la sección 3 no se aplica a candidatos presidenciales.
Inmediatamente vino la respectiva apelación, los primeros por la permanencia del líder republicano en la boleta electoral y el exmandatario por la conclusión ‘a priori’, sin el debido proceso de la jueza, sobre su participación en los violentos actos del 6 de enero. Fue así como el caso escaló a la Corte Suprema del Estado, la que este martes revocó el ítem de la Sección 3, es decir, que la prohibición cobijaba a los que se postularan a la Casa Blanca.
En su decisión, reafirma la presunta participación y hostigamiento al ataque de varios “trumpistas” al Congreso, desconociendo que el líder republicano no ha sido acusado por tal hecho y que no ha sido condenado por delito alguno. Aunque vale aclarar que tres de los siete magistrados de Colorado votaron en contra con estos argumentos, además de considerar que el tribunal no tenía la autoridad para decidir el tema según el código electoral del Estado.
Al máximo tribunal
El fallo que fue de mal recibo no sólo en los republicanos –incluidos los competidores de Trump a la nominación partidaria- sino en gran parte de la ciudadanía que pese a la polarización lo califican como una evidencia más e inédita para frenar su fuerte candidatura, llegará a la Corte Suprema de Estados Unidos, a donde se presentará la apelación.
Tal vez como nunca antes el máximo tribunal se ve abocado a una decisión política trascendental para el futuro democrático de Estados Unidos. Y, será con base en dos procesos contra el expresidente Donald Trump, a saber, el estudio en curso sobre si tiene inmunidad presidencial y el veto electoral que le acaba de imponer el estado de Colorado.
Los nueve integrantes de la Corte tienen en su agenda la petición del fiscal especial Jack Smith para que determine si al exmandatario, al que endilga ‘actos criminales’ como presunta interferencia electoral y hostigamiento a la violencia, se le debe levantar el fuero e, inclusive, si puede postularse –como lo está- a la presidencia del país. Y, la apelación al fallo del estado de Colorado.
Sin decir palabra, el máximo tribunal ya es blanco de críticas de los demócratas, que señalan que el fallo será favorable al exmandatario republicano, por la política conservadora de seis de sus nueve magistrados la que, recuerdan, se impuso en su decisión contra el fallo de Roe vs. Wade, el que por errónea interpretación consideró como un derecho constitucional el aborto.
Ante la importancia de sus pronunciamientos -con el minucioso estudio que ello demanda-, que son la última palabra, y con las primarias partidistas en ciernes, ya que arrancan el 15 de enero en Iowa, es poco probable que la Corte Suprema decida pronto y, por tanto, Trump permanecerá en la primaria de Colorado, que se verificará en el llamado ‘Supermartes’ el 5 de marzo y un día después de que inicie en Washington el juicio contra el exmandatario por presuntas presiones electorales.
Frente a las circunstancias de tiempo, es altamente probable que el Tribunal espere a que se surta el proceso de primarias –para los republicanos concluyen el 25 de mayo en Florida- para hacer ese pronunciamiento constitucional, muy diferente al de la inmunidad que está en curso en el Tribunal de Apelaciones para el Circuito del Distrito de Columbia que comenzará audiencias el 9 de enero y el que pretende desconocer el fiscal Smith con su solicitud a la Corte Suprema.
De esta forma, sin pausa y sin prisa, el máximo tribunal llevará su agenda, porque como dijo el abogado defensor ante esa Corte, John Elwoord: "Esta es una confluencia de acontecimientos que ocurre una vez en una generación, tal vez una vez en la vida, en la que la corte enfrenta una serie de cuestiones muy básicas y muy importantes relevantes para el autogobierno, la mayor desde la era Watergate”.
Cada vez más lejos
Trump ha reiterado desde que se inició la ofensiva judicial en su contra –el año pasado- que es blanco de una ’caza de brujas’ y una persecución política. Se creía que los procesos que enfrenta minarían el apoyo ciudadano pero, en contrario, no sólo se consolidó como el líder de los conservadores, sino que desde meses atrás saca ventaja en la carrera por la Casa Blanca ante el candidato-presidente, Joe Biden.
El líder republicano no sólo encabeza, y de lejos, la competición en su partido, sacando más de 50 puntos porcentuales a quién se creía iba a ser su duro contendiente, el gobernador de Florida, Ron De Santis, sino que la mayoría de las encuestas lo ubican desde semanas atrás como primero en la intención de voto nacional, en una diferencia que ya supera el margen de error, sino en los siete estados llamados ‘bisagra’ porque definen al ganador y en otro alto número de estados.
Para tener una idea del panorama electoral actual, baste con reseñar que hace exactamente una semana (el jueves) varias encuestas de Bloomberg/Morning Consult mostraron que Trump ganaba a Biden por 11 puntos en Carolina del Norte, siete en Georgia, seis en Wisconsin, cinco en Nevada, cuatro en Michigan, tres en Arizona y uno en Pensilvania. Esta semana, la medición de Sienna College para New York Times muestra que el expresidente vence al candidato demócrata a nivel nacional, destacando un inédito apoyo al primero entre los votantes jóvenes. (ver Tabla)
Con una desaprobación a su gestión en solo este mes que roza el 60%, según todas las mediciones realizadas (59% para CNBC, Fox News, 57%, Economista y Harvard, 55% y Rasmussen, 54%), Biden está dejando ‘sin oxígeno’ a los demócratas que no tienen una carta presidencial diferente ya que la vice Kamala Harris también se ‘desinfla’ y, si la tuvieran, no ven la forma de comunicarle su reemplazo.
Biden está imponiendo record de impopularidad y pérdida de apoyo para un presidente que busca reelegirse. Sin duda, es el peor escenario electoral para un aspirante presidencial en décadas y, ante la sin salida, aceleran la batalla judicial contra Trump, especialmente con demandas ciudadanas como la de Colorado.
Charlie Hurt, editor del Washington Times, sostuvo ayer que “están tratando de sentar un precedente…Habrá estados lunáticos de izquierda por todo el país intentando hacer lo mismo y esto es realmente un intento para impedir que Trump obtenga la nominación republicana”.
Son varias las zancadillas judiciales y políticas contra Trump que, sin embargo, no frenan su favoritismo electoral. /Redacción internacional