Este miércoles fue un día largo para los vendedores ambulantes de la Capital, quienes desde horas de la mañana se aglomeraron en el espacio público de San Victorino y en el 20 de Julio, haciendo caso omiso de todas las normas de bioseguridad y distanciamiento social que son obligatorias en esta nueva normalidad para que no se vuelva a cerrar la ciudad.
Si bien es cierto que esta desobediencia ciudadana se presentó en el marco del primer día del popular madrugón, en donde se ofrecen descuentos de ropa, zapatos y otros productos por parte tanto del comercio formal como del informal, ¿qué pasaría si este tipo de conductas se convierten en el común denominador de los próximos días?
Tras dos meses de tener las unidades de cuidados intensivos (UCI) de la ciudad en alerta roja, el miércoles -por primera vez en más de 70 días- la ocupación UCI estuvo por debajo de esta barrera, alcanzando el 68,9%. ¿Aguantaría Bogotá este tipo de aglomeraciones diariamente, algunas de las cuales terminaron en disturbios? ¿Logrará la ciudad mantener su ocupación UCI por debajo del 70%?
De acuerdo con el epidemiólogo y profesor de la Universidad del Rosario, Carlos Trillos, “con esas aglomeraciones y en disturbios como los del miércoles, se aumenta la circulación de gente, se aumenta la circulación de virus, sin duda, se puede volver a aumentar la transmisión y se volverá a subir lo que ha venido bajando tan suavemente”, le dijo a EL NUEVO SIGLO el epidemiólogo.
“El miércoles -por primera vez en más de 70 días- la ocupación UCI estuvo por debajo de esta barrera, alcanzando el 68,9%”
Adicionalmente, el profesor dijo que las personas aún no son conscientes de que el virus está en la calle; que el virus tiene una transmisión viral, puesto que en la ciudad hay personas infectadas que al ser asintomáticos no lo saben, por lo que es importante evitar las aglomeraciones.
“Por supuesto no hay forma de predecir si, de mantenerse este comportamiento, tocaría volver a cerrar la ciudad, pero sí pone en riesgo las cosas y puede hacer que se reevaluen y tomen medidas estrictas, nuevamente. La gente tiene que saber eso, a mí me deja pensando que muchas personas piensan que ya se acabó la pandemia cuando el virus sigue y seguirá circulando”, finalizó diciendo el profesor Trillos.
Por su parte, aunque desde horas de la mañana el secretario de Gobierno, Luis Ernesto Gómez, advirtió que para lograr una reactivación económica segura tanto comerciantes como compradores deben poner de su parte, poniendo a disposición de la ciudad a cientos de funcionarios cuyo trabajo es el de controlar las aglomeraciones en las zonas de comercio popular, estas fueron persistentes y en el 20 de Julio hubo manifestaciones.
“Si San Victorino quiere madrugón tiene que cumplir los protocolos de la Administración Distrital. Sabemos del anhelo de varios sectores económicos por reabrir siete días a la semana sin restricción de horarios en esta nueva realidad, pero la experiencia del mundo nos indica que el cuidado debe seguir y que si queremos una recuperación económica sostenible, también debe ser gradual”, dijo el Secretario de Gobierno, quien en varias ocasiones explicó porqué el cupo epidemiológico del comercio es tan elevado.
“La masiva presencia de compradores y vendedores provocó congestión en las calles pues, además, vendedores informales se tomaron nuevamente el sector en la localidad de Santa Fe”
Bloqueos y aglomeraciones
La masiva presencia de compradores y vendedores provocó congestión en las calles pues, además, vendedores informales se tomaron nuevamente el sector en la localidad de Santa Fe.
Usuarios en redes sociales denunciaron, además, que muchas de las personas que estaban en el lugar durante el madrugón portan de manera inadecuada su tapabocas, no respetaban el distanciamiento y tampoco tenían en cuenta las normas básicas de bioseguridad decretadas por la Alcaldía.
Por su parte, los comerciantes informales de la zona del 20 de Julio en Bogotá protestaron ante las medidas adoptadas por la Alcaldía Local de San Cristóbal que estableció espacios en la carrera Sexta, entre calles 22 sur y 27 sur, para adelantar sus ventas ambulantes.
Por tal razón, los trabajadores exigen a la Administración que se les respete el derecho al trabajo, pues aseguran que las calles son muy angostas y no tienen el espacio suficiente para instalar sus espacios de comercio. Además, han manifestado su preocupación por la inseguridad que se presenta en el sector y denunciaron que han sido víctimas de robos.
Al cierre de esta edición, la Alcaldía de la localidad se encontraba adelantando conversaciones con los comerciantes informales de la zona del 20 de Julio, con el fin de evitar aglomeraciones que puedan provocar un riesgo epidemiológico a causa del covid-19, en este sector.