En varias estaciones y paraderos de la ciudad como en Usme, Tunjuelito, Bosa, Kennedy, Fontibón, Chapinero, Engativá, Suba, hombres y mujeres que se benefician del subsidio otorgado por el Distrito para transportarse en Transmilenio o en el SITP, ofrecen pasajes a usuarios que se quedaron sin carga u olvidaron su tarjeta Tullave.
La dinámica siempre es la misma: reciben el billete de $2.000 del pasajero, se acercan al torniquete, pasan la tarjera, y mientras el pasajero ingresa al bus, ellos se alejan en espera de otros pasajeros, que siempre llegan.
No dan declaraciones. Cuando perciben el intento de preguntarles, se alejan. Finalmente uno de ellos se animó. Una persona en condición de discapacidad que vende pasajes en paraderos de la localidad de Engativá. Recibe $23.000 de subsidio que todos los meses el Distrito le carga en su tarjeta. No da su nombre, pero accede a dar su testimonio. No usa el subsidio para transportarse, lo que hace es venderlos.
Su testimonio refleja el uso que se está dando a los subsidios que otorga la ciudad para rebajarles la tarifa a poblaciones vulnerables. La policía tiene detectados 100 puntos de venta ilegal, pero Transmilenio carece de información que permita medir la magnitud del problema. Son más de 7.000 paraderos imposibles de controlar y 913.567 personas las que hoy disfrutan de rebaja en la tarifa.
Ahorro
La administración distrital ofrece subsidios de movilidad a tres grupos vulnerables: adulto mayor, personas con menor capacidad de pago Sisben y personas con discapacidad. Lo que se busca es generarles ahorros en su economía a la hora de movilizarse por las rutas del SITP y Transmilenio a diferencia de los usuarios en general que pagan la tarifa full.
Hoy, el pasaje en Transmilenio está en $2.300 en los buses troncales y $2.100 en los zonales. En el caso de los adultos mayores, pagan el equivalente al 90% en 30 pasajes al mes. Significa que les cuesta $2.070 en rutas troncales, $1.890 en rutas zonales (buses azules) y $200 el transbordo entre un bus zonal y uno troncal. Con una rebaja por los 30 pasajes de $6.900, en promedio.
Para el caso de las personas con Sisben que tiene una calificación entre 0 y 30,56 puntos obtienen una rebaja del 25% que aplica para 30 viajes al mes. Para ellos la tarifa queda en $1.725 en rutas troncales y $1.575 en rutas zonales (buses azules). Economizan entre $575 y $525, que multiplicado por los 30 viajes es un ahorro promedio de $17.250.
Las personas en condición de discapacidad también reciben una rebaja del 40% en 25 pasajes al mes. Significa que esos pasajes, que a un usuario común y corriente le cuestan $57.500, a ellos les quedan en $34.500, porque el descuento que les hace la ciudad es de $23.000, que se recargan mensualmente a solicitud del usuario en las taquillas del sistema.
Tomando como base el año 2012 el mayor número de solicitudes de subsidios se presentó en los años 2013 con un aumento del 252,5%, seguido del 2014 con un 96,9% de más respecto al año anterior.
Hasta febrero del 2018 había 452.528 beneficiarios de adulto mayor, 89.792 beneficiarios por discapacidad y 371.247 por Sisben para un total de 913.567 usuarios con beneficio o subsidio de transporte.
Este ahorro en los pasajes se ha convertido en el modelo de negocio de aquellos que sacan provecho de su condición como se ha evidenciado en paraderos de las rutas zonales y algunas troncales de la ciudad.
Muchas de estas personas venden pasajes para las rutas zonales a $2.000 pesos, lo que les genera una ganancia que sale de los impuestos de la ciudad.
De acuerdo a la información suministrada por Transmilenio, en el 2014 los subsidios representaban un déficit del 1%, en el 2016 pasó a representar el 23%. Ese dinero no sale de la tarifa que pagan los usuarios y son girados por las Secretaria Distrital de Hacienda que, entre el 2011 y 2017, llegó a transferir tres billones de pesos.
La Resolución 571 de 2017 de Transmilenio establece sanciones como la suspensión o cancelación definitiva del beneficio en el caso de ser reincidente, pero hasta el momento no ha tenido impacto pues no es raro encontrar a una persona con tres hasta diez tarjetas para ofrecer pasajes: la mayor demanda es entre las 5 y las 9 de la mañana. Pasajes rebajados que se venden a la tarifa plena.