Con el POT hundido, ¿qué se le viene a Bogotá en materia de ordenamiento? | El Nuevo Siglo
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Martes, 12 de Noviembre de 2019
Redacción Bogotá
EL NUEVO SIGLO consultó a varios expertos en la materia, quienes aclararon dudas sobre lo que se le viene a la ciudad, así como a la próxima Administración distrital


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El hundimiento del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) en el Concejo de Bogotá ha tenido varias lecturas. Aunque sin lugar a dudas podría interpretarse como un primer logro de la Administración entrante de Claudia López, quien la primera cosa que le solicitó al alcalde saliente, Enrique Peñalosa, fue que no aprobara el POT por decreto, también tiene implicaciones negativas para el ordenamiento del territorio de la capital de la República.

Pero más allá de la comprensión del mecanismo formal mediante el cual se hundió esta hoja de ruta, la ciudadanía tiene preguntas que aún no se han respondido como, ¿qué pasará ahora con el ordenamiento de la ciudad? ¿Habrá que esperar otros cuatro años para tener un documento listo? ¿Qué pasará con proyectos como los del Metro?

  1. ¿Hasta cuándo tiene plazo la nueva Administración para presentar un nuevo POT al Concejo que se posesiona el 1 de enero?

La ley no establece un plazo máximo para presentar ante el Concejo la propuesta de revisión del Plan de Ordenamiento Territorial. Sobre ese aspecto, el Distrito se ha pronunciado en diferentes oportunidades, pues la revisión de un POT es un procedimiento complejo que consta, entre otras cosas, de un seguimiento y evaluación; un diagnóstico; un elemento de participación; otro de formulación; uno de concertación ambiental; y la parte final de aprobación y adopción.

En dicho procedimiento, no se encuentra contemplado una especie de cronograma para su adopción por parte del Concejo Distrital, pues esa es una competencia que no tiene limitación temporal.

Sin embargo, y como ya lo pudimos observar, el fallo del Consejo de Estado sobre el río Bogotá en su orden 4.18., da un término perentorio e improrrogable de 12 meses para ajustar el POT a la modificación que se hizo del Pomca de la cuenca del afluente y que se aprobó el pasado 2 de abril (dicho término vence el 1 de abril de 2020). El hundimiento del POT tendrá consecuencias jurídicas para la ciudad.

  1. ¿La Administración de Claudia López podría retomar algunos elementos del hundido proyecto o deberá arrancar de cero?

El Consejo de Estado ha indicado que si se decide presentar nuevamente a consideración del Concejo de Bogotá el proyecto de acuerdo por medio del cual se revisa el POT, deberá surtirse de nuevo el procedimiento señalado en los artículos 24 y 25 de la Ley 388 de 1997, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 28-4 de la Ley 388 de 1997, modificado por el artículo 2 de la Ley 902 de 2004, 1 del decreto 2079 de 2003 y 7 del decreto 4002 de 2004.

La nueva Administración podría utilizar el proceso de diagnóstico, el documento de seguimiento y evaluación, entre otros insumos, pero debe adelantar nuevamente todo el procedimiento establecido por la ley, y en especial agotar las instancias de participación ciudadana y concertación interinstitucional.

  1. ¿Qué significa para el día a día de la ciudad tener que seguir subordinados a un POT de 2004, pese a que las realidades de hoy son sustancialmente distintas a las de hace 15 años?

El proceso de revisión del Plan de Ordenamiento Territorial es la oportunidad para que el Distrito actualice, precise o reoriente su modelo de ordenamiento de acuerdo a las nuevas dinámicas territoriales en sus distintas dimensiones y a los cambios en el sistema jurídico.

Desde 2004 se han expedido un conjunto de normas que han desarrollado diferentes temáticas o aspectos en materia de ordenamiento territorial. Esto conlleva necesariamente un proceso de actualización en los requerimientos, contenidos e instrumentos aplicables para el ordenamiento territorial del Distrito.

No contar con esos contenidos e instrumentos deja a la ciudad en una clara desventaja en materia de ordenamiento territorial en temas como el cambio climático, la gestión del riesgo, el patrimonio cultural, la provisión de suelos para vivienda de interés social y prioritario, e infraestructura de telecomunicaciones, entre otros.

  1. ¿Qué otras ciudades capitales tienen POT más recientes y por qué para Bogotá ha sido tan difícil sacar adelante una nueva hoja de ruta?

Ciudades como Medellín, Cali y Barranquilla tienen planes de ordenamiento territorial que se encuentran revisados de cara a los nuevos retos de sus territorios. Pero en general el panorama frente a las revisiones de los POT es complejo. Los procedimientos, las interpretaciones y la multiplicidad de instancias que participan en su elaboración, concertación, consulta y adopción, hace cada vez más complejo sacar estos instrumentos adelante. Es necesario generar dinámicas entre lo político, lo institucional y lo social que permitan construir estos escenarios de planeación territorial a largo plazo y eso no es fácil.

  1. Por ejemplo frente al proyecto del Metro que deja planificado Enrique Peñalosa, ¿podría ser modificado por un nuevo POT presentado por la nueva Administración?

El proyecto Metro que se encuentra adjudicado tiene su fundamento en las disposiciones del Plan de Ordenamiento Territorial vigente (Decreto Distrital 190 de 2004), como recientemente lo reconoció el Consejo de Estado. El Metro no se detiene, pues aunque el POT es el principal insumo para su desarrollo, cuenta con un marco normativo mucho más amplio que le da seguridad jurídica para viabilizar su ejecución.

  1. Y frente a las troncales de Transmilenio que planteaba el POT que se hundió, ¿qué podría pasar ahora?

Las troncales de Transmilenio son necesarias para poder ordenar de mejor manera el territorio, además de estar relacionadas con el funcionamiento de otros sistemas de transporte, como el Metro de Bogotá.

  1. ¿La caída de este POT afecta el proceso que adelanta la CAR sobre la RTVDH?

En lo absoluto. Las decisiones que sobre la RTVDH adopte la CAR no están relacionadas con el proceso del POT que se había presentado al Concejo y que se hundió.

  1. ¿Este POT planeaba urbanizar parte de la Reserva?

No. Este POT no podía incorporar modificaciones a la Reserva sin antes haber hecho el proceso de redelimitación y realinderación. El alcance que llevaba en el POT la Reserva, es el mismo alcance del acuerdo mediante el cual ella se adoptó. Simplemente el tema de la Reserva se convirtió en una pieza de orgullo entre dos visiones de desarrollo de la ciudad y en una discusión política que superó por mucho la realidad que reviste esta Reserva.

  1. El proyecto del aeropuerto alterno al de Eldorado, la densificación en altura del centro, la mixtura en el uso de los suelos y la política de espacio público... ¿Cómo quedan estos temas mientras tanto?

Estos temas quedan sujetos a las decisiones que adopte la Administración en el marco del Decreto Distrital 190 de 2004, y en el proceso de revisión que adelante la nueva Alcaldesa electa. Hay decisiones de ciudad que no dan espera y que deben estar acordes con las tendencias modernas del urbanismo.

Áreas con múltiples usos, transporte público de calidad, captura de valor para la financiación del desarrollo urbano, la revitalización y la renovación urbana. Estos son temas que no pueden seguir aplazándose y que deben ser abordados de manera integral, superando la reglamentación sectorial que se ha venido implementando en la ciudad en los últimos 20 años.

  1. ¿La adecuación de las políticas públicas en Bogotá a las realidades del censo de vivienda y población 2018 quedan en vilo?

Las políticas públicas distritales van mucho más allá del POT y tienen otros instrumentos y procedimientos para su actualización que no se ven afectados con la negación del proyecto del mismo.