Al menos tres indígenas awá han sido asesinados en las últimas horas en un nuevo acto de violencia ocurrido en el departamento de Nariño, tras la masacre de ocho jóvenes en el municipio de Samaniego.
La organización indígena CAMAWARI ha informado en un comunicado de que los hechos ocurrieron el lunes en el resguardo indígena de Pueblo Viejo, en Nariño. De momento, solo se sabe que tres awá fueron asesinados porque al tratarse de una zona de difícil acceso las investigaciones se han ralentizado.
"Acabo de hablar con el alcalde de Ricaurte, Eder Burgos, y me dice que habría tres muertos pero se está a la espera de la confirmación de este hecho", ha dicho, por su parte, el gobernador de Nariño, John Rojas.
Rojas ha indicado que en esa zona está presente la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), además de otros grupos armados dedicados al narcotráfico, según recoge el diario 'El Tiempo'.
Este suceso se suma al ocurrido el pasado sábado en Samaniego, también en Nariño, cuando un grupo armado irrumpió en una reunión privada celebrada en una finca de la zona rural matando a ocho jóvenes y dejando varios heridos.
El presidente Iván Duque culpó de la masacre en Samaniego al narcotráfico, apuntando concretamente al ELN, que horas después se desmarcó de ese crimen denunciando una "alianza" del Ejército y la Policía con el narcotráfico y los paramilitares.
CAMAWARI ha advertido de que los indígenas de Nariño están siendo víctimas de un "exterminio", por lo que ha reclamado al Gobierno medidas urgentes para garantizar "el buen vivir" de las comunidades originarias "y que lo pactado en el proceso de paz (con las FARC) se lleve a cabilidad en todo el territorio colombiano".
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"Hoy tenemos que enfrentar el riesgo de una pandemia como la COVID-19, las amenazas por la presencia y el accionar de los grupos armados ilegales y las agresiones desmedidas en contra de los indígenas awá del departamento de Nariño", ha señalado CAMAWARI, incidiendo en que su "existencia física se encuentra en riesgo".
Desde la firma en 2016 del acuerdo de paz con las FARC, Colombia sufre una ola de violencia que se debe a la pugna entre grupos rivales para apoderarse de los antiguos territorios y negocios de la extinta guerrilla y que tiene entre sus principales víctimas a ex guerrilleros y activistas, aunque también indígenas.