La situación en Santander se ha vuelto crítica tras las incesantes lluvias que han azotado la región, llevando a 16 municipios a declarar calamidad pública. Las fuertes precipitaciones han causado graves afectaciones en las vías de comunicación, con alertas por deslizamientos de tierra y desbordamientos de ríos en todo el departamento.
"Las lluvias han generado serias dificultades en corredores viales importantes, como en los municipios de Chipatá y Guapotá. Además, el río Suárez ha afectado el corredor vial que conecta El Socorro, Cabrera y El Hato", informó Eduard Sánchez, director de la Oficina de Gestión del Riesgo de Desastres del departamento. En respuesta a esta emergencia, la Gobernación de Santander ha desplegado maquinaria amarilla para atender las emergencias y restablecer la movilidad en las vías afectadas.
Las autoridades locales han reportado daños significativos en infraestructuras críticas, como acueductos veredales, puentes peatonales y vías terciarias. Cabrera, Galán, El Hato y El Palmar son los municipios más afectados. En Cabrera, por ejemplo, la avalancha de la quebrada La Vitoca destruyó el sistema de acueducto, dejando sin agua al 90% de los residentes del casco urbano. "Nos encontramos intentando solucionar la problemática con el agravante de que no tenemos acueducto", expresó Carlos Bautista, alcalde de Cabrera.
Además, los ríos Carare, Opón, Suárez y Fonce se encuentran en alerta roja debido al alto riesgo de desbordamientos, y 33 municipios están en alerta por posibles deslizamientos de tierras, especialmente en las provincias de Vélez y Comunera. El monitoreo constante de las fuentes hídricas es crucial para mitigar los riesgos asociados con la temporada de lluvias. "Queremos hacer una recomendación muy especial a seguir atentos a los diferentes pronunciamientos o proyecciones que hace el IDEAM", enfatizó Sánchez.
En el corregimiento de Puerto Araujo, municipio de Cimitarra, el desbordamiento del río Carare ha provocado inundaciones y la caída de árboles, afectando a varias viviendas y dejando a muchas familias en situación de vulnerabilidad. La única vía alterna disponible entre Barbosa (Santander) y Moniquirá (Boyacá) también está bloqueada por un deslizamiento de tierra.
Dudwing Villamizar, jefe de comunicaciones de la Defensa Civil en Santander, instó a la población a tomar medidas de precaución ante el aumento de las lluvias y el incremento en los caudales de los ríos. "Aquellas familias que viven cerca de afluentes deben estar atentas para reaccionar ante cualquier emergencia, además de realizar la limpieza de alcantarillas y canaletas de desagüe de agua", señaló.
La situación sigue siendo monitoreada de cerca por las autoridades, quienes se esfuerzan por coordinar acciones de respuesta y recuperación en las zonas afectadas. Mientras tanto, la comunidad debe mantenerse informada y preparada para cualquier eventualidad que pueda surgir debido a las persistentes lluvias.
Con maquinaria amarilla se trabaja en las zonas afectadas por la creciente de las quebradas Vitoca y La Vega, que impactan a los municipios de Cabrera, Galán, El Hato y Palmar. Eduard Sánchez, director de OGRD Santander explica los trabajos que se hacen en ese territorio. pic.twitter.com/G8TqiDnU5H
— Gestión del Riesgo de Desastres | Santander (@OGRDSantander) June 21, 2024