Ante las recientes incursiones del Clan del Golfo en las veredas Arenales de Segovia y Ojos Claros de Remedios, el Ejército Nacional decidió enviar más de 100 soldados a la región. Esta acción se produce tras denuncias de organizaciones sociales que alertan sobre la retención de civiles y actos de violencia en estas comunidades.
El coronel Juan Diego Molina, comandante del Plan Especial Energético Vial Número 8 del Nordeste antioqueño, indicó que “tenemos allá suficiente tropa sobre esos sectores”, añadiendo que, “con esta nueva tropa suplimos esa necesidad”. La llegada de los nuevos efectivos tiene como objetivo reforzar los operativos de vigilancia y respuesta ante la creciente amenaza de grupos armados ilegales.
Las incursiones del Clan del Golfo han desatado una profunda preocupación en la población. La Corporación Acción Humanitaria por la Convivencia y la Paz del Nordeste Antioqueño (Cahucopana) ha documentado al menos cinco incursiones en menos de quince días, lo que ha generado un clima de zozobra en Remedios y Segovia. Carlos Morales, presidente de Cahucopana, advirtió que “en nuestras comunidades están generando desplazamientos internos”, y pidió “la presencia del Estado en la zona”.
A pesar de la presencia militar en la región, las organizaciones de derechos humanos insisten en que se requieren medidas adicionales para garantizar la seguridad de los habitantes. “Alertamos a la autoridad y al Gobierno Nacional y departamental, para que le presten atención a esta crisis humanitaria”, afirmó Morales.
El coronel Molina también mencionó que están realizando sobrevuelos con apoyo de la Fuerza Aérea para monitorear la actividad de grupos armados en la zona. Aunque no se han reportado desplazamientos masivos hasta el momento, la preocupación por la seguridad de los campesinos sigue siendo alta. “Estamos verificando la presencia masiva de hombres armados y garantizando la seguridad de todos los pobladores”, aseguró.
Las autoridades locales hacen un llamado urgente al Gobierno nacional para que se implemente una estrategia efectiva que no solo prevenga la violencia, sino que también atienda las causas que generan el conflicto en esta región. La situación en el Nordeste antioqueño pone de manifiesto la necesidad de un enfoque multidimensional que involucre tanto la seguridad como el desarrollo social y económico de las comunidades afectadas.