LA VIOLENCIA que ha generado el Eln en el Catatumbo en las dos últimas semanas contra el frente 33 de las disidencias de las Farc para recuperar el control en algunas zonas de este territorio, no es un hecho coyuntural, sino que fue planeada desde hace siete meses, según revelaron a EL NUEVO SIGLO voceros de las agencias de seguridad del Estado.

Este ataque a gran escala en la región del Catatumbo se empezó a planear por el Eln desde finales de mayo último, en un esfuerzo para frenar el crecimiento y expansión del frente 33 de las disidencias de las Farc en esta vasta región, en donde están los más extensos cultivos de coca, con más de 40.000 hectáreas, y la frontera con Venezuela es ruta para el narcotráfico y el tráfico de armas, entre otros ilícitos.

Explican los portavoces que el Eln mientras exigía que lo retiraran de la lista de grupos armados organizados y le hacía quites a los diálogos con el Ejecutivo, llevaba ataques y paros armados en el Chocó, en Antioquia, en el sur de Bolívar, en el Cauca y en Arauca, entre otras regiones, al parecer, para distraer la atención de los servicios de inteligencia.

De acuerdo con la información de los servicios de inteligencia conocida por este Diario el “Frente de Guerra Nororiental Manuel Pérez Martínez habría recibido un número superior a 200 combatientes procedentes de otras estructuras, entre ellas Frente de Guerra Oriental Manuel Vásquez Castaño que delinque en Arauca, Boyacá y Casanare y que se conoce como bloque ABC, y del Frente de Guerra Norte que delinque en La Guajira, Cesar, Magdalena y Atlántico, en Colombia y en el Zulia y Táchira, en Venezuela”.

Los investigadores señalan que los insurgentes, los del Arauca, habrían utilizado el territorio de Venezuela para movilizarse hacia el Catatumbo sin ser avistados por la Fuerza Pública. Otros se habrían desplazado como civiles en vehículos de servicio público y en particulares hacia Cúcuta y luego al Catatumbo.

“Los guerrilleros de base del Frente de Guerra Nororiental se encargaron de recibir a los insurgentes procedentes de las otras estructuras uniformarlos y dotarlos de armamento, al tiempo que los instruyeron para ejecutar las acciones criminales contra los líderes sociales, firmantes de paz y el frente 33 del llamado Estado Mayor Central de las disidencias de las Farc, al parecer, para frenar su crecimiento y expansión en esta región”, explican los investigadores.

Agregaron que “la razón fundamental no es otra que tomar el control de la frontera y apoderarse de los llamados impuestos del narcotráfico, la minería ilegal, el contrabando de armas, del coltán y del oro, además del secuestro y de la extorsión, entre otros crímenes”.

Señalan los investigadores que desde que se iniciaron las conversaciones de paz con el Gobierno nacional, el Eln tuvo un crecimiento en más de mil efectivos gracias a los procesos de reclutamiento forzado y con promesas de pago a hombres, mujeres y menores de edad, al tiempo que también incorporaron en sus filas a venezolanos.

Entregan nuevas cifras

El Ministerio de Defensa Nacional reveló nuevas cifras sobre la crisis humanitaria en el Catatumbo por la guerra del Eln y las disidencias. El número de desplazados ahora es de 47.084 personas y se registran 41 homicidios.

En el municipio de Tibú se presentaron 21 asesinatos, seguido por Teorama con 14 homicidios. En El Tarra contabilizaron 4 muertes, mientras que en San Calixto y Hacarí se registró un homicidio en cada municipio.

Por otra parte, el Ejército Nacional avanza en la nueva fase en sus operaciones para recuperar el control en el Catatumbo que ahora es de ofensiva contra los grupos criminales, después de realizar la parte humanitaria y de protección de la población afectada, en la cual evacuó a cientos de campesinos que estaban atrapados entre el fuego cruzado.

En el Catatumbo hay cerca de 5.000 uniformados del Ejército y ayer inició el movimiento de los vehículos blindados ASV, que serán empleados para fortalecer la seguridad del Catatumbo.