Eln estaría comprando secuestrados: Fiscalía | El Nuevo Siglo
Foto: archivo AFP
Miércoles, 3 de Enero de 2024
Redacción Web

El fiscal Carlos Roberto Izquierdo, experto en organizaciones criminales, desentraño una realidad que involucra al Eln en la compra de secuestrados y la expansión de disidencias, mientras la capacidad operativa de las Fuerzas Militares se ve mermada.

En una entrevista exclusiva con Noticias Caracol, el fiscal destapó una estrategia adoptada por el Ejército de Liberación Nacional (Eln) en Colombia. Señala que, al igual que otros grupos delincuenciales, el Eln estaría externalizando algunas de sus actividades criminales, específicamente el secuestro, mediante la contratación de la delincuencia común.

"Últimamente sí se ha visto que están tercerizando algunas actividades, en especial en el secuestro. Tenemos conocimiento que, por ejemplo, en el Cesar y La Guajira están cometiendo algunos secuestros que los harían o los tercerizan a través de delincuencia común", revela Izquierdo, subrayando la naturaleza alarmante de esta práctica.

El fiscal también hace hincapié en la reducción de la capacidad operativa de las Fuerzas Militares, indicando que ha disminuido entre un 26% y un 28% en comparación con los años anteriores. Esta disminución, según el funcionario, se refleja en la realización de operaciones y en la falta de resultados concretos, permitiendo así la expansión de grupos delincuenciales en distintas regiones del país.

La situación se complica aún más con la presencia de disidencias de las FARC y el Clan del Golfo, quienes también participan en esta peligrosa dinámica de externalización de actividades criminales. El fiscal sugiere que incluso los recientes atentados en Pipiral y Boquerón podrían ser resultado de un "outsourcing" por parte de estos grupos.

En este contexto, la disputa por el control del narcotráfico se presenta como un factor clave que alimenta la violencia y las tensiones entre los distintos actores ilegales. Izquierdo identifica el aumento de la violencia en zonas como el norte de Cauca, Atlántico, y Valle del Cauca, atribuyéndolo a las disputas internas entre bandas criminales por el control de territorios destinados al microtráfico.