Estudiantes pobres, los más afectados con las clases virtuales | El Nuevo Siglo
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Domingo, 5 de Abril de 2020
Mario F. Hurtado

Ambientes escolares hostiles aumentan la brecha social. Son varios factores que se deben atender para responder a la crisis generada por el Covid -19.

La crisis del Covid -19 trajo a la educación unos retos acelerados. Implicó extender la educación virtual de forma generalizada en la educación preescolar, básica, media y superior. La mayoría de instituciones educativas fueron tomadas por sorpresa, si bien, ya llevamos años hablando de la educación virtual, de recursos digitales, de las tecnologías en el aula, era poco lo que se había llevado a la práctica y el sistema se sigue basando en la presencialidad.

En el caso de la educación escolar, primaria y secundaria, existe una preocupación. La crisis aumentará las brechas entre los hogares ricos frente a los pobres. La situación de emergencia hace que sean los escolares de los hogares más pobres los que lleven la peor parte en esta crisis. Los aspectos son los siguientes:

1. Ambiente escolar inadecuado. Miles de niños colombianos viven en viviendas donde el ambiente escolar es inadecuado, falta de luz, mesas de trabajo, libros, entornos agradables para el estudio. Las condiciones un espacio iluminado, limpio y organizado son necesarias para el aprendizaje.

2. Familias dispuestas al apoyo complementario para el estudiante. En Colombia pocos padres tienen conciencia sobre la importancia del apoyo a sus hijos es las actividades de clase. Algunas familias piensan que esa es responsabilidad exclusiva del colegio y de los profesores. Las familias con más alto nivel educativo y muchas veces con mejores ingresos, entienden ese compromiso y apoyan el trabajo en casa de sus hijos, los motivan a leer, acompañan su lectura, generan conversaciones con temas de actualidad al momento del almuerzo o la cena. Sin embargo, ese ambiente no es común en los hogares más pobres, donde los padres o el entorno familiar al tener bajos niveles de educación no pueden apoyar a sus hijos en la motivación por la lectura, en hábitos de estudio, en debatir temas de actualidad con argumentos y con ideas.

3. La conectividad. El internet se ha visto sobre cargado en estos días, pero en las familias más pobres no es su problema de velocidad o conexión. Es la ausencia del mismo. Muchas familias tienen planes prepago de datos, donde no pueden estar conectados por largas jornadas. No es un problema exclusivo de los estudiantes de la educación básica. También ocurre en a educación superior. Miles de estudiantes que solo tenía internet mientras están en la universidad, y que ahora con la crisis, no pueden acceder a la misma.

4. Acceso limitado a equipos. En las familias de dos o más estudiantes en tiempo escolar, muchas veces no cuentan con los equipos suficientes. El acceso a un computador por persona se presenta en las familias con mejores ingresos. Pero en las pobres, o no existe o si existe debe ser compartido por todos los miembros de la familia, entonces, si hay clases simultáneas es posible que no puedan acceder a las mismas o responder con las tareas asignadas.

5. La nutrición: Para algunas de las familias más pobres de país, la alimentación balanceada solo se encuentra en el colegio. Niños que reciben desayuno, y almuerzo en la institución educativa. En Colombia son tristes y numerosos los casos donde la escolarización se hace solo con fines de proveer comida a niños con problemas de desnutrición.

La misma Unesco (Organización de la ONU para la educación, la ciencia y la cultura) ha indicado que, de no tomarse las medidas necesarias, la educación online aumentará las brechas sociales en el mundo. Afirma que la reducción del tiempo de enseñanza influye en el rendimiento escolar, además el impacto económico de la crisis del Covid- 19 llevará a que las familias se deban ajustar a la presencia de los hijos en casa y no están preparado para proporcionar actividades que compensen la falta de colegio.

Eso, sin contar, que pueden aumentar los casos de violencia intrafamiliar. De hecho, en España, es la segunda preocupación después del avance de la pandemia, y es el aumento de los casos de violencia en casa, en especial hacia mujeres y niños.

Se vienen días difíciles. No estábamos preparados para ese cambio tan rápido, pero se requiere del fortalecimiento de las habilidades socioemocionales en todos los sectores y en el compromiso de los padres por aportar en la educación y las rutinas de sus hijos. No todo es responsabilidad de los educadores, de los colegios o de la conectividad.

*Especialista en Educación

(Las opiniones expresadas en este artículo son de responsabilidad exclusiva del autor y no comprometen la posición de este medio de comunicación)