Hasta fusiles con cámara de video tienen grupos armados ilegales del país | El Nuevo Siglo
LAS AUTORIDADES han decomisado armas que hasta ahora no se habían visto en Colombia. / Policía
Domingo, 12 de Mayo de 2024
Redacción Nacional

Los narcotraficantes, el Clan del Golfo, las disidencias, el Eln y los llamados “combos”, que delinquen en varias regiones del país, son los principales compradores del multimillonario negocio del tráfico de armas, muchas de ellas nunca vistas en Colombia; municiones y explosivos.

Los servicios de inteligencia y las agencias de seguridad del Estado revelan que los grupos armados al margen de la ley y los llamados combos invierten millones de pesos en el mercado negro de las armas ilegales, pero también las pagan con importantes cargamentos de cocaína y heroína, además de drogas sintéticas.

 

 

El magíster en seguridad y defensa nacionales y profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de la Salle, César Niño, en diálogo con EL NUEVO SIGLO, dijo que “esas armas están ingresando al país de una forma exponencial, porque han logrado emerger nuevos mercados irregulares de armas y explosivos”.

ENSPrecisa que “que hay una gran preocupación, porque los sistemas de inteligencia no alcanzan a anticiparse a este tipo de tráfico y solamente se dan cuenta cuando se producen operaciones de incautación”.

“Ese tipo de armas de largo y corto alcance con capacidades, incluso, de superioridad militar, logran tener una particularidad especial y bastante llamativa en términos de atención hacia los grupos criminales que delinquen en Colombia. Entran de alguna u otra manera con el flujo comercial de diferentes bandas criminales internacionales”, anotó.

Insistió en que “aquí estamos hablando de las mafias rusas, albanesas, mafias en África y por supuesto el mercado ilícito de las armas que construyen de forma artesanal las mismas organizaciones criminales”.

Señala que “en otras palabras, es un mercado que ha logrado globalizarse y que en ciudades como en Bogotá, Medellín, Bucaramanga y Cartagena, especialmente, alimentan todo tipo de capacidad de acción y capacidad de fuego de estructuras criminales, bien sea de corte guerrillero, como también de corte exclusivamente criminal”.

 

Sofisticados

Niño, también doctorado en Estudios de Paz y Conflictos en la Universidad Jaume, en España, en su diálogo con este diario explica que las redes criminales ya tienen en su poder un fusil israelí que cuenta con una cámara de video después de la mira, que le permite al tirador alinear correctamente el cañón en el blanco para lograr una colocación precisa del disparo, sin poner en riesgo su vida.

“Los grupos armados cuentan no solo con ese fusil, sino con otros de asalto que son de fabricación extranjera legales; son incluso de uso exclusivo de las Fuerzas Militares, pero por temas de corrupción, por un lado, hay que mencionarlo, los hay en el mercado ilícito de armas. También tenemos información de militares y policías que fungen como proveedores de grupos armados y de grupos criminales”, indicó.

Acota que “ese tipo de fusiles son supremamente peligrosos para la Fuerza Pública en general. Son fusiles que, incluso, se emplean en combates internacionales en guerra regular y que están empezando a experimentar un tipo de bajas en los sistemas defensivos del arsenal militar colombiano”.

Describe que “los sofisticados fusiles hacen parte de un arsenal para derribar no solamente adversarios en el campo de batalla, que ahora son las ciudades, sino también se emplean para impactar tanques blindados, derribar helicópteros y hacer daños a infraestructura crítica”.

Declara que “la sofisticación armada de los grupos criminales, ahora con ese tráfico de armas, incluso desde el mercado legal, ha logrado o tal vez está empezando a desequilibrar la balanza y el equilibrio de poder en la seguridad nacional”.

Recuerda que “los francotiradores de los grupos armados al margen de la ley y de los llamados combos no son un asunto nuevo en la inseguridad y la violencia en el crimen colombiano, pero lo nuevo es la capacidad de sofisticación y de sorpresa que están tomando los francotiradores de los grupos armados”.

Dice que “es necesario recordar como las Fuerzas Militares y policiales son emboscadas a partir de francotiradores que se ubican en partes altas de las montañas, en edificios, en casas e instituciones para lograr impactar a los uniformados. Este tipo de armamento se está usando contra la Fuerza Pública y no contra la población civil”.

Reitera que “este proceso significa que los grupos criminales se están armando con capacidades militares superiores, en algunas oportunidades en algunos municipios y cabeceras de poblaciones, superiores a las armas con las que cuenta la Fuerza Pública en los territorios”.

Destaca que “también es cierto que las reincidencias de las Farc están empezando a usar aeronaves no tripuladas de reconocimiento y fotografía geoespacial para ubicar a las tropas del Ejército y patrullas de Policía. Esto cambia la ecuación de la geopolítica de la violencia en el país. Ese tipo de estructuras tienen una superioridad en infraestructura y en tecnología que, en algunas oportunidades, puede por supuesto llevar a desastres estratégicos y tácticos de las Fuerzas Militares”.

Reveló que “se ha venido explorando la posibilidad de que haya entrenamiento de estructuras terroristas internacionales con capacidad de ofrecer algún tipo de cooperación e intercambio tecnológico con las reincidencias de las Farc y el Eln, con estos drones de reconocimiento y con lanzamiento de explosivos”.

Recalcó que “se sospecha –y lo digo porque no hay comprobación todavía– que hay entrenamiento de grupos como Hezbolá que están logrando capacitar en el uso de drones”.

Subrayó que “los drones que está usando Hezbolá, también son los drones que está empleando Rusia contra Ucrania y que son de fabricación iraní”.

Ante los decomisos de fusiles de alta precisión, con miras telescópicas, bípodes para sostenerlos y con miras laséricas; pistolas  Fiveseven Tactical, armas cortas y fáciles de portar, cuyos proyectiles perforaran el blindaje;  la pistola Glock a la que le fue adaptado un dispositivo para incrementar su capacidad de hacer 90 disparos por minuto; del fusil Barrett calibre .50 y fusiles con silenciador, entre otras poderosas armas, Niño expresó: “Estos hechos reafirman la tesis del desequilibrio de fuerzas, donde nos damos cuenta que ni siquiera las propias Fuerzas Militares tienen armas con esa gran magnitud. Esto puede generar también bajas importantísimas y vulnerabilidades en la infraestructura militar”.

Aseguró que “es bueno recordar que este tipo de organizaciones no solo están innovando en el arsenal militar, sino innovando en la capacidad del cibercrimen y ciberterrorismo, que también pueden generar desastres militares”.

Apunto que “el comercio ilícito de armas también tiene que ver con la integración criminal regional que existe en América Latina. Nos damos cuenta que el cartel Jalisco Nueva Generación tiene una coordinación lo suficientemente ajustada y sincronizada con estructuras del Clan del Golfo y del Eln para el armamento y para la construcción de semisumergibles con la capacidad de evadir los radares de identificación militar, porque los están construyendo con fibra de vidrio”.

Agregó Niño que a “Colombia llegan armas para los grupos armados al margen de la ley y redes criminales de por lo menos 20 países por los mercados negros y por los mercados lícitos. Es decir, llegan armas de todos los cinco continentes”.