Medidas se pueden flexibilizar, pero con controles: Hernández | El Nuevo Siglo
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Domingo, 17 de Mayo de 2020
Redacción Nacional

 

Se dice que el 25 de mayo podría terminar la cuarentena de manera total. El médico Luis Jorge Hernández, epidemiólogo y profesor de la Universidad de los Andes, consideró que el país lo ha hecho relativamente bien, pero que no hay que descuidar las medidas.

EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo ve que avanza la pandemia en el mundo?

LUIS JORGE HERNÁNDEZ: La pandemia se está manifestando en diversas formas, depende del periodo de tiempo en el que haya iniciado.

Los países europeos van adelantados entre un mes y medio y dos meses. Ellos han tenido las peores respuestas.

Hoy el mundo está en tres fases: supresión de la epidemia, como fue el caso de Corea del Sur, Taiwán, los países nórdicos y Alemania.

Una fase de mitigación avanzada que la están teniendo España, Italia e Inglaterra. Hay que decir que estos tres países apostaron por una epidemia controlada y pagaron el precio con un exceso de mortalidad. Esos países alcanzaron más de 20.000 mortalidades. Luego recapacitaron y trataron de corregir, pero no había nada que hacer. Otros países como Estados Unidos, México, Brasil, Panamá y Ecuador también fueron víctimas de estas medidas mal tomadas que intentaron controlar la epidemia y comenzaron tarde las medidas de supresión como la cuarentena.

Por último, en un tercer grupo están los países con las mejores prácticas, en dónde están Colombia, algunos países de Centro América –Costa Rica, excepto Panamá y Nicaragua–. No hay información de Venezuela. No es creíble que tenga tan pocos casos. Además en este grupo de buenas prácticas, están Argentina, Canadá y las Islas del Caribe, que les ha ido bien luego de haber adoptado las medidas de cuarentena temprana.

Podemos hacer dos grandes tipologías. Países que alcanzaron el pico de contagios, pero ocurre que la epidemia puede tener oleadas, menores, pero puede ocurrir, por lo que hay que tomar medidas intermitentes de aislamiento social que nos van a tomar por lo menos seis meses.

ENS: El mundo hoy apunta a los 5 millones de contagiados y más de 300.000. A su juicio, ¿qué tan grave fue el impacto de la pandemia?

LJH: La pandemia fue mucho más grave que la de la influenza H1N1, porque el virus es más transmisible. Y además es mucho más letal. Los enfermos tienen mucho más riesgo de morir que con la gripa H1N1. El coronavirus tiene 10 veces más letalidad.

Otro factor de gravedad es que a diferencia de la influenza y del SARS (síndrome respiratorio agudo grave), los asintomáticos no eran transmisibles. En este caso es al contrario.

Esas tres características hacen que sea un virus más grave. Sin contar con que se transmite de manera muy eficiente en grupos de personas.

ENS: ¿En Colombia qué se ha hecho bien y qué se debe mejorar con respecto al manejo de la pandemia?

LJH: Se hizo una cuarentena temprana, que no evita la epidemia, solo posterga y baja el pico de contagios, lo que permite salvar muchas vidas. Colombia ha hecho una cuarentena más o menos eficiente. Se considera así cuando entre el 65% y el 70% de la población la cumple y se aprovechó el tiempo de cuarentena para mejorar su sistema de salud.

Sin embargo, ha hecho mal varias cosas. Veníamos de un gran rezago en servicios de salud en las regiones. Mire lo que pasa en Leticia. Allí el coronavirus puso en evidencia y agudizó los problemas estructurales que ya estaban. No teníamos buena respuesta de los servicios de salud. No teníamos unidades de cuidado intensivo en Vaupés ni en la Orinoquía, sin contar con que allí tampoco hay modelo de atención. Tenemos una crisis de hospitales.

En cosas que hemos hecho mal también está que tuvimos que armar 25 sitios para toma de muestras y procesamiento de muestras de biología molecular. Tenemos un modelo centralizado en el Instituto Nacional de Salud y no había laboratorios regionales. Tocó armarlos en la marcha.

Un tercer factor en que Colombia ha actuado mal sería que estamos haciendo mucho asistencialismo. El Estado tiene que comenzar a pensar en un ingreso mínimo vital para las personas, un ingreso que permita adquirir artículos y reactivar la economía, porque estamos creando una dependencia económica donde mantenemos a los más desfavorecidos a punta de mercados y subsidios, cuando lo ideal sería que el Estado pagara unos sueldos, unos salarios, otra forma socioeconómica de apoyar a las personas.

 

Nueva normalidad

 

ENS: Se está flexibilizando la cuarentena. ¿Qué esperar cuando se levante de manera total?

LJH: No podemos estar en cuarentena indefinidamente. La cuarentena tampoco permite la inmunidad de rebaño. No vamos a volver a la anterior “normalidad”. Vamos a comenzar con una “nueva normalidad”. Los sectores irán saliendo paulatinamente, no todos. Los estudiantes no se van a vincular todos al transporte. Será una semipresencialidad. No va a ser una normalidad plena.

Epidemiológicamente puede que aumenten los casos, pero si conservamos bien las medidas, como lo han demostrado Corea del Sur, Alemania, Noruega y Finlandia, podemos avanzar sin necesidad de cuarentena, siempre y cuando se mantengan las medidas de distanciamiento social.

Pero para que eso pase hay que hacer unas mediciones diarias. Nosotros tenemos que medir nueve indicadores diarios de cómo está funcionando todo para decidir en qué momento se aplica la cuarentena y en qué momento no. Lo que llaman la estrategia del acordeón. Pero de esos nueve indicadores, el Ministerio de Salud y la Secretaría de Salud de Bogotá solo están monitoreando cinco. Es como si un piloto de un avión volara solo con la mitad de los instrumentos. No podría tomar buenas decisiones. Hay que tener los nueve indicadores y en eso estamos fallando.

ENS: ¿Cómo está el índice de transmisión del coronavirus?

LJH: El coeficiente de reproducibilidad al principio estaba en 2,5, es decir que 10 personas podrían contagiar 25. Hay indicios que dicen que se ha logrado bajar. Hemos tenido menos mortalidades que las esperadas. Las UCI han tenido menos uso de lo esperado.

Si se hace una liberación sin controles ese índice de transmisibilidad se puede subir. La idea es que se libere, se haga flexibilización, pero con controles. En Bogotá, por ejemplo, Transmilenio no puede tener un uso mayor al 45%. En lugares públicos no debe haber un aforo mayor al 35%. Las distancias deben ser de dos metros. El indicador crítico serán las UCI. Si en algún momento su uso supera el 70%, hay que cerrar todo otra vez. Hoy la cifra está en 34%. No hay otra opción que seguir las recomendaciones mientras sale la vacuna.