En la tarde de este jueves, se reportó un alarmante incidente en el barrio Amigos 2000 de Jamundí, donde se encontró una motocicleta bomba abandonada. La comunidad, al percatarse del artefacto explosivo, experimentó una intensa zozobra que se prolongó durante varios minutos. Sin embargo, la situación fue controlada rápidamente gracias a la intervención de un equipo de antiexplosivos de la Policía Nacional, que llegó al lugar para gestionar la amenaza.
La unidad policial acordonó la zona y llevó a cabo una detonación controlada del artefacto explosivo. Este procedimiento generó un estruendo que resonó en varias cuadras a la redonda, sacudiendo a los habitantes que se encontraban en el área en ese momento. La alcaldía de Jamundí destacó en su cuenta oficial de X: "Gracias a la colaboración de la comunidad y la rápida acción de la Policía Nacional, se realizó una detonación controlada de un artefacto explosivo en el Barrio Amigos 2000, garantizando la seguridad en la zona. En Jamundí seguimos firmes, unidos y comprometidos con la seguridad."
El impacto de la detonación fue significativo, se observaron escombros dispersos sobre la vía pública, incluyendo tejas de zinc que aparentemente pertenecían a una vivienda cercana. Este hecho pone de manifiesto no solo el riesgo que enfrentan los ciudadanos en su vida diaria, sino también las consecuencias materiales que pueden derivarse de tales actos violentos.
La situación en Jamundí ha sido tensa en los últimos meses debido a un aumento en los ataques con explosivos atribuidos a grupos armados ilegales, particularmente las disidencias del antiguo grupo guerrillero Farc. Estos ataques siembran el miedo entre los habitantes lo que obliga a las autoridades locales a solicitar mayor presencia del gobierno nacional para garantizar la seguridad en la región.
Los recientes atentados dejan huellas en la comunidad. En ocasiones anteriores, como el ataque que tuvo lugar en junio de 2024, se reportaron víctimas civiles y daños significativos a propiedades.
Una de las víctimas mortales fue Rafael Ángel González Araujo, un cuidador de motos de 57 años y nacionalidad venezolana. El hombre terminó herido tras la explosión de una motocicleta bomba activada por disidencias de las Farc y fue trasladado a la clínica Valle del Lili en Cali, donde permaneció en estado crítico durante 12 días. Durante su hospitalización, sufrió múltiples intervenciones quirúrgicas debido a las graves lesiones que sufrió: fractura expuesta del fémur, heridas por esquirlas y un trauma toracoabdominal penetrante. Además, presentó quemaduras de segundo grado en varias partes de su cuerpo y evisceración, lo que complicó aún más su situación médica.