Muerte del coronel Dávila: muchas hipótesis por despejar | El Nuevo Siglo
EL TENIENTE coronel Óscar Dávila murió el pasado viernes en circunstancias que aún son motivo de investigación y sin que Medicina Legal haya dado el reporte forense.
/Policía Nacional
Lunes, 12 de Junio de 2023
Redacción Nacional

LAS CIRCUNSTANCIAS de modo, tiempo y lugar en que se produjo la muerte del teniente coronel Óscar Dávila, jefe de la oficina de seguridad anticipativa de la Casa de Nariño, continúan siendo un misterio. De hecho, se espera que esta semana el Instituto de Medicina Legal revele el informe forense que debe dar luces claras sobre cómo se produjo el fallecimiento del alto oficial que estaba siendo indagado en el caso de las pruebas de polígrafo en la Casa de Nariño e interceptaciones ilegales a las exempleadas de la exjefa de gabinete, Laura Sarabia.

Oficialmente, la Fiscalía, que debe adelantar la investigación, no ha informado de alguna hipótesis al respecto. Desde la noche del viernes pasado, cuando el cuerpo del oficial fue encontrado sin vida al interior de una camioneta oficial asignada a su servicio, en frente del conjunto residencial en donde residía, el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) asumió el caso y practicó todas las pruebas en la escena del crimen.

Entre esas pruebas, como es el procedimiento estándar, se revisó el cuerpo del alto oficial, se le inspeccionaron las manos para detectar si disparó un arma, también se analizó el orificio de entrada y salida de la bala y un posible impacto en el techo. No se sabe si el teléfono celular de Dávila está en manos de los técnicos de la Fiscalía para analizar sus llamadas, mensajes y demás interacciones. Igualmente, se le practicaron pruebas de toxicología y otras propias de este tipo de muertes por arma de fuego.

De igual manera, investigadores de la Fiscalía han recopilado imágenes de distintas cámaras de seguridad del sector, con el fin de reconstruir la ruta de llegada del vehículo, cuánto tiempo aparcó frente al conjunto residencial y si durante los minutos en que el escolta del coronel Dávila dice que se bajó de la camioneta y fue a comprar, por instrucción del coronel, una botella de agua soda en una tienda cercana, alguien se acercó a la camioneta Nissan Frontier en que fue encontrado sin vida el alto oficial.

Asimismo, como se sabe, al policía escolta se le practicaron pruebas para establecer si había disparado un arma e incluso se revisa, paso a paso, su versión sobre lo ocurrido. También, según trascendió, se está analizando su teléfono celular y, con apoyo de las cámaras de seguridad, el recorrido que habría hecho desde el momento en que se bajó de la camioneta, fue a la tienda, compró la soda, y regresó al vehículo en donde murió Dávila. Se busca establecer, igualmente, el minuto exacto de la detonación del arma.

¿Suicidio?

Tanto el presidente Gustavo Petro como el ministro de Defensa, e incluso el abogado Miguel Ángel del Río (que dice haber hablado con Dávila un día antes de su muerte y que, además, defiende a los policías que la Fiscalía indaga por el caso de las chuzadas a las exempleadas de Sarabia) sostienen la tesis de que se trató de un homicidio.

Sin embargo, hay varios interrogantes alrededor de esta versión. De acuerdo con el Jefe de Estado, Dávila “…cerca a su casa mandó a su conductor por una botella de agua, este dejó su pistola en el asiento y cuando regresó delante de él se suicidó con un disparo en la sien con la pistola que había dejado… No hay más disparos en el lugar. No es cierto que el coronel haya sido encontrado muerto ni que haya dos disparos en su cuerpo”.

Sin embargo, para los investigadores de la Fiscalía, expertos en investigación forense y en perfilación de casos de suicidio, hay una serie de circunstancias que no quedan claras en esta hipótesis.

Por ejemplo, resulta difícil de comprender cómo un escolta de un oficial de alto perfil, que trabajaba en la Presidencia de la República y cuyo nombre había sido mencionado en la investigación penal muy delicada, deja solo a su protegido y, además, también dejó su arma de dotación en la camioneta, pese a que era su principal elemento de trabajo para reaccionar en caso de una situación de riesgo para el coronel. Esa es una circunstancia que a los investigadores les genera muchas preguntas.



Perfilación de víctima

En cuanto a perfilación de la víctima, también se investiga todo lo hecho por el coronel en la última semana, hablando incluso con familiares y compañeros de trabajo. Todo esto con el fin de encontrar o descartar conductas sintomáticas de una persona que busca quitarse la vida.

Genera dudas que, según algunos testimonios, Dávila cumplió la última semana sus rutinas de trabajo normalmente, e incluso -según el propio Petro- “había recibido varias llamadas de la prensa y había asistido a la diligencia del CTI en el piso 13 de la DIAN”.

Como se sabe, sobre esta oficina de la Policía hay dos versiones. Petro sostiene que allí funcionaba solo lo relativo a la seguridad anticipativa de sus viajes al resto del país, pero otras versiones señalan que, en realidad, allí estaban instalados equipos de interceptación telefónica, que habrían sido utilizados en el caso Sarabia y la investigación ilegal por la presunta pérdida de 4.000 dólares o más de la residencia de la exjefa de gabinete, en el marco de la cual se sometió a polígrafo a su exniñera en la Casa de Nariño y se les ‘chuzaron’ los teléfonos a ella y una extrabajadora doméstica.

De igual manera, Dávila había enviado al comienzo de la semana pasada una carta a la Fiscalía General en donde se ponía a disposición para ser requerido dentro de las investigaciones que se estaban adelantando por el caso de la prueba ilegal de polígrafo y las interceptaciones, igualmente ilícitas, realizadas en enero y febrero pasados, con base en un informe, según la Fiscalía, falso que presentó un investigador de la Sijin de la Policía a un fiscal de Quibdó, haciendo pasar esos teléfonos celulares como de personas cercanas a un cabecilla del ‘Clan del Golfo’.

Incluso, en el audio de la llamada que Dávila le respondió a una periodista de la revista Cambio el viernes pasado, dos horas antes de su muerte, el alto oficial respondió de forma coherente, tranquila, sin que se le notase en su tono de voz desespero ni que estuviera especialmente nervioso por las preguntas de la comunicadora alrededor del caso.

“Yo no me puedo pronunciar ante eso. Es lo único que yo te puedo decir porque no. Eso sí me da pena contigo porque, hum, mejor dicho, me acaban”, dijo el alto oficial, que, incluso, después de colgar esta llamada trató de comunicarse de nuevo con la periodista.

Estas circunstancias no encajan con lo dicho por Petro en torno a que “ojalá la investigación judicial busque las causas de su suicidio. Por qué se sintió tan acorralado como para llegar a tan terrible decisión”. Del Río, a su turno, sostiene que Dávila “está muerto por la persecución y amenazas de la Fiscalía. No le interesaba hablar con la Fiscalía. Su carta tenía el propósito de disminuir la persecución en su contra. Siempre apoyó al gobierno”.

Igualmente, a los investigadores y perfiladores les genera muchos interrogantes que el alto oficial hubiera escogido el frente de su conjunto residencial (en donde estaban su esposa e hijos) y un arma que, según la versión gubernamental, le quedó a la mano de manera fortuita para quitarse la vida. No se sabe, igualmente, nada sobre su arma de dotación, o si la portaba o no al momento del suceso, pese a que era un oficial de alto perfil y con un trabajo muy delicado en materia de seguridad presidencial.

Como se ve, hay muchos interrogantes todavía alrededor de las circunstancias de modo, tiempo y lugar en que falleció el oficial, cuyas exequias se realizaron el pasado domingo. Hasta el momento la familia, con la que Petro se reunió, no ha expedido comunicado ni pronunciamiento alguno.

Por lo pronto, habrá que esperar al dictamen forense de Medicina Legal, que debe despejar una parte de las dudas, así como el avance de las pesquisas del CTI de la Fiscalía. La versión del suicidio es defendida solo por el Gobierno pero es claro que hay muchas dudas por despejar.