Se espera que en poco tiempo se pueda adoptar la operación de vehículos eléctricos al sistema.

Cuando entren en operación los nuevos buses de Transmilenio, se reducirá en 84% la contaminación que produce este sistema en la ciudad.

Mientras el alcalde mayor, Enrique Peñalosa, defiende que hay un avance con la llegada del gas que hoy no se tiene en los buses, el concejal independiente Juan Carlos Flórez, denunció que la Administración adjudicó la compra de 1.143 nuevos buses, 59,7%, fueron para volvo Diésel Euro V, 40,3% para gas y cero eléctricos. “Una tecnología obsoleta diésel se perpetuará en Bogotá. Ganó Volvo y perdió Bogotá”.

El Concejal por su parte indicó que después de conocer que la empresa Green Bogotá, proponía buses eléctricos, quedó fuera de la licitación para ser parte de la nueva flota de buses de Transmilenio para las fases I y II, “Volvo, que fabrica articulados y biarticulados a diésel Euro V, tecnología que Europa saca de sus vías y un combustible que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró agente cancerígeno número 1, se quedó con más del 50% de los buses. Estaba cantado desde el principio porque los prepliegos de la licitación solo incluían buses Euro V”.

A su turno, el secretario distrital de Movilidad, Juan Pablo Bocarejo, señaló que es un gran logro que 40% de la flota de fase 1 y 2 sea ahora de bajas emisiones.

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Mucho más

En este sentido, la concejal María Fernanda Rojas reiteró que la Administración pudo haber hecho mucho más como ciudad para incentivar a los oferentes para tener buses con cero emisiones, “se perdió una gran oportunidad, haber exigido un 5-10% de buses eléctricos en cada lote, Euro VI como norma mínima y compensaciones para la inversión en infraestructura para recargas de gas y electricidad”.

Para hoy se tiene previsto una rueda de prensa para entregar los pormenores de la licitación, pero lo único cierto es que los nuevos buses de Transmilenio en Bogotá reducirán la contaminación frente a los actuales vehículos que ruedan por las troncales, pero lo ideal serían buses eléctrico.

Es importante recordar que uno de los principales críticos de la licitación es el exalcalde Gustavo Petro, que en los cuatro años como mandatario de los capitalinos tuvo la oportunidad de realizar una licitación a imagen y semejanza pero terminó prorrogando los contratos y la vida útil de unos buses.

Nuevo modelo

Uno de los principales aciertos que promulga la Administración es que se hizo un nuevo modelo de negocio para la licitación al minimizar el riesgo de la operación porque se separó el proceso de contratación en dos componentes: (i) provisión de flota y (ii) operación y mantenimiento de la flota y patio talleres. Esto incentiva la mejor calidad en la prestación del servicio.

Los beneficiarios

Para el concejal Manuel Sarmiento será un negocio más costoso que el actual, cuyos grandes beneficiarios serán Volvo y los actuales operadores del sistema. “Se encarecen los costos del sistema en por lo menos $77.000 millones, según lo señalan los propios estudios contratados para la estructuración de la licitación. Al establecer dos tipos de concesiones, una para el suministro de la flota y otra para su operación, se deberán pagar dos tasas de rentabilidad cuando en la actualidad solo se paga una, lo que aumenta los costos para la ciudad y las ganancias para los operadores. Lo peor es que este modelo lo montó Peñalosa con una gran mentira, pues dijo que era necesario que las empresas que compraran los buses y los pusieran a disposición del sistema debían ser distintas a las que los operaran. Sin embargo, las empresas que se presentaron para suministrar los buses, amarraron también la operación. Los mismos con las mismas, porque además seis de siete de las empresas vienen de operar actualmente Transmilenio”.