Las dos curules de la circunscripción especial que por disposición de la Constitución tiene la población afrocolombiana en la Cámara de Representantes dieron vida en esta oportunidad, a partir de la personería jurídica que de estas se deriva, al Partido Colombia Renaciente y al Movimiento Alianza Democrática Afrocolombiana (ADA).

No obstante, para Juan de Dios Mosquera, director del Movimiento Nacional Cimarrón, de esta forma se desvirtúa el espíritu de esos escaños, como es la representación de los intereses del pueblo afrocolombiano, por propósitos netamente partidistas y políticos.

EL NUEVO SIGLO: ¿Cuál es su opinión acerca de que Colombia Renaciente surgiera como Partido gracias a la personería jurídica de una de las curules afrocolombianas en la Cámara?

JUAN DE DIOS MOSQUERA: Para el Movimiento Cimarrón continúa la cooptación del liderazgo étnico afrocolombiano y la utilización por los partidos políticos de los dos espacios, las dos curules en la Cámara de Representantes establecidas por la Ley 649 de 2001. Nuestras comunidades han venido siendo utilizadas desde prácticamente la expedición de la ley por los partidos Liberal, Conservador, por los partidos mafiosos del Valle del Cauca, los cuales utilizando las dos curules han buscado simplemente crear unos partidos políticos para vender y negociar el tema de los avales.

El último caso correspondiente a Colombia Renaciente es un partido que nació en su lanzamiento con la participación activa de todo el santismo, de los miembros del gobierno del presidente Santos, y responde a los intereses de ese movimiento político, no a los intereses del pueblo afrocolombiano.

ENS: ¿Hay antecedentes de una situación semejante con las curules afro en la Cámara?

JDM: Sí, lo que nos pasó con el señor Yahir Acuña, de Sucre, el cual utilizó también estas curules en beneficio de sus partidos y sus intereses particulares. Tenemos también los casos del señor Arrechea que también respondían a los intereses del senador Juan Carlos Martínez. También cuando eligieron a María Isabel Urrutia y a Willington Ortiz, era claro que ellos representaban al senador Abadía, de Cali.

El hecho de que las personas tengan la piel negra no significa que representan al pueblo afrocolombiano, estas personas solo utilizan las curules para el beneficio de sus intereses políticos y particulares.

ENS: El caso de Colombia Renaciente se desprende de la curul del representante Jhon Arley Murillo, ¿qué sucede con la otra curul que ocupa Hernán Banguero?

JDM: También crearon un partido, o sea simplemente como se puede al llegar al Congreso inscribir un partido, entonces la gente aprovecha eso inmediatamente. En el caso del señor Banguero se creó un partido llamado movimiento Alianza Democrática Afrocolombiana (ADA), que también es para negociar con los avales.

ENS: Ustedes desde el Movimiento Cimarrón propusieron -cuando se discutía el Plan Nacional de Desarrollo- reformar la circunscripción afro en la Cámara, ¿insisten en ello?

JDM: En este momento estamos solicitando al Consejo Nacional Electoral y al Gobierno nacional la reforma, la reorganización y reestructuración del ejercicio de este derecho colectivo a la participación en la Cámara a nombre de las comunidades afrocolombianas, que blinde las curules de la utilización por parte de los partidos y también que posibilite el acceso real de los líderes legítimos del proceso organizativo y reivindicativo étnico afrocolombiano.

Es necesario entender que las organizaciones étnicas no podemos competir con los partidos políticos porque ellos colocan sus maquinarias electorales para conquistar los curules, y las organizaciones solo tenemos la credibilidad de nuestro trabajo social.

ENS: Los indígenas tienen garantizado dos senadores por circunscripción especial, ¿el pueblo afrocolombiano ha reclamado igual trato?

JDM: Si se logra una restructuración de estas dos curules la población afrocolombiana como grupo étnico debe tener también dos ventanas en igualdad de condiciones con los pueblos indígenas, dos curules en el Senado de la República, y ojalá también en las asambleas y en los concejos que le permita al movimiento organizativo defender y ser vocero de los derechos e intereses de la población afrocolombiana, así como construir un verdadero partido político desde la base en un proceso de educación política que le permita a nuestras comunidades representarse con el número de votos, grande o pequeño que logre, representarse dignamente dentro de los espacios democráticos de la Nación.