Óscar Camargo Ríos, conocido como alias “Pichi”, fue trasladado a la cárcel de máxima seguridad de Cómbita, Boyacá, este 11 de diciembre, tras su recaptura el 9 de diciembre en un operativo en Copacabana, Antioquia.
Este traslado se llevó a cabo bajo un estricto esquema de seguridad, dado su historial delictivo y su reputación como uno de los narcotraficantes más peligrosos de Colombia, apodado el "Pablo Escobar de Bucaramanga" debido a su influencia en el microtráfico en la región.
La recaptura de “Pichi” se realizó gracias a un trabajo conjunto de la Dijín y un agente encubierto que logró desmantelar su esquema de seguridad. Su captura se produjo en una finca donde se ocultaba con dos escoltas.
Tras ser recapturado, fue trasladado a Bogotá antes de ser llevado a Cómbita, donde permaneció en las instalaciones de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol, Dijin, mientras se reanuda su audiencia de imputación por los delitos de fuga de presos y porte ilegal de armas.
Desde mediados de los años 2000, “Pichi” ha estado involucrado en el tráfico de drogas y ha liderado organizaciones criminales que abastecen carteles internacionales. Se le atribuyen varios homicidios relacionados con el control del microtráfico en Bucaramanga y la planificación del asesinato del general Manuel Vásquez Prada, comandante de la Policía en esa ciudad. Su historial incluye múltiples fugas, siendo la más reciente una escapatoria durante su arresto domiciliario en octubre.
Las autoridades expresaron su preocupación por la influencia que “Pichi” tiene sobre el narcotráfico en Bucaramanga, donde controlaba hasta el 98% del mercado. Esta situación ha llevado a los alcaldes locales a solicitar al Gobierno Nacional que lo mantenga alejado de sus regiones para prevenir la reagrupación de bandas criminales. La captura y traslado a Cómbita es visto como un paso crucial en la lucha contra el narcotráfico en Colombia.