Los negociadores de paz enviados por el presidente Santos a La Habana (Cuba) siguen los diálogos con el equipo del Eln en procura de alcanzar un segundo cese el fuego bilateral.
De lograrse, sería en la práctica el único activo efectivo que le dejaría la mesa en los diecisiete meses que lleva, ya que los avances en la agenda han sido mínimos, al gobierno entrante, que decidirá si continúa sentado o no de acuerdo a las condiciones que de antemano ha expresado ¿Estaría dispuesto Duque a darle continuidad a un silencio de los fusiles de parte y parte, o de aceptar este mecanismo, exigiría que solo aplique a esta guerrilla?
Ayer el jefe negociador del Eln, Pablo Beltrán, le envió un mensaje a Duque donde le indica que “pese a que esta mesa llega a un punto de cambio de gobierno, queremos que tenga una continuidad y lo que queremos decirle al país es que puede contar con la disposición del Eln para seguir buscando una salida política al conflicto”.
Añadió a su vez que sigue la negociación con los delegados de Santos, tendientes a pactar un cese el fuego bilateral. “En el cese anterior todas las operaciones a las que se comprometió el Eln a suspender, lo cumplió. En este nuevo cese que se está pactando, se está hablando en términos de volver a suspender operaciones, igual que la vez pasada”.
Advirtió que “queremos que en este cese queden incorporados unos acuerdos humanitarios porque estamos muy preocupados por la matanza de líderes y eso tiene que tener una acción de neutralización desde el Estado mucho más efectiva”.
Por su lado, el presidente Santos dijo ayer que “con el Eln estamos en este momento discutiendo la posibilidad de firmar un cese al fuego temporal y un acuerdo marco. Voy a trabajar hasta el último día para lograr entregarle al próximo gobierno también un proceso con el Eln, ojalá firmado, con un cese al fuego temporal y con un acuerdo marco”.
No obstante, las condiciones que ha manifestado el presidente electo Duque para continuar la negociación con el Eln van más allá de un cese el fuego.
“Queremos una paz creíble y eso amerita que no sigamos cometiendo errores del pasado, donde se aceptaba conversar mientras se utilizaba la violencia, y eso deslegitima la posibilidad de dialogar”, señaló Duque hace algunos días.
Asimismo adicionó que “el mensaje debe ser claro, la única manera de construir un proceso que dé confianza al pueblo colombiano debe ser la suspensión de todas las actividades criminales y la mejor forma de proceder en esa materia, debe ser una concentración con supervisión internacional”.
Frente a estas condiciones el Eln hasta el momento no se ha pronunciado, por lo tanto es una incógnita si las rechazará de plano o propondría una fórmula intermedia.
En tanto que algunos consideran que después del 7 de agosto, ya en el poder, Duque podría morigerar un poco sus condicionamientos al Eln para intentar proseguir la negociación.
En ese sentido, Kenneth Burbano Villamarín, director del Observatorio Constitucional de la Universidad Libre y conocedor del tema conflicto armado y paz, dijo a EL NUEVO SIGLO que “los procesos de negociación y de acuerdo están amparados por las normas humanitarias. En segundo lugar la búsqueda de la paz le corresponde al Presidente de la República. Tres, la paz es un asunto de política de Estado. Entonces esto significa que no puede estar al querer del gobernante de turno sino que además la búsqueda de la paz, que es un derecho, también es una obligación para el Jefe del Estado”.
En cuarto lugar, añadió, “la posibilidad que creo que es efectiva tanto para los ciudadanos como para las partes en conflicto, es lograr lo más pronto posible un cese bilateral al fuego, porque si eso no se hace así, el problema es que se van a adelantar conversaciones donde las hostilidades continúan y entonces continúan las muertes y la afectación a la población civil”.
Por ello, Burbano consideró que “con el gobierno del nuevo presidente lo que hay que buscar son procedimientos de salida negociada y no una solución militar”. Remarcó que la salida militar es la más peligrosa como se ha visto en conflictos en distintos países, y es la que más afecta a la población civil.
En ese sentido, el experto piensa que Duque no tiene otra salida, “que sería hacer la negociación. Ahora, ¿cuáles son los términos? Pues para eso es una negociación, para que se pongan de acuerdo sobre qué situaciones podrían ser objeto de algún tipo de modificaciones”.
Mientras que la excandidata presidencial Clara López dijo a este Diario que “me parece fundamental que haya un cese al fuego bilateral que dé garantías durante las primeras semanas del gobierno del presidente Duque para que valoren y evalúen todos los alcances y avances que ha habido en los diálogos con el Eln, y para adoptar una posición del nuevo gobierno ya con el conocimiento de todos los detalles”.
López subrayó que “lo que requiere Colombia es una paz completa, y el gobierno del presidente Duque tendrá que entrar a evaluar el nivel de las conversaciones y el nivel de avance, ojalá para retomarlas y llevarlas a un feliz término. Hacerle un llamado al Eln para que en ese cese al fuego bilateral haya el compromiso de suspender todo tipo de secuestro”.
Mientras que el director de la Fundación Paz y Reconciliación, León Valencia, dijo a este medio que lo que ha dicho Duque públicamente “es que estaría por el cese unilateral de hostilidades y lo que hasta ahora se impuso fue un cese bilateral, ya se ensayó eso con el Eln con buenos resultados” para la población y la infraestructura petrolera.
Valencia consideró que “un cese bilateral implica que tendrían que encontrar una fórmula con el nuevo presidente para ver cómo hacen un cese al fuego aceptable para Duque”.
Centro Democrático
El senador Santiago Valencia le dijo a esta Diario que “hemos sido muy claros desde el principio, incluso con la negociación con las Farc. En el Estado las Fuerzas Militares tienen una obligación de preservar el orden y la paz mediante el uso de la fuerza. Cualquier grupo armado que suponga una amenaza a la estabilidad del Estado, la tranquilidad, honra y bienes de los ciudadanos, tiene que ser atacado por el Estado colombiano de acuerdo a una obligación constitucional”.
El parlamentario enfatizó que lo que “hemos dicho desde el principio es que estamos dispuestos a buscar una salida negociada al conflicto, en este caso con el Eln, pero deben cumplir con unas condiciones que han sido públicas: si hay cese unilateral y definitivo de cualquier actividad criminal, no solamente el fuego, porque ellos tienen actividades de narcotráfico, tienen secuestrados, tienen alianzas con otros grupos en el exterior. Puede ser a través de una concentración para que se les pueda garantizar su seguridad con verificación internacional”.