¿Qué está pasando en el Valle del Cauca? | El Nuevo Siglo
Foto AFP
Miércoles, 26 de Mayo de 2021
Redacción Política

Aunque con ocasión del paro nacional convocado por las centrales obreras y organizaciones sociales, en todo el país se ha puesto en evidencia una mezcla de intereses para sembrar caos y destrucción, los sucesivos disturbios ocurridos en distintos lugares del Valle del Cauca han llamado la atención sobre por qué de esa situación.

Desde el mismo 28 de abril, primera jornada del paro, los desmanes registrados en Cali superaron a los de otros lugares del país; luego hubo otros allí, pero también en Yumbo, Jamundí, Buenaventura y Tuluá, ciudades que fueron escenario de cruentos hechos de vandalismo.

Analistas de la situación en esa comarca, que prefirieron hablar anónimamente con EL NUEVO SIGLO, señalaron que en estos desafueros confluyen intereses muy diversos, que van desde delincuencia común, pasando por grupos armados ilegales (es decir, antiguos paramilitares, como también disidentes y reincidentes de las Farc), hasta servidores públicos con una particular visión de las tareas que les entrega la Constitución y la Ley.

El politólogo Germán Ayala, catedrático de la Universidad Autónoma de Occidente, expresó que “ahí hay de todo” y que, por ejemplo, “en Tuluá, lo sucedido con el Palacio de Justicia está asociado con pequeños narcotraficantes, pequeños mafiositos que hay en esa ciudad, infortunadamente”, cuya acción podría verse reflejada en la destrucción de los expedientes judiciales.

Algunas voces señalaron que todos esos actores parecieran tener el común interés de generar caos, de ‘pescar en río revuelto’.

En esos propósitos ilegales son cooptados grupos de jóvenes golpeados por un modelo económico que no les ofrece oportunidades de empleo; “estamos hablando”, anotó Ayala, “de gente no calificada, gente que no está accediendo a una formación profesional, a una formación técnica de alta calidad”, y por lo tanto no hay “un mercado que los recoja y les dé las oportunidades que están pidiendo”.

A eso se suma que, desde su punto de vista, “no solo enfrentaron militarmente la protesta social, sino que dejaron, no se si de manera intencional, ciertos sitios estratégicos de las ciudades, como Tuluá en este caso, abandonados, sin autoridad”, a merced de los vándalos.



Noches de terror

Las noches de terror, porque en casi todos estos casos las arremetidas se han producido al amparo de las sombras, tuvieron entre sus episodios más recientes los disturbios que se presentaron en Tuluá, en los que murió impactado por arma de fuego el joven Camilo Andrés Arango, de 18 años, estudiante de Derecho de la Universidad Central del Valle del Cauca (Uceva).

El coronel Jorge Antonio Urquijo, comandante del Departamento de Policía Valle, señaló que Arango habría sido atacado "a unas cuadras de donde se presentaron los hechos vandálicos, sobre la carrera 30 con calle 29, sobre el sector del río".

Tuluá vivió una jornada de disturbios y actos vandálicos, en medio de los cuales fue incendiado el Palacio de Justicia y atacados locales comerciales, entidades bancarias y otros edificios gubernamentales.

El alcalde John Jairo Gómez sostuvo que la ciudad "venía siendo ejemplo a nivel nacional en comportamiento, durante los actos propios de la protesta, pero este martes ha sido vandalizada".

"Lamentablemente, un grupo de personas, sin amor, sin respeto por la ciudad y por los demás la ha vandalizado. Han causado daño a la infraestructura de tránsito, como semáforos y señales; han vandalizado y destruido un edificio tan importante, hermoso, emblemático e histórico como el Palacio de Justicia, pérdida que no es reparable", anotó, agregando que "han atacado y vandalizado la Alcaldía Municipal, el Departamento de Agricultura, el Departamento de Tránsito, las Empresas Municipales y han afectado el patrimonio de tulueños, emprendedores, empresarios que generan empleo en la ciudad, atacando estos negocios".

El fiscal Francisco Barbosa anunció que se “priorizará esta investigación” y se esclarecerán los hechos.

En la madrugada de ayer, un bus que llegaba al municipio de Florida desde Pradera, recogiendo corteros de caña para que cumplieran con su jornada laboral, fue atacado por un hombre que desde una motocicleta lanzó una bomba molotov; “dos trabajadores quedaron heridos", reportó Iván Cerón, secretario de Gobierno de Florida.



Buenaventura

Aunque desde que arrancó el paro se presenta represamiento de carga en Buenaventura a causa de los bloqueos viales, la situación pasó de castaño a oscuro el miércoles 19 de mayo, cuando se registraron disturbios y saqueos en diferentes puntos de la ciudad, incluyendo la zona de carga y contenedores del puerto; los enfrentamientos entre revoltosos y policías dejaron un muerto y varios heridos.

En la noche del lunes anterior, 17 de mayo, en medio de alteraciones del orden público, varias personas resultaron gravemente heridas en el barrio La Estancia, de Yumbo, donde fueron atacados dos CAI, la megaestación de la Policía, dos cajeros automáticos y la casa del alcalde John Jairo Santamaría, quien al día siguiente manifestó que “no se si son movimientos de izquierda o de derecha. Los actos ocurrieron horas antes de que nos sentáramos a dialogar con los manifestantes. Sí, se han generado protestas de manera pacífica, pero hay cinco personas que han querido generar el caos, el desorden en el municipio y fueron quienes iniciaron esto”.

Un par de noches antes, el turno había sido para Jamundí, donde los irregulares le prendieron fuego a la sede de la Alcaldía y a parte de las instalaciones del Concejo. El alcalde Andrés Felipe Ramírez trinó que "Jamundí ha sido protagonista de movilización pacífica, nada justifica la violencia. La situación que se presenta en este momento y los actos violentos no representan la protesta. Insisto en el diálogo como las salidas al conflicto".

Diálogo

En medio de ese escenario siniestro, el diálogo con los manifestantes no se ha detenido y han logrado desbloqueos, como lo anunció ayer el alcalde Ramírez sobre el despeje de la vía que comunica a su municipio con Cali, sin confrontaciones de los manifestantes con la Fuerza Pública.

La Gobernación del Valle informó que con la implementación de caravanas de emergencia, con el acompañamiento de la Dirección Nacional de Tránsito y Transporte de la Policía y la escolta del Ejército, en el departamento se está garantizando la apertura de rutas viales para abastecer a los municipios con bienes y servicios.

"Estamos llegando a los 42 municipios con los bienes y servicios de la mano de la Policía Nacional y del Ejército, venimos acompañando a los transportadores. Es importante hacer la invitación a las empresas y transportadores para sumarse a esta iniciativa y volver a la normalidad en el Valle del Cauca", dijo Walter Camilo Murcia, secretario de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Valle.



Entre tanto, en la capital del departamento “se ha logrado instalar la mesa de garantías con la Unión de Resistencias Cali, que tienen 21 puntos de bloqueo o resistencia en la ciudad. Con ellos se viene trabajando para priorizar unas medidas y darles garantías a los jóvenes que están participando en la protesta pacífica. Esta ha sido una participación tranquila donde estamos mirando los puntos para avanzar y dialogar”, dijo Orlando Riascos, secretario de Paz Territorial y Reconciliación del Valle.

El funcionario destacó que ha sido un diálogo tranquilo, amplio, en el que es fundamental la presencia de organizaciones como la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la Organización de los Estados Americanos (MAPP/OEA) e instituciones de derechos humanos, así mismo de la jerarquía católica como facilitadora de este proceso.

El secretario Riascos precisó que entre las peticiones de los jóvenes está que “participe la Fiscalía General de la Nación para separar los actos vandálicos del tema de la protesta. Están pidiendo garantías para su vida y lograr dialogar”.