“Recompensa más grande es retornar un secuestrado a su familia” | El Nuevo Siglo
TENIENTE coronel Nancy Liliana Medina Guio, Jefe de la Regional Antisecuestro y Antiextorsión del sur del país, es decir en los departamentos del Tolima, Huila, Caquetá y Putumayo.
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Sábado, 30 de Abril de 2022
Redacción Nacional

La misión diaria de los grupos Gaula de las Fuerzas Militares y de la Policía es una sola: combatir los flagelos del secuestro y la extorsión. Por eso cada liberación o rescate de una víctima o la captura de uno de los plagiarios es un triunfo que compensa el sacrificio de los uniformados y los motiva para el siguiente caso.

De acuerdo con las estadísticas del Ministerio de Defensa y de la Policía Nacional, desde el 1 de enero de 2019 a la fecha se han registrado 492 secuestros. De estos, 305 plagios son extorsivos y 187 simples. La cifra de extorsiones en el mismo lapso llega a 27.074 casos en todo el país.

En el 2019 se registraron 117 secuestros, un año después subieron a 162 y en 2021 se denunciaron 138 plagios.

En cuanto a la extorsión, el año pasado se registraron 8.533 casos y entre enero y febrero de este año, según la cartera de Defensa, ya están contabilizados 1.428.

Si bien la mayoría de los Gaula está compuesta por hombres, las mujeres cada vez tienen una mayor participación, no solo en el rango operativo sino en las instancias de mando. Prueba de ello, es una teniente coronel de la Policía que en sus inicios, tras graduarse como subteniente, fue comandante de un CAI en la Policía Metropolitana de Bogotá, pero siempre soñaba con integrar un grupo operativo de alta exigencia. Un objetivo que logró. 

Se trata de la teniente coronel Nancy Liliana Medina Guio, quien se desempeña como Jefe de la Regional Antisecuestro y Antiextorsión del sur del país, es decir en los departamentos del Tolima, Huila, Caquetá y Putumayo.

La oficial, en diálogo con EL NUEVO SIGLO, señala que gracias a su equipo de trabajo y al director del Gaula, general Fabián Laurence Cárdenas Leonel, “he logrado liderar varios resultados en la lucha contra el secuestro, sintiendo que con mi labor y liderazgo aporto a la consolidación de una patria segura”.

“Una de las mayores satisfacciones en mi vida profesional es liderar una operación en la que confluyen las mayores capacidades humanas y técnicas en policía judicial e inteligencia, que permitan el retorno al seno de su familia de las víctimas del secuestro así como la tranquilidad y conservación de su patrimonio económico a las víctimas de extorsión. Esa es la recompensa más grande”, señala la alta oficial, en cuya hoja de vida figuran 38 condecoraciones y 145 felicitaciones, una parte de ellas por su misión en el Grupo Gaula.

La teniente coronel recuerda que no es una tarea fácil. Sin embargo, el apoyo de sus padres y hermanos ha sido clave para seguir adelante en su carrera. “Soy de una familia boyacense cimentada en principios de humildad, rectitud, honestidad, honor y amor por su patria. Mis tíos y hermanos también han hecho parte en este proceso de construcción de sociedad como oficiales integrantes de la Policía, del Ejército y de la Fuerza Aérea”.

La oficial sabe que son muchos los riesgos que se corren pero asegura que pesa más la vocación de servicio. “… El principal riesgo para cualquier uniformado en Colombia en desarrollo de nuestro trabajo diario y, en mi caso personal, como mujer Gaula, es perder la vida en desarrollo de un procedimiento contra las redes de secuestradores o de extorsionistas”, explica.

Incluso siempre está el temor de que algún miembro de su familia sea blanco de una retaliación por su trabajo, ya que este en muchas oportunidades permite la captura de cabecillas de peligrosas redes criminales.

Otro de los riesgos se refiere a la vida del plagiado. “En cada operación que se ejecuta también el secuestrado puede ser asesinado por


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Intensa preparación

Visto lo anterior, es apenas claro que la preparación de un efectivo para integrar un equipo antisecuestro debe ser muy integral y multidisciplinaria, desde lo físico, mental y en distintas áreas de conocimiento operativo y técnico.

“Para ser un agente Gaula es necesario aprobar cursos de alta exigencia, entre ellos de operaciones especiales, de policía judicial, de inteligencia y el fortalecimiento de las capacidades operativas y de investigación. Sumado a ello, dentro de la especialidad se recibe formación en prevención del secuestro y de la extorsión, que al mismo tiempo nos permite sensibilizar a la ciudadanía y transmitir pautas para prevenir estos dos grandes flagelos que atentan contra la integridad física y   emocional de los ciudadanos, en el ámbito del patrimonio económico y la libertad individual de las personas”, sostiene Medina.

De hecho, cuando los uniformados salen a cumplir una operación antisecuestro o antiextorsión se verifica el estado anímico del personal, “ya que nuestras mujeres y hombres Gaula deben estar dispuestos ante cualquier situación que se pueda presentar. Siempre tenemos presentes las recomendaciones operacionales para velar por nuestra seguridad personal durante el rescate de un secuestrado o la captura de un extorsionista”.

Delito pluriofensivo

La teniente coronel señala debe entenderse que el secuestro y la extorsión son delitos pluriofensivos y de alto impacto. Son crímenes atroces que golpean fuertemente no solo a quien los padece sino a su círculo familiar, pues los delincuentes sustraen a una persona de su entorno social y familiar.

“El secuestro tiene repercusiones devastadoras en los familiares, los amigos y los colegas, y graves problemas a nivel individual, económico, social y cultural. De otra parte, la extorsión es un delito que afecta el patrimonio económico y la autonomía personal, que constriñe y genera temor a las víctimas a través de las amenazas generadas mediante llamadas telefónicas, escritos, correos o visitas intimidatorias que terminan generando en las personas una situación de pánico constante”, explica la alta oficial.

Precisó que gracias a las campañas adelantadas por el Gaula de la Policía “hemos logrado una disminución significativa en los delitos de secuestro y extorsión en Colombia. También buscamos con estas iniciativas la denuncia oportuna y la educación a la ciudadanía en el no pago de las exigencias extorsivas, incluso en muchos casos los delincuentes se encuentran recluidos en centros penitenciarios”.

De hecho, a comienzos de este año, cuando se anunciaron las metas de seguridad para 2022, el presidente Iván Duque hizo referencia al secuestro, asegurando que el objetivo es llegar a eliminar por completo ese delito: “Vamos a seguir manteniendo la tendencia de reducción histórica en materia de secuestros”.

Como se ve, esta es una cruzada misional de largo aliento. El plagio y la extorsión son flagelos que no desaparecen. Por el contrario, los victimarios de la delincuencia común y organizada tienden a reciclarse y encontrar nuevas fórmulas y modus operandi. Los Gaula no se confían y saben que todos los días hay un nuevo reto por afrontar.