Con la autorización a la Congregación para las causas de los Santos de expedir la promulgación del Decreto relativo a las virtudes heroicas del Siervo de Dios Miguel Ángel Builes, el papa Francisco abrió el proceso para la beatificación del obispo de Santa Rosa de Osos.
El decreto fue firmado junto con otros durante una audiencia con el cardenal y prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Angelo Amato, el pasado viernes.
El camino hacia la santidad tiene varias etapas: la primera es la confirmación de las virtudes heroicas para ser declarado "venerable siervo de Dios", la segunda beato y la tercera santo.
Proceso
La beatificación es una primera respuesta oficial y autorizada del Santo Padre a las personas que piden poder venerar públicamente a un cristiano que consideran ejemplar, con la cual se les concede permiso para hacerlo. Es una sentencia no definitiva que tiende a la canonización y permite que se le tribute culto con ciertas limitaciones.
Para iniciar el proceso de beatificación, el Código de Derecho Canónico exige que haya transcurrido un plazo de cinco años desde la muerte del fiel, aunque el Papa tiene la prerrogativa de saltarse esa norma, como ya hizo Juan Pablo II con la beata Madre Teresa de Calcuta y Benedicto XVI con Juan Pablo II.
Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión y para que sea canonizado, hecho santo, se precisa un segundo milagro obrado "por intercesión" después de ser proclamado beato.
La obra
Durante casi cuarenta y tres años Builes estuvo al frente de la Diócesis de Santa Rosa de Osos, en los cuales fue un personaje polémico, debido a su postura acérrima frente a los gobiernos liberales y de izquierda.
Builes se destacó por extensa obra pastoral. Fundó cuatro comunidades religiosas como el Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal, la Congregación de Hermanas Misioneras de Santa Teresita del Niño Jesús, la Congregación de Hermanas Contemplativas del Santísimo y la Congregación de Hijas de Nuestra Señora de las Misericordias.
En su actividad eclesiástica ordenó a ciento sesenta y dos sacerdotes y consagró a tres obispos, monseñor Francisco Gallego Pérez, monseñor Gerardo Valencia Cano y monseñor Gustavo Posada Peláez.
Asimismo en su transcurrir como obispo, creó 23 parroquias, construyó los edificios de la Curia, del Seminario y la Basílica Menor de Nuestra Señora de las Misericordias y fomentó la devoción a esta advocación mariana.
Según uno de sus biógrafos, Miguel Zapata: “Builes se consideró tutor de la jerarquía eclesiástica en Colombia.
No solo lanzó sus severas palabras contra la política sino con casi todos los aspectos de la sociedad colombiana. Una de sus reprimendas más recordadas fue contra la moda femenina, pues no concebía que las mujeres utilizaran “pantalones” y que montaran a caballo como los hombres.
Reacciones
Asimismo sobre el tema de la autonomía universitaria, la hallaba dañina y propagadora de errores. Según Builes, las normales de varones, establecidas por el Ministerio de Educación para crear docentes “modelarán las almas de los niños, según la mente y anhelos masónicos”; el Instituto Femenino “dará a la patria maestras impías (...) y un personal apto para descristianizar del todo la niñez”, y eso que el Instituto Central Femenino de Medellín se encontraba dirigido por la moderada institutora catalana Enriqueta Séculi Bastida. Para monseñor Builes, Laureano Gómez Castro fue un personaje providencial. Lo apoyó sin ningún problema todas sus iniciativas.
A la edad de 80 años, obedeciendo la voluntad del papa Pablo VI, presentó el 15 de febrero de 1967 renuncia al gobierno pastoral de la diócesis, cargo que había desempeñado por 43 años; le fue aceptada el 22 de abril del mismo año, y el 8 de junio también de ese año su sucesor, monseñor Félix María Torres Parra, quien se desempeñaba desde hacía un año como Obispo Auxiliar de Cartagena, tomó posesión como obispo coadjutor y administrador apostólico, y en consideración a monseñor Builes, éste conservó hasta su muerte con el título de obispo de Santa Rosas de Osos.
Trasladó entonces su residencia a Medellín, donde falleció el 29 de septiembre de 1971. El 29 de septiembre de 2001 se inició el proceso de beatificación y canonización, diligencia que marcha satisfactoriamente. En la actualidad es Siervo de Dios.