Se suspendió la adjudicación de la licitación para el proyecto que promete convertir en un parque al embalse de San Rafael. La decisión la tomó el juez sexto administrativo de Bogotá, Mayfren Padilla Téllez.

Según el sindicato de la Empresa del Acueducto de Bogotá, Simtraemsdes, el proyecto compromete la calidad del medio ambiente al tratarse de un área protegida de alta sensibilidad ambiental. El mayor riesgo que señalan es la contaminación del embalse, del que sale parte del agua que abastece a Bogotá y municipios cercanos.

Ante esto, el juez argumentó que “a pesar de que en este momento procesal no exista certeza sobre el grado de afectación e impacto ambiental que tales obras puedan producir a los recursos naturales y la biodiversidad, no es menos cierto que de las pruebas aportadas se puede advertir una inminente amenaza al ecosistema y a la biodiversidad de la zona de reserva forestal”.

Por ahora, el deseo de la Alcaldía de Bogotá en convertir el embalse en un espacio turístico con 11 kilómetros de senderos en los que se camine y pasee en bicicleta, con miradores, muro de escalada, zona picnic, restaurantes y recorridos guiados, se encuentra en el aire.