El acuerdo de paz entre el gobierno de Colombia y las Farc se convirtió, desde su firma el 24 de noviembre de 2016, en un punto de referencia a nivel internacional. Expertos en política internacional y resolución de conflictos están estudiando el caso para comprender cómo dicha experiencia podría ser utilizada en contextos como Irak y Siria.
Taha Ozhan es ex miembro del Parlamento turco del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AK Parti) y profesor de ciencias políticas y relaciones internacionales. Visitó Colombia para participar en el Encuentro Internacional de Experiencias de Reparación Colectiva que se llevó a cabo la tercera semana de julio en Bogotá.
En entrevista con la Agencia Anadolu, Ozhan habló sobre las lecciones que los países intercambiaron y enfatizó en la necesidad de encontrar soluciones globales a problemas geopolíticos como el conflicto colombiano y la guerra en Siria.
Usted estuvo en Colombia escuchando a las víctimas de la guerra y funcionarios gubernamentales. ¿Cuál es su opinión sobre el proceso de paz y su implementación?
De la experiencia colombiana entiendo el valor de la paz. Si se revisa un poco de la historia del país se puede ver que el sufrimiento es inmenso. Solo desde la década de los cuarenta, miles de personas fueron asesinadas en diferentes eras de violencia. Esto no es conocido por muchas personas en Turquía y el resto del mundo. Esa historia debería ser explicada muy bien porque ese sufrimiento también será clave para entender el valor del actual acuerdo de paz.
Lo que vive Colombia también es una gran oportunidad para ver que las víctimas y los actores de la violencia puedan, después de todos esos años, tener una idea de paz y ponerla en práctica. El periodo de negociación tuvo momentos muy críticos, pero al final se logró un acuerdo exitoso y debe ser sostenido.
¿Cree que hay algunos paralelos entre el conflicto en Colombia y el que vive la región alrededor de Turquía?
El Acuerdo de Paz colombiano es visto en todo el mundo como un ejemplo. Definitivamente la dinámica de esos años violentos y los problemas en Colombia son bastante diferentes a los de la crisis regional que está ocurriendo en Turquía. Es cierto que Colombia sufrió demasiado, pero si se revisa los países que rodean a Turquía, se están viviendo sufrimientos incluso peores. Los últimos 17 años fueron muy violentos en Turquía. Todo comenzó con la ocupación de Irak por parte de Estados Unidos. Eso rompió todo el sector político, social y étnico y, desde entonces, toda la región está en una turbulencia. Solo desde 1991, más de 3 millones de personas han muerto en la región que rodea Turquía.
El país ha pagado un precio muy alto en todo este sufrimiento. En este momento albergamos más de 4 millones de refugiados tanto de Irak como de Siria. La crisis se ha manifestado en el terrorismo. ISIS (Daesh), PKK y otras organizaciones han atacado a civiles directamente en los últimos años.
El gobierno de Turquía ha negociado con el grupo terrorista PKK. ¿Qué lecciones del proceso colombiano pueden ser valiosas para Turquía?
A finales de 2008 hasta 2013 intentamos el Proceso de Solución, desafortunadamente el PKK y otras organizaciones terroristas no estaban listas para entender el valor de este proceso y todo se descarriló.
Esto es similar a lo que Colombia experimentó hace algunas décadas. Creo que la experiencia de Colombia es muy valiosa. Son lecciones cruciales para Turquía y el resto del mundo para aprender el valor de la estabilidad y de la paz sostenible. Lo que vi en los últimos días y lo que he leído sobre el proceso con las Farc me pareció fascinante.
Esta también es una lección para cualquier grupo involucrado en terrorismo y violencia, especialmente en Irak y Siria. Deben entender que es un callejón sin salida. Ellos deberían estar estudiando el caso colombiano con mucho detenimiento. Las matanzas son un callejón sin salida, espero que entiendan eso.
Espero que los colombianos logren sostener el actual acuerdo de paz y ponerle fin al periodo violento.
Turquía ha recibido más de 4 millones de refugiados. ¿Qué estrategias ha desarrollado el país y qué podría ser útil para Colombia?
Lo que pasó en Turquía es tanto trágico como fascinante. Trágico porque nadie quería que tantas personas sufrieran así. Pero al mismo tiempo es fascinante porque nadie esperaba que Turquía tuviera tanto éxito como anfitrión para refugiados. Es una verdadera historia de éxito y no digo eso solo por ser turco. He estado en muchos campos de refugiados y es incomparable con lo que pasa en Turquía.
¿En qué se diferencian?
Primero en la forma en que el Estado y la sociedad civil se organizaron para recibir a los refugiados tanto en lo logístico como en lo psicológico.
¿Cuál fue el secreto para recibir a tantos refugiados?
La sociedad literalmente digirió a millones de personas, aunque no hablaban turco. En muchos casos, la barrera del idioma es muy grande para los refugiados. Ustedes no tienen esta barrera con los venezolanos, pero los turcos sí lo tienen con los árabes. Aunque hubo problemas, en general la sociedad recibió muy bien a esos refugiados. Algunos de ellos están en campamentos, pero la mayoría viven en las diversas ciudades. Tienen empleo y están estudiando en el sistema turco de educación.
En este momento estamos invirtiendo billones de dólares en proyectos para refugiados.
Entonces uno de los secretos fue actuar rápido…
Turquía recibió la situación en Siria primero como una tragedia humana y luego como una crisis geopolítica. Desde entonces estamos intentando encontrar una solución geopolítica pero no hemos encontrado suficientes socios para lograrlo.
El problema que empezó en Siria en marzo de 2011 con el asesinato de unos jóvenes en el pueblo sirio de Daraa se convirtió en pocas semanas en movimiento de protesta masivo. Luego pasó a ser un asesinato masivo por parte del régimen Baaz. En septiembre de 2011, el presidente sirio Bashar Al Asad ya había matado 10.000 personas, todos civiles. Hoy esa es una crisis geopolítica.
En 2016, tuvimos un acuerdo muy importante con Europa sobre la migración irregular. Desafortunadamente a la Unión Europea le tomó años para empezar a darle importancia al problema. A medida que el conflicto escalaba, ellos decidieron cerrar los ojos e ignorarlo. Fue solo cuando la ola de refugiados llegó a Europa que ellos empezaron a prestarle atención a la crisis.
Lo que podemos aprender de esto es que ya no existen las crisis aisladas. O lidias con ellas o el problema se va a desbordar y empezará a aparecer en diversas ciudades como actos de terrorismo, bombas y tragedias humanas.
¿Esta lección que Europa aprendió a las malas también se podría aplicar en América Latina en casos como la crisis en Venezuela o el conflicto interno colombiano?
Definitivamente. Es una crisis geopolítica. El problema es que América Latina está muy frágil. La zona está viviendo una era de depresión política. Movimientos populistas de derecha e izquierda están subiendo al poder y cuando el populismo asciende, no se pueden lograr políticas públicas sólidas. Eso significa que tendrás que lidiar con soluciones a corto plazo que están hechas para mantener a un gobierno en el poder. Esas medidas salvan hoy, pero matan mañana.
¿Cuál es la importancia de reparar a las víctimas y darles garantías de no repetición?
No puedo entrar en detalles sobre el conflicto colombiano porque no soy experto en el tema, pero puedo dar ejemplos de Turquía. Entre 1980 y 1990 vivimos un periodo muy difícil por el golpe de Estado y el régimen militar que siguió. A veces lo llamamos las décadas perdidas. La tragedia humana fue enorme. Todo el tejido social y el Estado en sí mismo fueron perturbados.
En 2005 empezamos dos proyectos sencillos, pero dieron inicio a un periodo de reparación muy importante. En un periodo muy corto, hicimos un esfuerzo económico enorme. Estoy hablando de cinco o seis billones de dólares, pero invertidos en proyectos muy sólidos que se desarrollaron en dos o tres años y han dado resultado.
¿Cómo dieron resultado?
Resolvimos el problema de agua potable y electricidad en todo el país. Además, logramos que no haya un solo pueblo en el país sin una carretera decente. Después de eso se inauguró un proyecto para sistemas de riego en todo el territorio. Eso hizo posible que la gente volviera a sus pueblos. La inversión económica es muy importante.
La diferencia entre Colombia y Turquía es que allá el gobierno es muy central y su relación con las zonas alejadas es muy poderosa, entonces fue más fácil encauzar las inversiones y ver los resultados rápidamente.
¿También tomaron en cuenta la reparación en temas de derechos humanos?
Turquía pagó todos los montos finales que la Corte Europea de Derechos Humanos decidió. Más de 356.000 personas aplicaron para reparación y todas las personas que tuvieron decisiones finales de la corte fueron reparadas. El monto de dinero en este caso no es tan importante. Lo más importante es que las personas sientan que hay un Estado al que le importan. Eso tiene un valor psicológico muy importante. Estos pasos ayudaron a Turquía en el proceso de sus reparaciones.