Vacancias, incertidumbre y paros
La inoperancia se volvió costumbre
La justicia es tal vez el servicio público por excelencia. En la mayoría de casos no puede ni debe ser delegable por el Estado, salvo figuras extraordinarias como los tribunales de arbitramento o que signifiquen conciliación previa.
La inoperancia se volvió costumbre
La justicia es tal vez el servicio público por excelencia. En la mayoría de casos no puede ni debe ser delegable por el Estado, salvo figuras extraordinarias como los tribunales de arbitramento o que signifiquen conciliación previa.