Más allá de quién tenga la razón, lo cierto es que la polémica pública entre los titulares de la Fiscalía y la Contraloría generales ya está afectando la imagen de ambas instituciones, pues en la retina del ciudadano promedio lo que está quedando es la percepción primaria de que los jefes del ente acusador y de control fiscal están, como se dice popularmente,agarrados de las mechas…