Un revolcón en la lucha contra las drogas y que en este propósito actúen con sinceridad y con respeto por los derechos humanos, pidió ayer en Nueva York el ministro de Justicia, Yesid Reyes, en la reunión preparatoria de la sesión especial de la ONU sobre el tema programada para 2016.
Altos funcionarios de Colombia, México, Guatemala, Argentina y Ecuador, entre otros, llevaron la voz cantante en un debate preparatorio en la Asamblea General de las Naciones Unidas de cara a esa esperada cita bautizada con las siglas Ungass-2016, y que debería tener lugar en los primeros meses del año próximo.
La posición de Colombia, que busca cambiar en el mundo la política de drogas, llegó a las Naciones Unidas, en donde se planteó por primera vez un conjunto de doce medidas para que los países miembros cambien su enfoque, sin tocar las convenciones internacionales que rigen en esta materia.
La innovación de Colombia ante las Naciones Unidas la marcó su petición de dotar de autonomía a los países para que implementen una política de drogas acorde a sus realidades.
“El sistema internacional no puede seguir basándose en lineamientos idénticos para enfrentar distintos problemas. Los países deben contar con suficiente margen de autonomía para diseñar y poner en práctica respuestas acordes con sus realidades, capacidades y desafíos, siempre garantizando que sus decisiones no afecten a otros”, dijo Reyes en su intervención.
El alto funcionario también formalizó ante los países miembros, su petición de armonizar las políticas con todos los compromisos en materia de Derechos Humanos. Al respecto, reiteró que se debe descriminalizar el consumo de drogas, que el derecho penal debe ser usado para contrarrestar la acción de las grandes organizaciones al servicio del narcotráfico y que Colombia aguarda con “mucho interés” los insumos que en esta materia proveerá el Consejo de Derechos Humanos. “Abogamos por la eliminación de la pena de muerte para delitos relacionados con drogas”, aseveró el ministro Reyes.
Ante el presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, embajador ugandés Sam Kutesa, Reyes reconoció que la intervenciones estatales son susceptibles de generar resultados negativos, o incluso de traspasar fronteras. Sin embargo, manifestó que por esto mismo la evaluación de estas políticas no debe darse a la luz de la finalidad que persiguen sino también “a la luz de las consecuencias imprevistas y sus eventuales resultados adversos”.
Nuevo enfoque
Esta sesión especial fue organizada tras el histórico vuelco de la región en 2012, cuando varios presidentes como el guatemalteco Otto Pérez propusieron en la ONU discutir la despenalización del consumo, tráfico y comercio de drogas ante el fracaso de la lucha frontal contra el narcotráfico.
"El enfoque integral propuesto debe verse reflejado en el sistema de Naciones Unidas e incluir el apoyo a los países para asegurar resultados", dijo precisamente el vicecanciller guatemalteco Rodrigo Vielmann en su intervención.
Vielmann destacó que "el continente americano está avanzando a pasos agigantados" con sus experiencias alternativas y su cooperación.
El caso que más ha llamado la atención mundial es el de Uruguay, donde se aprobó una ley que legalizó el autocultivo, los clubes de cannabis y la venta al público de la droga en farmacias, todo previo registro y bajo control estatal.
Nuevos desafíos
Como varios de los responsables latinoamericanos presentes el jueves en Nueva York, Reyes Alvarado dejó en claro que el objetivo de Ungass-2016 no es "desconocer" las actuales convenciones internacionales en materia de lucha contra el narcotráfico, sino "hacer un balance sincero de su funcionamiento", sus "metas no cumplidas" y los "nuevos desafíos".
Entre estos últimos indicó que "se percibe un aumento de cultivo ilícitos", fruto de la "enorme capacidad de adaptación" del aparato narco, y un alza del consumo interno en países productores como Colombia.
"La antigua distinción entre países productores y consumidores resulta hoy tan artificiosa como insuficiente", dijo.
El secretario de gobernación de México, Miguel Ángel Osorio, aseguró de su lado que la cita del año próximo es "oportunidad invaluable para tomar mejores decisiones concertadas entre países", destacando los conceptos de "corresponsabilidad" y "políticas complementarias".
"Para México la Ungass-2016 significa una gran oportunidad para avanzar en este objetivo y alcanzar un mayor consenso", sostuvo.
De su lado, el subsecretario de Estado norteamericano para Asuntos de Narcotráfico y Aplicación de ley, Luis Arreaga, señaló que Washington quiere que del encuentro salgan "una serie de reformas tangibles" dentro de las convenciones existentes, incluyendo cambios en la "justicia penal".
Arreaga habló de un "nivel inaceptable de detenciones y encarcelamiento" y una "excesiva población carcelaria", y pidió trabajar para "sacar a aquellos que están enmarañados en la red de la droga".
En esta "primera reunión sobre fiscalización de estupefacientes desde 1998", los Estados miembro de la ONU tiene la oportunidad de "traducir los logros de la ciencia en políticas eficaces" para tratamiento, agregó. /AFP-ENS