Esta semana se espera que se haga efectiva o, en su defecto, se suspenda la decisión del Gobierno de expulsar a diplomáticos de la embajada de Argentina, como consecuencia de nuevas descalificaciones del presidente Javier Milei a Gustavo Petro. La canciller de ese país pidió "bajarle los decibeles" a la situación. Este es solo uno de los desencuentros con mandatarios de Latinoamérica que ha ido sumando Colombia en este mandato.
Antes de la segunda vuelta en Argentina, Petro dijo en redes que ese país elegía entre “la esperanza y la barbarie” y que Milei “nos regresa a Pinochet y Videla”.
De ahí en adelante, el hoy mandatario argentino ha tratado con fuertes epítetos al jefe de Estado colombiano, como la semana pasada cuando le dijo que “mucho no se puede esperar de alguien que era un asesino, terrorista, comunista”.
El programa del gobierno de Petro, denominado "Colombia, Potencia Mundial de la Vida", señala que "restableceremos y fortaleceremos el diálogo con nuestros vecinos en la perspectiva de favorecer la integración regional, la solución amigable de conflictos y de la crisis humanitaria, económica, social y de violencia en algunas de las zonas de frontera".
Precisamente una de las primeras tareas del Gobierno fue recomponer las relaciones con Venezuela, que se rompieron en la época de Iván Duque después de calificar de farsa las elecciones de 2019 en las que Nicolás Maduro logró la primera reelección. Además, señaló al régimen de dictadura y violador de los derechos humanos.
En el concierto regional el jefe de Estado ha buscado ser protagonista en escenarios como la OEA, la Cumbre Iberoamericana, la Celac y la CAN, en donde ha propuesta reactivar la integración latinoamericana para propósitos como combatir el hambre, la lucha contra el cambio climático, atender el problema de la migración y la asociatividad económica con fuentes de energías limpias.
Sin embargo, contrastan con lo anterior los enfrentamientos que ha sumado Petro con presidentes de Latinoamérica.
Nicaragua
El primer problema que se le presentó al Gobierno en relaciones internacionales fue a los cinco días de iniciar el mandato, cuando Colombia se ausentó de la sesión de la OEA que se citó para condenar las violaciones de derechos humanos en Nicaragua.
La oposición criticó fuertemente a la administración Petro, señalándola de callar ante las violaciones de derechos humanos, por lo que el canciller Álvaro Leyva salió a aclarar que “de ninguna manera estamos con Daniel Ortega”.
Luego el país, junto con 40 naciones más, pidió a Naciones Unidas condenar al régimen de Managua y también lo solicitó ante la Corte Penal Internacional.
Obviamente esta postura de Colombia fue vista con malos ojos por el régimen de Ortega. Sin embargo, lo que lo hizo explotar las relaciones en septiembre pasado fue el apoyo que manifestó Petro a la poetisa nicaragüense Gioconda Belli, quien por la red X denunció que el Gobierno le quitó su vivienda.
“Toda mi solidaridad para Gioconda Belli, poeta de la resistencia nicaragüense contra Somoza, ahora perseguida por Ortega”, trinó el presidente Petro.
Ortega le replicó que “Petro, una vergüenza para los que lucharon en el movimiento guerrillero que él encabezó. Ha traicionado esa sangre. Demostrá Petro que tenés algo de dignidad y expulsá y cerrá las bases yanquis que tenés en tu país”.
A su turno, la Cancillería colombiana rechazó en un comunicado “las declaraciones desobligantes contra el buen nombre y la honra del presidente de la República, Gustavo Petro Urrego, pronunciadas por el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega”.
Perú
La destitución del presidente de Perú, Pedro Castillo, por el Congreso en diciembre de 2022, después de que anunciara que iba a disolver el Parlamento y decretar un estado de excepción, tuvo un efecto colateral para Colombia, pues se produjo una crisis en las relaciones debido a que Petro se pronunció sobre lo ocurrido en el país andino, señalando que hay “un presidente elegido popularmente preso”, lo que calificó como “exabrupto”.
Las manifestaciones de Petro fueron vistas como injerencia en los asuntos internos del Perú, como lo advirtió la presidenta encargada, Dina Boluarte, y el propio Congreso de ese país, que rechazó su intromisión.
Guatemala
La Fiscalía de Guatemala anunció en enero de 2023 una investigación a personas que integraron la Comisión Internacional Contra la Impunidad (Cicig), que trabajó en ese país hace algunos años, porque supuestamente algunos de ellos habrían recibido en el marco de sus investigaciones recursos de la multinacional Odebrecht.
Entre los integrantes de esa Comisión estuvo el jurista Iván Velásquez, actual ministro de Defensa, por lo que el presidente Petro reaccionó: “Como a toda persona que lucha contra la corrupción, que toma un papel de vanguardia, y el ministro Velásquez lo hizo cuando fue nombrado en la Comisión Independiente Judicial por las Naciones Unidas para destruir la impunidad que domina a Guatemala, pues ahora es perseguido por ese tipo de intereses que tocó”.
Incluso Petro amenazó con romper relaciones con ese país: “Si Guatemala insiste en apresar a hombres justos, nada tenemos que hacer con ellos”.
El entonces presidente Alejandro Giammattei dijo que “voy a dejar que el presidente Petro siga cometiendo el error de un guerrillero, pero que es poco político. No voy a caer en el juego. Las diferencias entre las naciones deben ser resueltas por la vía diplomática”.
El jefe de Estado le respondió a Giammattei que “quienes permiten que la mafia se apodere del estado solo conducen a la sociedad al genocidio. Las historias de Guatemala y Colombia están llenas de genocidios por entregar el estado a las mafias”.
El Salvador
El presidente Petro también chocó con su homólogo de El Salvador, Nayib Bukele, porque a principios del 2023 llamó “campo de concentración” a la megacárcel a donde llevan a los integrantes de las maras (pandillas), en el marco de una política de choque de ese gobierno contra las organizaciones delincuenciales que tenían tomado el país.
Bukele le respondió entonces: "Señor Gustavo Petro, los resultados pesan más que la retórica. Deseo que Colombia en realidad logre bajar los índices de homicidios, como lo hemos logrado los salvadoreños. Dios los bendiga".
Tras un intenso cruce de trinos, los dos mandatarios parece que se olvidaron uno del otro. Sin embargo, en noviembre pasado Bukele le salió al paso a un comentario descalificador que hizo Petro al triunfo de Milei en Argentina.
El mandatario colombiano dijo: “Ha ganado la extrema derecha en Argentina, es la decisión de su sociedad. Triste para América Latina”. Entonces el presidente de El Salvador le contestó: "Ahora dilo sin llorar".
Guyana
A diferencia de las otras controversias de Petro con gobiernos latinoamericanos, en el caso de Guyana no fue por lo que el mandatario dijo, sino lo que no dijo, pues el presidente de ese país, Arfaan Ali, en diciembre pasado le reclamó por el silencio de Colombia para condenar la amenaza que hizo Nicolás Maduro de invadir el Esequibo para anexarlo a Venezuela, región por la que esos dos países tienen un diferendo limítrofe.
“Yo le diría al presidente Petro que debe estar del lado correcto de la historia, respetar la soberanía y el territorio de Guyana. Debe pararse a favor del orden internacional y adherir a los lineamientos de la CIJ, pararse firme por lo que es correcto, estar del lado de Guyana y su defensa”, dijo Ali.
Semanas después del llamado que le hizo el presidente Ali, Petro dijo en el Foro Económico de Davos que “la vida humana lo que debería plantearse no es quién es el propietario del Esequibo, sino que no salga el petróleo que hay en el Esequibo, porque si sale, nuestra lucha contra la crisis climática se vuelve un discurso inocuo".
<DESTACA> "Señor Gustavo Petro, los resultados pesan más que la retórica": Bukele