¿Cómo reducir votos nulos y no marcados en elecciones? | El Nuevo Siglo
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Domingo, 19 de Diciembre de 2021
Redacción Política

Los pasados comicios de Consejos Locales y Municipales de Juventud, dejaron un mar de incertidumbres en los organismos electorales sobre la participación de la ciudadanía, especialmente porque el 23% de los votos por parte de los jóvenes entre 14 y 28 años fueron nulos o no marcados, lo que provoca preocupación de cara a las legislativas y presidenciales de marzo próximo.

Cabe recordar que en las elecciones legislativas del 2018, los votos nulos y no marcados fueron más que lo que obtuvo la mejor votación individual en esa oportunidad a Senado, como fue Álvaro Uribe, por quien marcaron más de 800 mil tarjetones.

En esas elecciones para Senado se contaron 1.155.608 votos inválidos, lo que corresponde al 6,4% del total, y 873.336 sufragios no fueron marcados.

Mientras que en Cámara, 1.651.743 votos resultaron inválidos, siendo el 9,2% del número total de sufragios, obteniendo una amplia diferencia frente a Carlos Eduardo Acosta (Colombia Justa Libres), quien fue el aspirante más votado con 128.653. 

En cuanto a los votos no marcados en Cámara, en los comicios del 2018 fueron 544.006.

Aunque la cifra es desalentadora, un informe de la Misión de Observación Electoral (MOE) reveló que, a diferencia de anteriores procesos, el realizado en 2018 tiene la menor proporción de votos nulos tanto al Senado como a la Cámara desde 2006, cuando se aprobó el cambio del diseño del tarjetón para ese año, lo que generó confusión en la ciudadanía.

“Es la primera vez en 12 años que Colombia está por debajo del 10% de votos anulados en ambas cámaras del Congreso. Antes de 2006 el nivel de votos nulos era inferior al 5%, lo que puede tener que ver con la confusión que ha generado el cambio del diseño de tarjetón en este año”, indicó la MOE en esa ocasión.

Agregó sobre los votos no marcados que hubo un leve descenso frente al 2014. “La razón de que la ciudadanía devuelva más tarjetas sin marcar está relacionada con departamentos alejados y con poco potencial electoral, donde los candidatos al Senado no hacen campaña y la ciudadanía solo está motivada para votar a la Cámara”, explicó.

Además, recalcó la MOE que hubo ocho departamentos con más del 10% de tarjetones no marcados al Senado, como Guainía, Vaupés, Vichada, San Andrés, Amazonas, Guaviare, Putumayo y Chocó. 

De igual manera se resalta que los votos nulos y no marcados habrían podido incidir en varios procesos electorales anteriores, como el caso del plebiscito en 2016 que definía si se aprobaba o no la refrendación de los Acuerdos de Paz entre el Estado colombiano y la entonces guerrilla de las Farc. 

En ese plebiscito se registraron 257.189 votos inválidos, de los cuales 170.946 fueron nulos y 86.243 no marcados, lo que hubiera significado un resultado distinto, teniendo en cuenta que la opción por el No ganó con una diferencia cercana a los 54 mil sufragios.

EL NUEVO SIGLO consultó a varios expertos sobre las diferentes estrategias que debería tener en cuenta la Registraduría para que disminuyan los votos nulos y no marcados en las próximas elecciones congresionales y presidenciales.



Falta pedagogía

El consultor electoral Alfonso Portela explicó a este Diario dos aspectos, el diseño del tarjetón y la pedagogía a la ciudadanía, que considera serían clave.

“Es un tema del diseño de la tarjeta electoral y de pedagogía. Especialmente, la pedagogía es fundamental porque nuestro sistema con voto preferente hace que los candidatos no aparezcan en la tarjeta electoral, solo aparecen algunos números y los símbolos de los partidos. Entonces es fundamental porque, de por sí, la tarjeta electoral es complicada y esa asociación de un número y un logo o símbolo, pues para el ciudadano es un tanto difícil poder tener en la memoria toda esa información”, explicó.

Además, mencionó que “estas campañas educativas no solo serán tomadas por parte del organismo electoral sino también son responsabilidad de las campañas políticas”.

En cuanto al diseño de la tarjeta, Portela recordó la adopción de un nuevo modelo cuando estuvo como registrador para lo electoral. 

“Cuando estuve en la Organización Electoral, cambiamos el modelo de la tarjeta tratando de evitar el voto nulo por equivocación, y vimos que se logró disminuir en un 30% ese número de votos. Sin embargo, se sigue presentando mucho voto nulo en cada consulta. Habría que pensar en modificar el diseño o hacerle unos ajustes a la tarjeta para que la gente tenga menos dificultad en la marcación”, aseguró.

En la misma línea, la politóloga colombo-uruguaya Laura Gil sostuvo que “la única respuesta es mucha pedagogía porque va a ser un voto complicado. Cuando vaya el ciudadano a las urnas le van a preguntar la consulta que él quiere y luego le van a dar unas páginas, que son conocidas como ‘sábanas’, y es ahí donde este queda confundido. Históricamente, las elecciones al Congreso han sido las más difíciles del país, y más con las listas abiertas”.

Además, la experta apuntó que “el gran problema es que uno tiene que buscar el candidato entre 100 nombres y escoger a la persona que uno quiere, en fin, y sumando a los de Cámara. Creo que eso es un desafío para cualquier ciudadano”.

De igual manera, Gil afirmó sobre el Congreso que se elegirá que “es más de lo mismo”, aunque no descartó la posibilidad de que haya renovación tanto en Cámara como en Senado, pero “la verdad esperaba muchas más opciones de las que están poniendo sobre la mesa en diferentes términos”.



Tres opciones

Por su parte, la docente e investigadora política Catherine Juvinao explicó que para que la ciudadanía tenga mejor conocimiento de los aspirantes a elegir el próximo 13 de marzo, se deben tener en cuenta tres aspectos fundamentales, así no sea alto el número de votos inválidos.

“Primero, que los candidatos se concentren en la pedagogía electoral. Algunos se limitan a hablar sobre ellos mismos y sus propuestas, pero no le explican a la gente el tarjetón, la ubicación y cómo marcar”, resaltó. 

Dijo que “es clave que todos los candidatos hagan bien esta tarea, pero también, en segundo lugar, que la Registraduría enfile baterías a una pedagogía amplia y efectiva sobre los tarjetones”.

Juvinao mencionó que “a futuro podrían contemplarse algunos cambios en el tarjetón del Congreso, como incluir los nombres de los candidatos. La foto no se puede porque el tarjetón sería un pliego interminable; pero el nombre, sí”.