Cuatro semanas de infarto en contienda presidencial | El Nuevo Siglo
GUSTAVO PETRO y Federico Gutiérrez tienen ya un pie en la segunda vuelta, en donde habrá que barajar de nuevo
foto Montaje El Nuevo Siglo
Domingo, 1 de Mayo de 2022
Redacción Política

En cuatro semanas los colombianos deberán asistir a las urnas para definir los dos candidatos presidenciales que pasarán a la segunda vuelta y disputarán, en junio, la sucesión en la Casa de Nariño.

El escenario de la campaña para este último mes es muy movido. Las últimas encuestas revelan que el aspirante del Pacto Histórico, Gustavo Petro, se mantiene en un promedio del 40%, en tanto que el candidato de Equipo por Colombia, Federico Gutiérrez, ronda el 26%. Más atrás se ubica el candidato independiente Rodolfo Hernández, con porcentajes del 12% en promedio, en tanto que el aspirante de la coalición de la Centro Esperanza, Sergio Fajardo, oscila entre el 6 y 9%. Con rubros muy bajos figuran Ingrid Betancourt (Verde Oxígeno), Enrique Gómez Martínez (Movimiento de Salvación Nacional), John Milton Rodríguez (Colombia Justa y Libres) y Luis Pérez (independiente por firmas).

¿Cómo está el panorama a cuatro semanas de la primera vuelta? Al tenor de los distintos sondeos parecería claro que Petro ni Gutiérrez podrán ganar en la primera vuelta. Aunque el aspirante de izquierda en alguna encuesta se ubica a escasos siete puntos de llegar al 50%, los porcentajes de sus rivales impedirían que logre ese objetivo, más aún si todos, como lo ratificaron esta semana, insisten en competir el 29 de mayo.

En segundo término, si bien Petro continúa en la delantera cada día crece más lento o incluso estaría muy cerca de su techo político, al menos en la competencia con los actuales siete aspirantes.

Las adhesiones de las últimas semanas han tenido eco político y mediático, pero a la hora del sumar potencial electoral la situación no es tan clara. Incluso, en algunos casos es evidente que los congresistas y dirigentes políticos de izquierda, los verdes y sectores liberales ya venían con él desde antes de la consulta interpartidista del 13 de marzo. Su gran objetivo, que era lograr la adhesión del liberalismo oficialista, no se concretó, pues esa colectividad se inclinó finalmente por Gutiérrez. Además, mucho voto del centro político continúa con Hernández, Fajardo y avanza allí Gutiérrez.


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Lo que sí debe destacarse es que Petro no se ha visto, al menos en las encuestas, afectado sustancialmente por los escándalos y controversias de su entorno ni tampoco por las polémicas derivadas de sus ideas de ‘perdón social’, reforma pensional o las críticas a las Fuerzas Militares, entre otras.

En ese orden de ideas, el desafío principal del candidato del Pacto Histórico en estas cuatro semanas, al ser ya estrecho el margen de nuevas adhesiones que le sumen realmente votos, se dirige a profundizar el debate político contra Gutiérrez, remarcar la diferenciación ideológica, insistir en que su rival es la ‘ficha’ de Iván Duque y Álvaro Uribe, del “continuismo”, las “maquinarias” y el “establecimiento político” … En otras palabras, ahondar la polarización, ya que en este escenario se siente cómodo, le es rentable electoralmente y le asegura la punta de las encuestas.

Más impulso

En lo que hace a Gutiérrez es claro que tras la consulta logró atraer gran parte de la centroderecha, por más que, oficialmente, todavía no haya recibido la adhesión del Centro Democrático o Cambio Radical, lo que podría concretarse en próximos días. La mayor prueba de que sumó esos respaldos es que creció sustancialmente de porcentajes del 5 o 6% a promedios del 26%.

De igual manera, cuando se le mide en escenarios de segunda vuelta frente a Petro, las distancias entre ambos se acortan sustancialmente, probando que el antipetrismo, en donde se combinan sectores de derecha, centroderecha, centro e izquierda democrática, sí lo ve como un aspirante capaz de derrotarlo. Este es un elemento clave.

También juega a su favor que logró el respaldo cerrado de todos los sectores de la coalición Equipo por Colombia (La U, conservadores, MIRA y otros), sumando esta semana el estratégico respaldo del oficialismo liberal. Para esto no solo fue determinante la decisión final del jefe único de las toldas rojas, el expresidente César Gaviria, sino que la mayoría de senadores y representantes a la Cámara electos ya estaban con Gutiérrez.

Sin embargo, resulta innegable que Gutiérrez aún no se acerca lo suficiente a Petro en las encuestas ni le gana en ningún escenario de primera o segunda vuelta. También juega en su contra que no ha logrado tocar el 30% pese a las múltiples adhesiones de las últimas semanas, algunas de ellas polémicas.

Este es un asunto que preocupa a esa campaña. No pocos analistas sostienen que la única forma de crecer más rápido en estas cuatro semanas, no solo es dimensionar políticamente el apoyo del liberalismo y muy posiblemente del uribismo y Cambio Radical (lo que le daría, además, una coalición mayoritaria en el nuevo Congreso si ganara la Casa de Nariño), sino que su prioridad debe ser multiplicar sus giras, entrevistas, publicidad y, sobre todo, el contacto directo con la gente. En otras palabras, hacerse conocer, tanto él como su fórmula vicepresidencial, en cada rincón del país. No solo debe demostrar que es el antipetro, sino que está capacitado y tiene propuestas para manejar el país, dimensionando de paso la peligrosidad de las ideas de su rival de izquierda. Solo así podrá impactar más votos del centro y de opinión, de cara a recortar terreno el 29 de mayo y posicionarse mejor hacia el balotaje final.

Contrastes

En cuanto a Hernández es innegable que continúa siendo la sorpresa en la campaña, no solo porque se mantiene tercero, aunque con muy baja opción de pasar a segunda vuelta, sino porque supera a Fajardo, un candidato que no solo ganó su consulta interpartidista el pasado 13 de marzo (aunque sumando apenas 720 mil votos) y tiene una coalición multipartidista detrás, sino que hace cuatro años logró 4,6 millones de sufragios que casi lo ponen en segunda vuelta.

¿De dónde viene el apoyo al exalcalde de Bucaramanga? Hay distintas hipótesis. Para algunos analistas está capturando una parte del voto protesta e independiente (muy activo en redes sociales) que quiere marcar distancia a la polarización entre petrismo y gobiernismo. Otros señalan que, en realidad, tiene apoyo de sectores del centro que no ven en Fajardo una opción viable o lo consideran muy desgastado. Y no faltan quienes piensan que, en realidad, sus porcentajes en las encuestas son producto de la ponderación matemática regional, en donde la cantidad de consultados que en los santanderes lo apoyan genera un fenómeno estadístico inusual.

Fajardo, de otro lado, es el candidato al que peor le va, con una clara tendencia a la baja en todas las encuestas. Es evidente que la división de su coalición desde antes de las consultas y los deslizamientos hacia Petro (después del 13 de marzo) lo han afectado drásticamente. Sin embargo, su principal problema es que, a diferencia de hace cuatro años, no ha podido conectar política y electoralmente con el centro del espectro político. De hecho, Hernández o Gutiérrez son los que más parecen estar restándole terreno allí, en tanto que Petro lo que ha hecho es llevarse consigo a muchos parlamentarios y dirigentes marcadamente de centroizquierda que están en la Alianza Verde y otros sectores de la coalición fajardista.

Las conversaciones de esta semana entre Hernández y Fajardo, en las que el primero prácticamente propuso que el segundo se retirara y adhiriera a su campaña, son una muestra de la debilidad crítica del aspirante de la Coalición de la Esperanza.

Hora de definiciones

Visto todo lo anterior, cada aspirante tiene desafíos muy distintos en las cuatro semanas que faltan. Petro apostará por profundizar la polarización y Gutiérrez buscará hacerse un candidato más nacional. Hernández, a su turno, debería priorizar convencer a Fajardo de dar un paso al costado, pero este último no parece dispuesto a renunciar, confiando en que el voto de opinión y el “centro dormido” lo hagan repuntar el día de las urnas.

¿Y el resto? Betancourt no quiere renunciar, pero cada vez le queda más complicado mantenerse y es un riesgo hacerse contar el 29 de mayo. Gómez Martínez -quien no ha podido acceder a la financiación estatal- está haciendo un ejercicio para posicionar a su resucitado partido. En tanto Rodríguez y Pérez no se sabe si lleguen a las urnas. Todo ello deberá definirse en cuatro semanas y cada movimiento tendrá un impacto en la campaña.