PANAMÁ COMENZÓ a deportar inmigrantes ilegales que entraron por la selva del Darién a su territorio, producto de un programa de asistencia por 6 millones de dólares que firmó con Estados Unidos. En las últimas horas llegó a Bogotá un avión con 29 colombianos y se anuncian más vuelos en los próximos días. EL NUEVO SIGLO consultó expertos sobre esta medida, quienes consideran que puede tener un impacto importante, que se sumaría a una segunda oleada de venezolanos a Colombia si Maduro logra quedarse en el poder.
La migración por el Darién, en la cual comparten frontera Colombia y Panamá, se ha incrementado desaforadamente en los últimos años por colombianos, venezolanos, ecuatorianos, haitianos, cubanos e incluso africanos y asiáticos, quienes a toda costa buscan llegar a Estados Unidos recorriendo Centroamérica, pues sus necesidades y afán de alcanzar el sueño americano puede más que los grandes peligros que encierra esta selva, en la cual muchos han terminado su existencia.
El programa de asistencia de Estados Unidos que busca reducir la migración por la región del Darién, por la cual transitaron más de 520.000 personas en 2023, y que en la presente vigencia son cerca de 230.000 que han corrido ese riesgo, ayudará al Gobierno panameño con la deportación o repatriación de extranjeros que no cuenten con base legal para permanecer en ese país.
Roger Mojica, director de Migración de Panamá, explicó que “el proceso de deportación cubre tanto las personas que tienen antecedentes penales en sus países de origen y personas que hayan ingresado irregularmente al país”.
El memorando entre Panamá y Estados Unidos fue suscrito hasta el 25 de julio de 2025, con la posibilidad de prorrogar por 12 meses más.
Los migrantes serán deportados o repatriados a su país de origen en chárter, como ocurrió con los 29 colombianos que llegaron a Eldorado en Bogotá, o en vuelos de línea comercial. “La frecuencia de estos vuelos va a depender mucho de los flujos (de migrantes) y tramitología (con los países de destino)”, explicó Mojica.
No obstante, dijo que por el momento Panamá no tiene la posibilidad de deportar a Caracas a ciudadanos venezolanos, que son más de la mitad de los migrantes por el Darién, debido a la crisis que existe en las relaciones de los dos países porque el presidente José Mulino no reconoce el triunfo que Maduro se atribuye en las elecciones de julio pasado. “Ahorita mismo se nos impide hacer cualquier movimiento hacia Venezuela”, indicó Mojica.
El derecho internacional migratorio permite deportar a una persona al país de donde llegó, sin importar su nacionalidad. Por ello, hay quienes consideran que Panamá producto de este acuerdo con Estados Unidos podría enviar a Colombia no solo a los nacionales, sino, por ejemplo, también venezolanos, haitianos y africanos, pues ingresaron desde nuestro territorio.
Débil política migratoria
El internacionalista Sebastián Bitar Giraldo, quien ha sido consultor para agencias gubernamentales e internacionales sobre migración venezolana en Colombia, dijo a EL NUEVO SIGLO que las deportaciones que inició Panamá tendrán impacto en nuestro país.
“Colombia no tiene ninguna forma de restringir la entrada de migrantes, Colombia no tiene una política de cerrar la frontera, pero además así la tuviera la frontera nuestra es demasiado grande”.
Por ello consideró que, si Panamá bloquea el paso por el Darién, como lo intenta hacer con la instalación de alambradas en varios puntos y ahora con estas deportaciones, los migrantes quedarían estacionados en Colombia.
“Si esos migrantes no pueden salir de Colombia hacia Panamá, Colombia se termina convirtiendo en el lugar de destino o, por lo menos, de permanencia prolongada de esos migrantes y, por lo tanto, hay que desarrollar un montón de políticas públicas para protegerlos, pero también para integrarlos económicamente y socialmente”, expresó.
Sin embargo, Bitar manifestó que “este Gobierno no tiene una política de migración como si la tuvieron el gobierno de Santos y Duque, y por lo tanto seguramente sería muy difícil para este Gobierno poder cumplir con los requerimientos que crearía el hecho de que Colombia se vuelva el lugar de permanencia de esos migrantes”.
Agregó que no ve cómo la Administración Petro, “que le ha hecho el quite a la política pública de migración y que ha estado mandando la pelota de un lado para otro: cerró la Gerencia de Fronteras, luego dijo que le pasaba eso a la Cancillería, luego dijo que le pasaba eso al Ministerio de la Igualdad, luego dijo que iba a crear una instancia, tiene ninguna capacidad para hacer política pública frente a la migración. Es un problema de coordinación institucional, es un problema de voluntad de parte del Gobierno”.
Por su parte, el excanciller Julio Londoño Paredes dijo a este Medio sobre las deportaciones que empezó Panamá de migrantes que entraron a su territorio por el Darién que “yo creo que por ahora la devolución de colombianos no tiene un impacto demasiado serio para nuestro país. Los impactos se pueden presentar en el futuro por la segunda eventual oleada de migración de venezolanos a Colombia, ese sí es un problema”.
Londoño, también expresó que “se está vaticinando que en caso de que Maduro continuara, lo que todo parece indicar, se presentará una nueva ola de migración a Colombia, que difícilmente la resistiría”.
Añadió que las medidas que están tomando Panamá y Estados Unidos es posible que den algún resultado para disminuir la migración por la peligrosa selva del Darién y que Colombia haga lo propio.
“Es posible que cuando hay la decisión del Gobierno panameño de impedir el ingreso de migrantes hacia los Estados Unidos, eso genere una acción por parte de las autoridades colombianas para hacer lo propio, porque uno no se explica cómo por aquí andan personas de Senegal, de Ghana, de Guinea Ecuatorial, de China, de todas partes, y no tengan problema. Obviamente, creo que el Gobierno de Colombia debe tomar las medidas correspondientes para evitar ese tipo de migraciones en nuestro territorio”.
Mientras que la senadora Paola Holguín Moreno, del Centro Democrático, dijo a este Periódico que “tenemos un problema muy grave en la zona del Darién por lo siguiente: se ha tratado de hacer mesas técnicas entre los países que expulsan, los de tránsito y los receptores. Detrás de ese tema del Darién, Estados Unidos descubrió que la red más poderosa del lavado en Colombia es el Clan del Golfo. Entonces, ellos viendo la imposibilidad de control cerraron unos puntos y ofrecieron hasta 8 millones de dólares por información que permita la captura o desvertebrar esos cabecillas del Clan que están encargados de la trata de personas”.
Indicó la congresista de la Comisión Segunda −célula encargada del tema de relaciones exteriores−, que “tenemos varias dificultades: la primera es hay que diferenciar el tema del migrante, que es un asunto humanitario, de las redes de tráfico de personas, que hay algunas estructuras criminales muy poderosas. Dos, al parecer, Colombia no ha mostrado la suficiente voluntad para ejercer control en esa zona, y eso es lo que ha llevado a que Estados Unidos y Panamá endurezcan las medidas, no solo con el cierre del paso, sino también con el ofrecimiento de recompensa por la gente del Clan”.
Holguín recalcó que “eso tiene unas consecuencias porque qué va a pasar con toda la gente que viene acá, y Colombia tampoco ha querido avanzar en unos procesos mucho más organizados, que esa es una realidad de la migración. El problema no es la migración, sino el orden. Hemos dicho que se ha presentado mucha dificultad en la regularización de los venezolanos en Colombia, se hizo un esfuerzo muy grande en el gobierno Duque, pero ahora no se está haciendo”.
La senadora dijo que se supone que, en la reunión de hoy citada de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, “Murillo (el canciller) va a anunciar unas políticas y un informe sobre el tema de migración y regularización. Vamos a ver qué sale de ahí”.
Otros vuelos
“Tenemos el primer vuelo del convenio financiado por Estados Unidos”, dijo el viceministro panameño de Seguridad, Luis Felipe Icaza, poco antes de que despegara hacia Bogotá el primer avión con deportados ilegales colombianos que entraron por el Darién.
El funcionario anunció que “el viernes o sábado” puede partir el siguiente vuelo en el marco del memorando que Panamá suscribió con Estados Unidos el 1 de julio, el día que José Raúl Mulino asumió como nuevo presidente panameño.