"Hay una narrativa de que el fentanilo está reemplazando la cocaína. No es cierto, al punto que el año pasado 30 mil norteamericanos perdieron la vida por este alcaloide", dijo Kevin Thomas Murakami, director de la Sección de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley (INL) de la Embajada de Estados Unidos. Agregó que la hoja de coca también es un gran problema para nuestro país, porque es el combustible de los grupos armados ilegales.
El funcionario norteamericano dijo también en declaraciones a EL NUEVO SIGLO que el Gobierno debería incrementar la erradicación de la hoja de coca. Como se sabe, esta acción ha disminuido sustancialmente, porque en la estrategia de la administración Petro prevalece la sustitución de cultivos.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo evalúa el Gobierno de Estados Unidos la caída en la erradicación de los narcocultivos en Colombia en el 2023?
KEVIN THOMAS MURAKAMI: La erradicación es una de las muchas herramientas en la lucha contra el narcotráfico y creemos que toda la estrategia contra ese flagelo debe tener varios aspectos, no solo la erradicación, sino la interdicción, la seguridad, el desarrollo rural y la lucha contra los crímenes del medioambiente. Sin embargo, la erradicación sigue siendo una herramienta muy importante, especialmente, considerando que el Gobierno de Colombia tiene el objetivo de reducir los cultivos de coca en un 40 % antes del 2026.
Mi embajador ha hablado sobre esta decisión y creemos que el Gobierno de Colombia debería aumentar el objetivo de erradicación de los cultivos de coca.
ENS: ¿Han hablado con el Gobierno sobre los cultivos de coca en los parques nacionales naturales?
KTM: Especialmente creemos y le hemos dicho al Gobierno de Colombia que debe hacer erradicación forzosa en los parques nacionales naturales, porque ninguna persona debe estar sembrando estos cultivos ilegales en estas zonas protegidas. Es algo que hemos dicho al Gobierno de Colombia y creemos que esta sugerencia puede ayudar a reducir la cantidad de esas plantaciones porque ahorita esos cultivos presentan un nivel récord y es necesario reducir y también proteger al medioambiente.
ENS: ¿Teme que este cambio estratégico de sustitución por erradicación pueda aumentar la ‘exportación’ de cocaína a Estados Unidos?
KTM: Sí, claro, con mayor cantidad de coca puede haber mayor cantidad de clorhidrato y con eso hay una reducción en el precio que puede aumentar la demanda y el abuso de cocaína, no solamente en los Estados Unidos, sino en otros países que registran consumo. Para nuestra nación, la cocaína sigue siendo una amenaza grave.
ENS: ¿Qué sabe Estados Unidos de la presencia de carteles de la droga mexicanos en Colombia?
KTM: Nos preocupa mucho la relación de los carteles de México y los de Colombia. Reitero, es algo que nos preocupa y también constituye una amenaza para su nación la presencia de grupos armados de otros países.
ENS: ¿La crisis de Ecuador por la violencia narcotraficante puede afectar a Colombia en que se incremente la producción de drogas?
KTM: Creo que sí. Desafortunadamente, los ciudadanos saben mejor que nadie que Ecuador está viviendo una crisis más o menos parecida a la que Colombia vivía hace 25 años. Los narcotraficantes amenazan el tejido de la sociedad, amenazando la paz y la seguridad de todos los ecuatorianos, y estos hechos nos obligan a brindar ayuda y apoyo a Ecuador y por supuesto también apoyamos la Fuerza Pública de Colombia.
ENS: ¿Habrá informe en el 2024 de la Casa Blanca sobre la extensión de narcocultivos en Colombia?
KTM: Este año no, pero el Gobierno de los Estados Unidos tiene toda la intención de reiniciar este informe en el futuro.
ENS: ¿Qué tan grave es la amenaza del fentanilo para Estados Unidos y Colombia?
KTM: La amenaza del fentanilo es bien grave, no solamente para los Estados Unidos, sino para el mundo. Por fortuna, hasta el momento no hemos visto problemas de fentanilo ilícito aquí en Colombia. Hubo incautaciones de fentanilo, pero de grado farmacéutico y hospitalario. No obstante, no queremos que el fentanilo se establezca aquí y por esto estamos trabajando muy de la mano con la Policía Nacional en capacitaciones y cómo manejar este problema.
También estamos apoyando a la Policía Federal de México para que comparta las mejores prácticas con la Policía de Colombia. Hay una narrativa aquí en Colombia que en los Estados Unidos el fentanilo está reemplazando la cocaína, y no estamos de acuerdo porque son dos drogas diferentes, porque el fentanilo es un depresor y la cocaína es un estimulante. No son drogas que compiten.
ENS: ¿Qué cifras de muertes registran en su nación por consumo de cocaína?
KTM: También hay una narrativa en Colombia de que la cocaína es responsable de tres mil muertos en los Estados Unidos. De hecho es mucho más, es diez veces más que esa cifra.
El año pasado, 30 mil ciudadanos perdieron su vida debido al consumo de cocaína y 100 mil por el fentanilo. El fentanilo es una grave amenaza para el mundo, pero la cocaína sigue siendo una amenaza no solamente para los Estados Unidos y para Colombia, porque ese alcaloide sigue siendo el combustible principal para los grupos ilegales que delinquen en el país.
Donde hay hoja de coca y cocaína está la presencia de narcotraficantes que son responsables de violaciones de los derechos humanos, de los homicidios contra los líderes sociales, maltrato de personas y abuso de niños. Hay mucho daño al medioambiente por toda la cadena del narcotráfico.
El año pasado se registraron 230 mil hectáreas de cultivos de coca, como lo mencionó el Simci. Es decir, 230 mil hectáreas de tierra donde no hay nada productivo para Colombia y en ellas se podrían sembrar alimentos para los ciudadanos.
ENS: ¿Qué opinión tiene Estados Unidos sobre la actual política de drogas en Colombia?
KTM: Nos complace mucho que en septiembre de 2023 el Gobierno de Colombia publicó su nueva política de drogas y tiene varios aspectos que son de interés mutuo de los dos países.
La importancia de la interdicción y de cómo abordar el fenómeno y las causas a largo plazo, como la seguridad y desarrollo rural; la importancia de la lucha contra la minería ilegal, que es otra fuente para los grupos narcotraficantes. Sin embargo, nos preocupa la publicación el año pasado de un borrador de decreto para la industrialización de la hoja de coca.
No creemos que esta iniciativa vaya a ayudar al Gobierno de Colombia para alcanzar su objetivo de reducir los cultivos en un 40 % antes del 2026. Le hemos dicho claramente al Gobierno que no estamos de acuerdo, porque el decreto tiene características de otorgar licencias para que las personas puedan vender su hoja de coca, pero no hay garantía que esas licencias no vayan para los mismos grupos narcotraficantes, escondidos detrás de esos permisos.
Otro aspecto que es muy importante en la nueva política de drogas es la sustitución voluntaria de los cultivos de coca por productos lícitos que les permiten a los campesinos otras alternativas de vida. Pero con este decreto se puede enviar un mensaje confuso a las personas que siembran coca, porque ellos piensan que podrán vender ese producto y es menos probable que quieran sustituir su coca por otro lícito, que desde nuestra perspectiva es la manera más sostenible para ellos.